El duro y frío Coronel Steve Bosley es el jefe del escuadrón alfa, la unidad más eficaz de operaciones especiales estadounidenses, quienes se encargan de la seguridad del país y el bienestar de los ciudadanos que en ella habitan.
Por otro lado, se e...
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El coronel me acomodó la silla y después se sentó frente a mi, tomamos la carta y ordenamos minutos después, estudió la carta mucho más del tiempo que yo me pude tardar (tomando en cuenta que es la primera vez que él está aquí)
- ¿Todo en orden, Coronel?
- Si, solo que debo cuidar lo que como.
- ¿Lo correrán del ejército por comer papas fritas?
- No, claro que no - miró a la mesera y ordenó comida como si fuera a venir todo su pelotón, abrí mucho los ojos - y guarnición de papas fritas, por favor.
- ¿Va a comer todo eso, Coronel?
- ¿Tiene algo de malo? necesito proteína - yo diría que le sobra, mira nada más esos pectorales.
- Si, ya veo que pretende parecerse a La Roca.
- No, no es el punto, hago mucho ejercicio, necesito proteína para mantenerme, muchas calorías.
- Lo que va a comer ahora debe tener unas 4 mil.
- Perfecto, necesito comer unas 10 a 12 mil calorías diarias, de otra forma, voy a perder músculo y eso a mi nación no le conviene, tengo ese tipo de metabolismo acelerado, cuando quemas grasa hasta sentado, por ello, no me conviene dejar de comer - ni a nosotras las mujeres, se lo aseguro Coronel.
- Bien, espero que ese filete de ternera que pidió sea de su agrado, a mi gusto, es el mejor de la ciudad.
- Con ello me conformo, doctora Prince ¿qué ordenó?
- Tal vez un platillo y no 4 como usted.
- ¿Come poco?
- Lo necesario para mi cuerpo, Coronel, por lo que deduzco que los 40 centímetros que creo es usted más alto que yo, y también en kilos, es el equivalente a la comida que necesita ingerir. - sonrió.
- Si, considero que así es.
- ¿Cuándo se va?
- Mañana en la tarde tengo que reportarme, pero vendré, no se preocupe.
- No estoy preocupada, solo es curiosidad. - eleva una ceja.
- De acuerdo - nuestros alimentos llegaron después de los 3 minutos más largos de mi existencia y me clavé en mi plato, el Coronel era elegante hasta para ésto, usaba los cubiertos con precisión y lo miré comer, era, no sé, entretenido, después de unos segundos, se percató de mi mirada.
- ¿Sucede algo?
- No, solo observo lo fuerte que sostiene los cubiertos, creo que podría partir el plato en cualquier momento.
- No me creo tan capaz de algo así, tenía razón con la ternera, está deliciosa.
- Se lo dije, es la mejor de Tucson. - se distrajo un poco cuando su móvil sonó, miró la pantalla y rodó los ojos.
