CAPITULO XLVI "CREYÓ QUE PODÍA VOLAR"

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- Entre el tobillo y el muslo hay un hueso que no sanó de la manera correcta

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- Entre el tobillo y el muslo hay un hueso que no sanó de la manera correcta. - miré al "amigo no cercano" de Steve. - es seria la metralla que tiene cerca de la columna, si no se atiende, podría lastimar la columna y dejarlo paralítico. - me miró - digo que es genial que estés vivo, no deberías vivir tu única vida de modo insensato, hay otra persona así aquí en EE.UU. - miré a Steve que se limitó a frotarse el yeso del brazo. - tiene el juicio en otro lado. - evitó mi mirada y eso no es bueno, me acerqué a él. - y no iba a decir ésto, ese soldado que vimos en Sierra Leona. - me miró.

- ¿De quién hablas? 

- El que me regañó por operar al paciente moribundo, el tipo cara de marmota que te castigó. - Steve me miró con los ojos muy abiertos. - les preguntó a los médicos por inyecciones de drogas y píldoras ¿somos sus subordinados? ¿por qué nos trata como quiere? - Steve se levantó de la cama y me cubrió la boca, miró a los lados, como si buscara algo, se llevó el dedo índice de su mano lastimada a los labios, después robó el bolígrafo que tenía en mi bata y escribió en mi mano "no hables mal, hay micrófonos aquí dentro" me sonrojé y miré a Steve. - ¿ahora qué hago, cielo? - Steve movió la mano haciéndome entender que tenía que seguir hablando. - el soldado quizá sabe lo que sucede ¿no? me alegré tanto de verlo que casi le doy un abrazo. - Steve escribía mientras yo hablaba tontería y media.

- Creo que sabe todo porque es un buen mayor.

- Sin duda, es genial.

- ¿Tú mamá está bien, doctora Prince?

- ¿Cómo dices? - negué - si, la alaban por la comida que hace, se gasta todo mi dinero haciendo compras. - Steve me mostró lo que había escrito "necesito un lugar silencioso para hablar con Borkan" titubeé. 

- Está muy bien. - Steve esperara que aceptara.

- No pude saludarla bien, estipulemos una fecha, tú decides dónde. - pero claro, me está diciendo sobre mi madre, pero habla de Borkan ¿entendieron? ¿no es genial el trabajo del coronel Bosley? 

- ¿Tengo qué hacerlo? no quiero hacerlo y creo que a mi mamá tampoco le gustaría. 

- No tendrás de qué preocuparte.

- No sabes mantener tu palabra, sigo molesta por eso.

- Te pido que me ayudes. - me miró tierno, indefenso, lucía como un pequeño gatito que solo quiere un poco de leche, me derritió en segundos, es un vándalo del mal. 

- No me dejes sola la próxima vez con ella solo por estar ebria, ven a la sala CT después de que mande al coronel Borkan, debo hacerle más estudios y necesito una nueva radiografía de tu tórax, no llegues tarde porque tengo muchos pacientes. - asintió con su sonrisa de triunfo, estafador. Salí de la habitación, preocupada borrándome lo que Steve me había escrito ¿o debería dejarlo solo por tratarse de la caligrafía de mi chico? Choqué con el pecho de un hombre y lo miré de inmediato.

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