La chica abrió los ojos y recordó que él ni la conocía mientras que ella si sabía algunas cosas, como su nombre, Kim Minseok y que dejaba a chicas en sillas de ruedas, era lo único que sabía de él.
—¡T-Te confundí con alguien más!— respondió nerviosa. —Rayos...—
—Eres una gran tonta, ¿como te lanzas a la calle de esa manera?— dijo él. —¿Acaso eres suicida?—
Yoon lo miró molesta y reaccionó de inmediato.
—¿Y que eres tú? ¿un delincuente?— Yoon gritó. —Solo las personas ciegas le sucede eso ¿o también eres daltónico y no puedes ver los colores?—
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—Solo las personas tontas hacen tales estupideces, ¿eres retrasada?— respondió.
Aquella palabras llegó al pecho de Yoon, incendiando más la llama de ira que ya estaba plantada allí. Al rededor de ellos estaban los autos y la gente de las calles observando todo lo que estaba sucediendo entre los chicos que estaban en medio de la calle pelando.
—Escucha idiota, estoy realmente apurada y un estúpido como tu no me hará llegar más tarde. Quedate solo.— Yoon se volteó para continuar caminando pero el chico la tomó del brazo bruscamente y la empujó.
—¿Crees que quedaré como un tonto en medio de la calle?— gritó el chico.
—Si.— respondió fría. —Viniste al mundo de esa manera, tenemos que aceptar las cosas como son, de que eres un gran tonto.— Yoon levantó una ceja y volvió a tomar su camino.
—¡Eres una bastarda!— el chico gritó fuerte dejando a todos con la boca abierta.
Yoon volteó y la furia ya estaba fuera de sus límites, esta vez y tales como muchísimas veces anteriores, ella no se quedaría callada.
—Dame tu casco.— ordenó.
—¿Que mierda vas hacer...?—
—¡Dame tu maldito casco!— interrumpió y el chico le entregó el casco negro a Yoon.
De su bolso sacó un encendedor y una botella de agua y otra botella de un color extraño, colocó el casco en medio de la calle y le dio una fuerte patada, abrió el encendedor y tomó la botella con el liquido de color extraño lo echó junto al encendedor, era gasolina. Al entrar el contacto de gasolina y un encendedor, ésta se prendió fuego frente los ojos del chico que estaba con la boca abierta.
Yoon tomó la botella de agua y tomó un poco de ella mientras miraba amenazante a el chico. Ella tomó la botella y echó el resto de agua en gran fuego que estaba a lado de ellos, el fuego se expandió volviendo más impactante aquella escena.
—¿Ahora que harás?— dijo Yoon y le echó un poco agua en rostro del chico.
—¿Que hace una chica con una botella de gasolina en su mochila?— preguntó el chico.
—No molestes.— dijo Yoon
Tomó su bolso junto a otras cosas más y caminó hasta llegar al otro lado de la calle para volver a su universidad.
El chico quedó con la boca abierta y sin poder creer lo que esa chica loca había hecho, era muy valiente para hacer tal cosa hace unos segundos. El chico realmente molesto apretó su mandíbula, mientras echaba suspiros sin poder creerlo, miró hacia el suelo y vio como una sencilla cadena de oro estaba en el suelo, la tomó y lo guardó en su bolsillo.
. . .
—¡Agh! Es un desgraciado.— gritó Yoon mientras caminaba en la calle de noche.
—¿Quien?— preguntó Hyuna a su lado.
Ella no le podía decir, de hecho, a nadie le podía decir, no quería problemas por ningún lado y menos con ese chico. Aunque ella ya se metió en problemas con él pero ella pensaba una y otra vez que eso se lo merecía y que si fuese por ella le hubiera roto la nariz.
—No, no es nadie.— respondió. —Es solo que quemé el casco de un chico.—
—¡¿Que?!— gritó Hyuna. —¿En serio?—
—Si, fue un tonto.— dijo Yoon abriendo la puerta de su casa. —Es un tonto.—
Entraron y la casa estaba oscura, encendieron las luces y dejaron todas sus cosas en el mueble. Yoon fue a la cocina y tomó el jugo de naranja y tomó de él sin necesidad de buscar un vaso, Hyuna se lanzó al mueble mientras suspiraba varias veces.
—¿Mamá y Papá?— preguntó Yoon desde la cocina.
—Están en una fiesta del trabajo de papá, llegarán como a las cinco de la mañana.— respondió Hyuna. —Ya me tengo que ir.—
Se levantó del mueble tomó su abrigo y su bolso.
—¿A donde vas?— preguntó Yoon.
—Voy a la casa de E'Dawn, tenemos que hacer un trabajo.— respondió.
—Si claro, un trabajo.— Yoon volteó los ojos. —¿Acaso es un trabajo sobre el tema del sexo?
—Tal vez.— rió. —No volveré hasta mañana. Adiós.— salió y cerró la puerta.
