Por la mañana cuando desperté me encontré sola en la cama, y junto a mi tenia una carta con una rosa blanca. Abrí el sobre y me puse a leer la nota que había dentro.
-Buengiorno Amore, no he podido esperar mas para que despertaras junto a mi... Tengo un chingo de cosas que hacer en la discográfica, pero te prometo que esta noche es para ti y para mi. TE AMO.
Las lagrimas brotaron de mis ojos apagados, y sentía que el aire no entraba en mi pecho. Me aferre a la rosa, y comencé sollozar. Después de todo lo que paso con Andres, yo no podía dejar de sentirme sucia, y mi cabeza era incapaz de pensar que es lo que debía hacer. Solo tenia claro que lo quería dañar ni a Elettra ni a su familia, pero parecía algo imposible. ¡¿Por que la vida nos ponía tan difícil vivir nuestro amor?! Elettra era todo lo que había buscado, y nos complementábamos la una a la otra, pero el destino siempre se nos volvía en contra...
La cabeza me iba a estallar, así que decidí salir a hacer deporte, necesitaba soltar adrenalina e intentar aclarar mis pensamientos.Después de estar mas de una hora corriendo, volví a casa para ducharme. Decidí que debía hablar con alguien, y necesitaba saber que pensaba mi prima de todo esto. Seria difícil contactar con ella, pero tenia que hacerlo.
Llame a la ONG, y después de varios intentos conseguí hablar con una compañera suya. Mi prima estaba fuera, y hasta dentro de una semana seria imposible contactar con ella. Mas adelante pensaría en como podría intentar hablar con ella, siempre que necesitaba hacerlo encontraba la manera.Pase el día con el estomago revuelto, sobresaltandome por cualquier ruido y llena de pena por lo que había sucedido y no me dejaba sentirme libre para hacer lo que mi corazón pedía a gritos. No reunía el valor suficiente para contárselo a nadie mas, así que intente hacer yoga, para liberar tensiones... Después de varias horas, que me ayudaron a relajarme con mi yo interior, sonó mi teléfono. Era un mensaje de Elettra:
- Esta noche tu y yo, y una magnifica cena. Solo dime si te apetece cenar fuera o compro sushi cuando vaya para casa. TE QUIERO. -Yo le conteste que mejor cenábamos en casa, y que yo me encargaría de todo. De ese modo me pasaría el resto del día ocupada en la cocina.Me puse a preparar la cena, no si antes poner música india, necesitaba evadirme, y eso era una labor complicada, después de todo lo acontecido. Cada vez que cerraba los ojos veía a Andres jadeando encima de mi cuerpo. Era tan grande el rechazo de la imagen que me mostraba mi subconsciente, que cada vez que eso ocurria comenzaba a vomitar el contenido vacío de mi estomago. Fui incapaz de comer nada durante el dia, sentia que estaba muerta en vida. Llena de rabia y dolor, y sin poder decirle a Elettra lo que ocurría, temía que fuese a por Andres y se agravara todo. No podía consentir que el siguiera haciendo daño a ella, y si para ello debía quedarme sola con lo que había pasado, lo haría.
Intentando seguir con los preparativos de la cena, saque un bol para preparar el pastel de verduras. Añadiendo poco a poco los ingredientes que tanto le gustaba a Elettra, y amasándolos con sumo cuidado... De pronto sonó el teléfono, y descolgué sin mirar, seguro que era ella para asegurarse que no debía traer nada de comer a casa. Siempre estaba pendiente de todo.- Dime cariñito, estoy esperándote en casa. Todo esta bajo control... -dije intentando aparentar normalidad, aunque seguía abatida por lo de la noche anterior.
- Vaya Alexandrita... que rápido te he hecho entrar en razón... sabia que lo que tu necesitabas era pasar una noche conmigo. -sentir la voz de Andres en vez de la de Elettra me hizo estremecerme, y acabe tirando el bol con toda la comida que tenia preparada. Fui incapaz de gesticular ninguna palabra. Solo sentí un nudo en el pecho que me impedía respirar. - Te llamaba para saber como y cuando vendrás a mi lado, estoy deseando volver a hacer el amor contigo. Lo de anoche era lo que necesitábamos...
- Andres, antes de que me vuelvas a tocar prefiero morirme. Y ayer no hubo nada de amor en lo que me obligaste a hacer. ¿No entiendes que es imposible volver a estar juntos? -conseguí decir con voz segura.
- Bueno, ya sabes que yo soy muy previsor siempre, y para asegurarme que ella tampoco disfrute lo que es mío, te he dejado un regalito... Te aconsejo que te hagas unos análisis, y como soy tan bueno y te quiero tanto seguiré dejándote unos días hasta que recapacites y vuelvas a mi lado. Cuídate nena. -¡¿Que?! Que quería decir con lo de los análisis... ¡No uso protección! Puede que... Esta completamente loco, debe ser una broma descabellada para hacerme dudar.
Cogí el teléfono y llame, sacando todo el coraje que llevaba dentro, mientras los alfileres que me recorrían el cuerpo hace unos minutos se desvanecían de mi cuerpo y mente.
- Caray, que rapidez... ¿Tanto me echas de menos? -dijo con sorna, para terminar riendo como un autentico villano. Se sentía con todo el poder en su mano, y sin duda alguna que estaba completamente ido.
- Escuchame bien, hijo de puta... Te juro que como me hayas contagiado algo te mato, y olvídate que vuelva a tu lado, porque antes de eso prefiero pegarme un tiro. Así que déjate de jueguecitos de niños, y empieza a comportárte como un hombre.
- Ayer fui un autentico hombre entre tus piernas, ¿recuerdas? Lo hice como siempre te gusto, no se por que te empeñas en parecer enfadada con algo que te gusta tanto... ¿No entiendes que el que controla tu vida soy yo? Te creía mas lista, pero eres una pobre ilusa mas... Así que no me amenaces y vuelve a mi lado, o sino tu zorra italiana y su familia lo van a pasar muy mal. Mañana a primera hora te quiero en casa o comenzare a mover los hilos. -sentencio y me colgó el teléfono.