El duro y frío Coronel Steve Bosley es el jefe del escuadrón alfa, la unidad más eficaz de operaciones especiales estadounidenses, quienes se encargan de la seguridad del país y el bienestar de los ciudadanos que en ella habitan.
Por otro lado, se e...
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Estaba feliz, no podía evitar dar saltitos en mi asiento mientras Jared conducía mi coche nuevo.
- ¿Tan importantes eran esas fotos? - sonreí.- ¡qué adorable! - le apreté el cachete, acaricié su mejilla, él me quitó la mano de su rostro y después enlazó su mano con la mía - pero ¿por qué vas en ésta dirección? ¿no me estás llevando a casa, verdad? cuando dos adultos son novios, no deben volver temprano a casa, beber agua extranjera cambia a los hombres ¿por qué tú nunca cambias?
- Quizá no te llevaré a casa. - sonreí.
- A eso me refería. - mi móvil sonaba.
- Hay mucho ruido, contesta. - miré mi móvil, era el soldado Jonhson, el espía ¿lo recuerdan? corté la llamada, Jared miró.
- ¿Quién era?
- Desconocido.
- Era alguien a quién conocías.
- No. - respondí, volvió a sonar.
- ¿Era Garden o Fulton?
- No, era ninguno de ellos. - espeté. - te equivocas. - puso el control automático y elevó mi mano para ver de quién se trataba.
- Espera. ¿crees que compré éste auto funcional para que puedas quitarme el celular? - deslizó su dedo por mi móvil respondiéndole al soldado Jonhson, puso el altavoz.
- Soldado Jonhson reportándose, señora, el capitán actuó normal en el entrenamiento vespertino, se arregló el cabello 3 veces antes de irse.
- No fueron 3 veces, soldado, fueron 2.
- ¡Saludos, capitán, poder y unidad! - espetó.
- Volveré a las 2200, prepare fideos y pollo, espera hasta que llegue, haz los fideos tú mismo. - le colgó, y me clavó la mirada.
- Es una costumbre, nadie cambia de la noche a la mañana. - se detuvo en el semáforo después de tomar el control de nuevo, volvió a poner el automático y se estiró hasta que quedó muy cerca de mi, cerré los ojos, esperando el beso.
- No lo haré, es un castigo. - lo miré de mala manera y giraba mi cuello a la ventanilla cuando su mano me detuvo y me besó apasionadamente, por fin, pirotecnia en mi interior y aunque me llevó a casa, me quedé más que contenta.
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