La felicidad es efimera

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Ya una vez subida en el avion empece a reorganizar mis pensamientos y sentimientos. Estando junto a Elettra, no habia lugar para pensar demasiado estando juntas no necesitábamos mucho mas, ademas siempre nosotras  nos decíamos que debiamos dejar de un lado nuestras cabezas y sentir con el corazón... Eso es lo unico que hacia con Elettra, SENTIR, sentir cosas bonitas, AMAR, siempre deseando quererla cada dia mas. En definitiva, mi corazon se apoderaba de mi y solo salia de mi cuerpo amor incondicional hacia ella, y a cambio yo recibía amor y cariño dia a dia.

Despues de la llamada y de saber que Andres se encontraba mal, mi cabeza se activo, yo amaba a Andres, como todos mis ex. Yo siempre he dicho que el amor no se acaba. El dejar de tener una relación sentimental con alguien no sifnifica que esa persona tenga que desaparecer de mi vida. Con Uri me pasaba lo mismo, era alguien muy importante para mi, y jamas podria sacarlo de mi vida.
Conozco a Elettra demasiado bien, y aun recuerdo los bucles por mi ex. Ahora con todo esto que estaba pasando, no se si afectara nuestra relacion, tengo la esperanza que no, pero no puedo dejar de hacer lo que siento, y la persona con la que comparto mi vida debe entender como soy.
Lo mas importante era el estado de salud de el, esta claro, no quería ponerme a darle vueltas a mi situación sentimental, pero tantas horas en el avion me hizo pensar en Elettra, esperaba que la nueva Elettra no cometiera los mismos errores del pasado, y me dijese sinceramente si habia algo que le molestaba. Ambas nos esforzábamos para que lo nuestro no tuviera obstáculos que nos impidiese avanzar, pero se que su mentalidad tan distinta a la mia puede que no encajase bien lo que estaba haciendo.

Llegue a Madrid, y en el aeropuerto estaba esperandome mi tia. Me dijo que tenia que ir a Madrid por un asunto de trabajo, y que vendría a buscarme.
- Hola tia, ¿Esta todo bien?-dije dandole dos besos.
- Parece ser que ha mejorado bastante en las ultimas horas, y ahora esta fuera de peligro y consciente.
- Sii, me alegro... Tengo que verlo, necesito hablar con el.
- Te acompaño al hospital, no te preocupes. ¿Y tu que tal por Miami?
- Muy bien tia, estoy muy contenta con el viaje.
- ¿Y Elettra? ¿Ha sido ya capaz de reconocer lo que decian sus ojos? -dijo dibujando una sonrisa en su rostro.
- Elettra ha cambiado mucho, ya no es tan reservada, y la verdad es que estamos muy bien juntas.
- ¿Juntas?¿Pero que dices?...¿Ahora teneis cosas juntas?
- Venga tia, no te hagas la tonta... No nos viste el dia que fui a por las cosas... no te creo.
- Os veia muy cariñosas, y felices, pero de ahi a tener algo...
- Somos novias. -dije de manera cortante señalando el anillo que me regalo en Miami.
Mi tia se quedo boquiabierta, y con los ojos abiertos en par... parecia un emoticono. Y se quedo sin saber que decir.
- ¿Por que pones esa cara? No es nada descabellado lo que acabo de decir... Nos queremos mucho, y parece que estamos en nuestro momento.
- Cariño, sois tan diferentes... teneis maneras tan distintas de ver y hacer las cosas... A veces el querer una persona no es suficiente...
- Ya hemos llegado, ¿en que zona esta?- Lo que decia mi tia tenia razon, eramos tan distintas... pero parecia que ahora nos comprendiamos y necesitabamos la una de la otra. Yo no queria seguir con el tema, bastante tenia con la preocupacion del incidente como para tambien comerme la cabeza con obviedades que ya estaban muy pasadas y parecia que solucionadas.

Llegamos a la puerta de la habitacion, y tras dar picar la puerta, entramos mi tia y yo. La imagen del chico fuerte y sano que tenia de el, se volvio fragil y vulnerable a la primera mirada que le diriji. Estaba en la cama, lleno de cables, botellas de suero con medicación que se insertaba en su brazo, tenia la cabeza vendada, la cara amoratada y un brazo escayolado en "L". Ahora el estaba dormido, y su madre estaba sentada en la silla que estaba a su lado. Al verme se levanto y se vino a saludarme.
- Hola Alex, no sabia que ibas a venir, tu tia me dijo que estabas fuera de España. -tenia la cara demacrada, su mirada era la de una mujer cansada.
- Hola Lidia, no podia estar lejos de el sabiendo que estaba mal. ¿Que sabes hoy?¿te han dicho algo los medicos?
- Todo esta bien, lo unico es que parece ser que el golpe ha afectado lo bastante a su cuerpo y debe dejar el deporte. -dijo mientras le asomaban unas lagrimas.
- Pero, como puede ser... el es muy fuerte, seguro que logra..
- Tiene que llevar una vida menos activa, con el golpe no puede extralimitarse en muchas cosas, y el crossfit es demasiado exigente como para que pueda continuar con el.
Conociendo como era, sabia que estaria destrozado, abrace a su madre para transmitirle mi apoyo, y comenzo a llorar. Yo al verla no pude contener algunas lagrimas.
- No te preocupes, te veo cansada. Ve a casa, mi tia puede acompañarte, y descansa. Yo puedo pasar la noche aqui.
- No de verdad que no...
- Venga, va. Me quedo esta noche, ve a casa y mañana por la mañana vuelves.
Ella tomo mis manos entre las suyas, y me miro agradecida a los ojos. Despues me dio dos besos y cogio sus cosas antes de marcharse.

La espera desespera. BLUMETTRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora