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—¡Hasta el fondo!— gritó Jong Dae mientras todos tomaban un trago fuerte.

—Esto es patético.— dijo Yoon cruzando los brazos frente a la barra de aquel bar.

Después de escapar del hospital psiquiátrico abandonado los chicos arrastraron a Yoon hacia un bar a las once de la noche. Solo ponerse en el lugar de la chica rodeada de ocho hombres altos y que dan miedo provocan timidez, pero como Yoon es una chica completamente diferente y sin miedo a nada le daba exactamente igual la actitud de esos chicos.

Yoon estaba sentada en una silla alta frente a la barra y justo a su derecha había ocho hombres que al parecer al tomar alcohol no les hacía efecto al tomar tanto.

—Yoon. Vamos afuera, tenemos un tema pendiente.— Minseok tocó el hombro de Yoon mientras caminaba hacia la puerta llamando la atención de la chica. Él pasó por la puerta trasera del bar y de quedó allí afuera y encendió un cigarrillo.

Yoon volteó los ojos y echó un gruñido, volteó hacia su derecha y allí estaban los siete hombres restantes mirándola con unas sonrisas que daban mala espina.

Al parecer ellos sabían que le harían a la chica

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Al parecer ellos sabían que le harían a la chica. Oh por Dios, que miedo.

Yoon caminó hacia la puerta de metal que estaba en un rincón, la abrió y salió. Al salir vio como al otro lado de la puerta

había un callejón y lleno de basura, algunos gatos sobre la basura y el sonido de los aires acondicionados por fuera, que asco. Yoon avanzó el lazo lentamente y unas manos con movimientos rápidos empujó a la chica a la pared y la acorraló.

—Oh, que bien.— dijo Yoon.

La chica prestó atención al rostro y por la poca luz no podía identificar bien los rasgos de esa persona, pero después se acordó que el único que salió por esta puerta fue Minseok, que broma tan tonta.

—Me dejaste en ridículo frente a mis amigos.— dijo Minseok. —Te dije que te castigaría por eso.—

—Suenas como esos fanfics más de dieciocho.— Yoon volteó los ojos. —¿Acaso vas hacer un segundo chupón? Pues por mi bien, así podré escaparme de mi universidad cuantas veces yo quiera.—

—Si eso es lo que deseas.— respondió Minseok acercándose al cuello de Yoon para hace su trabajo.

—No, no, no. Era broma.— dijo Yoon y Minseok levantó una ceja. —¿Era eso lo que harías?—

—En realidad no.— respondió Minseok. —Tengo algo peor.—

En un abrir y cerrar de ojos la chica estaba otra vez en la silla alta frente a la barra del bar, y sobre la barra estaba un gran frasco de cerveza. Su tamaño era impresionante, era para un hombre pecho peludo. Todos los chicos miraban sorprendidos el tamaño de esa cerveza, tal vez la querían para ellos solos.

𝐆𝐀𝐍𝐆𝐒  ──  𝐾𝐼𝑀 𝑀𝐼𝑁𝑆𝐸𝑂𝐾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora