RECURRENTE

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El martes antes de que amaneciese, me despertó un ruido en su habitacion, abrí los ojos y vi a Elettra, que se estaba vistiendo torpemente con la luz apagada.
- Mmmm, ¿Donde vas tan temprano? -dije mientras me estiraba en la cama.
- Diras que a donde vamos... ¡Venga! Levántate y vístete, que te voy a llevar a un sitio. -dijo Elettra en voz baja intentando que me apresurara. Me producía tanta ternura ver como quería sorprenderme.
- ¡Pero si aun no ha salido el sol! Jajaja ¡Estas loca! -me hacia mucha gracia la situacion, pareciamos dos adolescentes escapandonos de casa.

Me vestí, y salimos de la casa, hasta llegar a su coche. Al verlo me salió una carcajada.
- ¡Que mono tu coche!¡Pero si pone tu nombre y todo! -y nos subimos en su Audi de Hello kitty.
- Claro baby, ¡yo solo me conformo con lo mejor! -al decir esto me dio un beso muy apasionado, desde luego que era muy romántica, y me decía cosas muy bonitas.

Arranco el coche, y me llevo hasta las cuadras, estaba cerca de la casa, pero lo suficientemente lejos para no ir andando.
Al llegar nos bajamos, y me echo el brazo por encima del hombro, ¡era tan cariñosa!. Yo entrelace mis dedos con los suyos, me encantaba caminar con ella así. Por el camino no paraba de mirarme y sonreír, se ponía un poco vergonzosa cuando la miraba con intensidad a los ojos, había muchas veces que le pasaba eso. Aunque poco a poco iba sucediendo con menos frecuencia.
Entramos a la cuadra, y me enseño sus caballos, Lolita y Dagoa.
- ¿Que te parecen?¿Son preciosos a que si? -decía mientras acariciaba a Dagoa.
Yo pase mi mano acariciando el corazon blanco que Dagoa tenia entre los ojos. Era una preciosidad, y me encantaba ver como Elettra se derretía con sus caballos.
Elettra puso su mano sobre la mía y me miro a los ojos. Estuvimos así mirándonos en silencio durante unos cinco minutos. Transmitiéndonos tantos sentimientos sin mediar palabra. Elettra selló el silencio con un beso, y dándome una palmada en el culo, me dijo;

- Venga o no llegaremos a tiempo -saco a Dagoa, y le puso su silla de montar. Y de un movimiento magistral se subió encima de su caballo.
- Venga baby -dijo extendiéndome la mano.
Yo no me lo pensé dos veces, y rápidamente me encontraba montando a caballo detrás mientras me abrazaba fuertemente a Elettra.
- ¿A donde me vas a llevar, princesita? -dije apoyando mi cabeza en su hombro, y susurrándole en el oido.
- A un lugar casi tan precioso como tus ojos -contesto Elettra, desde luego hoy tenia a su versión mas romántica.
Elettra hizo que Dagoa comenzara a cabalgar, y yo agarrada a su cintura disfrutaba de la experiencia de montar a caballo con la persona que me hacia sentir viva.
Había momentos que Elettra corría demasiado con su caballo, y yo un poco asustada me abrazaba mas fuerte a su cintura. Elettra se dio cuenta la primera vez que lo hizo, y cada vez que lo hacia sonreía, y me decía que me creía mucho mas valiente de lo que en realidad era... ¡Elettrita y sus truquitos viejos! Como le gustaba que la abrazase tan fuerte... le encantaba sentir como me sentía segura a su lado.
Después de 20 minutos cabalgando llegamos a una encina, por su aspecto debía de tener muchísimos años, y paro su caballo. Me ayudo a bajar, y luego bajo ella. Cogío una manta de las alforjas del caballo, y la tendió sobre el césped.
Estaba apunto de amanecer, y el cielo empezaba a teñirse de color. Era una estampa preciosa, y compartir ese momento junto a ella era lo que mas llenaba de magia el momento.
Estábamos las dos sentadas, yo me encontraba entre sus piernas y recostada en su pecho, mientras ella descansaba su espalda en el tronco de la vieja encina. Enredamos nuestros dedos, y nos quedamos viendo como el sol iba abriéndose paso.
- No quería irme de Bolonia, sin que vieses uno de mis lugares favoritos. De pequeña me encantaba venir con mi padre los días que no tenia colegio. Este lugar siempre me ha hecho sentirme feliz, pero desde que te conocí, nunca volví a sentir esa felicidad plena.
- ¡Vaya! Veo que me echaste mucho de menos... ¿Y ahora?¿Como te sientes ahora?
- Ahora me siento como la primera vez que vi un amanecer desde aquí, porque al tenerte junto a mi me siento completa. -dijo la Eli mas romántica que nunca antes había visto.
Con todo lo que me dijo, me dejo sin palabras, y por dentro yo me estaba derritiendo. ¿¡Como era tan bonita!? Así que gire mi cara, buscando su boca para besarnos. Y así fue como vivimos nuestro primer amanecer juntas en Bolonia. Elettra cada vez abría mas su corazon a mi, y yo estaba felizmente enamorada de ella.

La espera desespera. BLUMETTRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora