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Llegue al hotel que indicaba la tarjeta, y pregunte por el Señor Juan, tal y como especificaba en la carta que iba en el sobre.
El recepcionista me entrego las llaves de la habitacion, y me indico que estaba en la décima planta.
Yo me moría de los nervios, había instantes en los que creía que iba a vomitar en medio del pasillo. Pero seguía con paso firme hacia el numero de la habitacion que ponía el llavero "167". He de admitir que ese numero me sorprendió, y al no creer en las casualidades, me temía que me pudiese encontrar con una persona que quería lejos de mi vida.

Llame a la puerta, pero no respondió nadie, así que decidí abrir con la llave que me habían dado. Entre, y la habitación estaba vacía, o eso pensaba mientras me sentaba en un sofá que había junto a la terraza que había.
El teléfono me sonó, mire la llamada, y comprobé que era Elettra.
- Dime cariño -dije intentando parecer despreocupada, a pesad de estar muerta de miedo. Por un momento llegue a pensar que seria alguna de sus sorpresas románticas.
- Amoreeee, ¿donde estas? Acabo de llegar a casa y no estas... No sabes cuanto me he acordado de ti desde que salí de casa.-dijo dulcemente.
- Pero, ¿no tenias que ir a la presentación de la nueva temporada de SuperShore? -dije sorprendida.
- Eso ya no es mi pedo. No me interesa promocionar algo en lo que ya no participo... Ademas, me moría de ganas por estar contigo, durante la sesión de fotos no paraba en pensar en ti, amore... Dai, ven a casa que tengo ganas de ti.
- Elettra, estoy en una reunión, en cuanto acabe voy para casa, ¿vale? -dije rotundamente cuando note una especie de presencia, que aunque no lograba ver, mi mente me advertía que no estaba sola.
- Mmmmm, bueno... Pero no tardes, baby. Te amo.
Escuche un ruido del baño, y antes de que ella pudiese escuchar algo me despedí apresurada.
- Muy bien, princesita. Nos vemos en cuanto acabe.

Colgué el teléfono, y cuando se abrió la puerta vi aparecer a Andres. Iba con una toalla anudada a la cintura, y en su mirada vi que no estaba muy centrado. Parecía que estuviese ido. Su cara era desconcertante.
- Vaya, vaya... Veo que sigues empecinada con esa italiana. No se en que ves en ella para seguir a su lado... Toda llena de plástico...
- Ese no es tu problema. ¿Que es lo que quieres? -dije mirándolo con rabia, me temía lo peor. Hacia mucho tiempo que no lo veía, y en el no había nada del Andres que conocí hacia unos años atrás.
- Estas muy guapa, siempre lo has estado. -dijo acercándose a mi. Yo levante mi mirada, hasta pararme en sus ojos. En ellos no veía nada tranquilizador.
- ¿Sabes? Creo que tu y yo vamos a llegar a un acuerdo... Hemos vivido tantas cosas juntos, que te perdono todo lo que has hecho. Así que estas de suerte, no voy a echarte nada en cara. -no podía creer lo que me estaba diciendo, ¿como se atrevía?
- Mira, no se lo que quieres, pero te aseguro que lo que yo quiero es seguir con Elettra. Lo tengo muy claro. - lo que dije, hizo que se desatara en el un huracán interno. Vi como en un arrebato, me agarro de la muñeca, y llevo mi mano hasta debajo de su toalla.
- Ella no tiene esto... mira, ves... Se pone contenta de saludarte. Y es toda para ti. -dijo mientras ponía mi mano en su miembro, y me llevaba mi mano hacia arriba y hacia abajo. Sentía mucho dolor en la muñeca, tanto dolor, como asco me producía tocar el pene de Andres.
- Suéltame, me estas haciendo daño. -dije con una mirada llena de odio dirigida a el.
Me soltó, y me agarro por los brazos, hasta que me levanto y me pego a el. Me miraba fijamente... tanto, que me daba miedo sostenerle la mirada. Decidí coger las cosas e irme, creía saber que era lo que intentaba sacar de mi visita, y me negaba a que sucediera.
- Estas loco, no quiero que vuelvas a contactar conmigo. Y ni te atrevas a volver a tocarme... -dije dandole la espalda.
- Yo de ti no me iba. Si lo haces, acabaras con su carrera discográfica... -vaya, parecía que lo que tenia planeado era mas sofisticado.
- ¿Que quieres? -dije mientras me quede mirándolo con desprecio.
- Volver contigo. -dijo cogiéndome las manos y besándomelas.
- Andres, estoy enamorada de ella, supéralo.
- Muy bien, me haces sacar mi cargamento pesado. De aquí solo saldrás conmigo. -se acerco hasta un maletín, y lo abrió.
Dentro había un montón de fotos nuestras. En Bolonia, de su familia, besándonos... incluso fotos sacadas desde el edificio de enfrente en el que se nos veía a las dos desnudas haciendo el amor... Yo no salía de mi asombro.
- Eres un cerdo... ¿Como eres capaz? -dije llena de rabia. Como podía llegar tan lejos, sin importarle nada.
- Te gustaría los videos que tengo de vosotras dos juntitas. No te voy a negar que alguna vez que otra me los he puesto para inspirarme... -decía riéndose como un loco.
- Me das asco, ¿no ves que no te quiero?
- Tendras que hacerlo... O tu jodida debilidad, esa italiana de mierda, perderá la oportunidad de lanzar su puto disco. Y créeme que su familia también sufrirá las consecuencias de todo, esta todo muy bien amarrado. Tengo mucho material, junto a unas declaraciones muy interesantes. Y para completar todo esto... cámaras por toda la habitacion. Si te vas ahora con ella le pasare el video con del encuentro que has tenido con tu amante, que no es mas ni menos que un servidor... Así que, tienes dos opciones; o vuelves conmigo, o mañana la italiana te dejara por serle infiel con "tu nene" y después con las imágenes que venderé a la prensa será repudiada en Italia hasta por su propia familia.
- Eres un hijo de puta -dije escupiéndole a la cara.
El comenzó a reírse, y con la mirada completamente ida, se acerco a mi y me soltó un bofetón, que me tiro al suelo. Sentí como la sangre brotaba de mi labio, un sabor metálico en mi boca, me pase la mano y me limpie con toda la entereza que pude sacar en ese momento. Me acababa de partir el labio. No reconocía a la persona que estaba junto a mi, era un hombre frío capaz de todo por conseguir lo que quiera.

La espera desespera. BLUMETTRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora