Cuarenta y seis

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Narrador omnisciente

Ross cruzo la calle rápidamente para así dirigirse a la tienda, donde compraría su traje de boda, su padre ya lo estaba esperando adentro, al rubio se le habia hecho tarde por estar jugando videojuegos y no darse cuenta de la hora que era, miro el cielo, las primeras gotas de una gran tormenta se hicieron presentes, las puertas se abrieron y con un tacto de elegancia, Ross camino hasta donde su padre estaba sentado con su celular en manos tecleando algo que el desconocia, lo saludó dándole un leve golpe en su hombro, Mark felizmente le sonrió, el rubio se sento en un sofá enfrente de el y miro toda la tienda, el estaba ahí.

James le entrego la tarjeta de crédito a la chica del mostrador, llevaba un traje eso era más que obvio se dijo así mismo Ross, se levantó sin decir nada y camino hasta James.

— James.

El giró en sus talones al escuchar su nombre, miro confundido a Ross hasta que entendió que hacía el en esa tienda.

— Comprando el traje ¿no?— sonrió guardando su tarjeta de crédito.

— ¿Por que tu llevas uno?.

— Tengo planeado casarme con Hazel.— El rubio lo miro sorprendido— Bromeó, un amigo me pidió favor de recogerlo, nada relevante a decir verdad.

— Pense que... te iba a matar si eso era real...

— Creo que Hazel lo tomó bien, ella no te va a matar por que en realidad si te vas a casar con Kate— Hubo un silencio entre los dos— En fin, nos vemos, despideme de tu papá.

Ross queria saber de ella, lo detuvo imponiéndose en su camino, James alzó una ceja pidiendo explicación.

— ¿Ya esta Hazel en Los Angeles?— Se encogió de hombros.

— Ross, no lo se, además ¿Desde cuando hablamos con naturalidad? somos rivales en todo, y así será siempre, pese a todo lo que se viene.

— ¿A que te refieres?.

— Solo cuidate— James hizo a un lado a Ross y así por fin salir de la tienda ¿Cuidarse? ¿De que o de quien?.

James coloco el traje en la parte de atras del auto, hizo una mueca antes de subirse en su auto y partir, el corazón del rubio se acelero, presentia que algo sucederia ese dia y estaba en lo cierto.

Riker Lynch

— ¿Mama?— Dije mientras bajaba las escaleras de casa, hace unas cuantas horas que regresamos, una bienvenida y todos se disparciaron ante la proxima boda de Ross, no estaba de acuerdo pero ya era su notable decision ante lo que queria hacer con su vida. Empece a tararear una canción mientras buscaba mi celular.

— ¿Disfrutaste esos dias con ella?— Me asuste al escuchar esa voz a mis espaldas, se suponia que estaba solo en casa, gire lentamente esperando lo peor, reí.— ¿Que te causa gracia?

— Tu.

Chad estaba recostado en la puerta de la casa con sus manos metidas en las bolsas de sus vaqueros, tratando de darme miedo, ya no lo haria, mucho me hizo meses antes, demonios, cuanto odiaba a este chico, el suspiro rendido ¿Rendido?, lo mire confuso queriendo saber por que el estaba en mi casa, y hablando conmigo, más bien ¿Por que yo no le he dado una paliza?.

— Debo confesarte algo...

— ¿Paso algo?— pregunte.

Me gustas, Ross.  ➸Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora