El duro y frío Coronel Steve Bosley es el jefe del escuadrón alfa, la unidad más eficaz de operaciones especiales estadounidenses, quienes se encargan de la seguridad del país y el bienestar de los ciudadanos que en ella habitan.
Por otro lado, se e...
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Abordamos el coche, Steve subió después de mi y nos mantuvimos en silencio hasta que llegamos a una enorme mansión, entramos a una habitación que nos señaló el líder de los árabes.
- Por aquí. - al fondo estaba un hombre de apariencia árabe sentado en un escritorio.
- Hola, bienvenida doctora Prince, coronel Bosley. - nos miramos sorprendidos. - soy el Rey de Arabia Saudita. - ¿qué se debe hacer frente a un Rey? - tomen asiento, por favor. - Bosley esperó a que me sentara para hacerlo también, el Rey nos miraba, una mujer se puso a su lado y comenzó a traducirnos lo que nos decía.
- supe que gracias a su rápida toma de decisiones, mi hija se ha salvado, gracias a Dios, tendrá más tiempo para cumplir con sus misiones. - sonreí, mientras la princesa aparecía en una silla de ruedas.
- Gracias, quiero decir también.
- Debe cuidarse mucho, noté que ha sido operada del corazón antes, el estrés le viene muy mal - le dije mirando a la traductora que le dijo lo que había dicho.
- Desde luego. - dijo la mujer traduciendo lo que la princesa decía. - los doctores parecen dar lata no importando su nacionalidad. - reímos.
- La guerra es fácil y la paz difícil, quizá por eso los dictadores vivan tanto. - dijo Steve mirando al rey.
- Parece que puedo relacionarme mejor con los soldados que con los médicos, pero garantizo que la princesa adoptará las órdenes de la princesa . - la enfermera se llevó a la princesa que miraba con sumo interés a Steve.
- ¿Nunca había visto un soldado, princesa?
- No uno tan guapo como usted, coronel, Dios lo proteja siempre, para que pueda seguir tomando decisiones correctas., protejan a esas niñas - sonrió para Steve y finalmente abandonó la oficina, ¿cuáles niñas? elevé las cejas, a la princesa le gusta el coronel, vaya cosa.
- Fue un honor tratar a alguien tan asombroso como usted o su hija. - le dije al rey.
- Necesito agradecerle, esto es un pequeño obsequio. - me dio una tarjeta dorada hermosa, la miré asombrada, el alfa árabe se acercó.
- No solo es una tarjeta de negocios, ésta tarjeta la salvará prácticamente de cualquier situación donde sea que haya árabes. - Steve me miró.
- Ya que me dio una ¿podría darme dos? somos dos y quien sabe, ésta podría arruinarse si se moja. - la traductora le dijo lo que dije y el rey rió a carcajadas.
- Tiene un espíritu tan dulce, doctora. - miró al árabe líder y éste le dio la tarjeta a Steve, que la miró y la guardó en la bolsa de su camisa, la cual le saqué una vez que nos despedimos, las miré a ambas.
- Mira, supongo que es un "pase libre" a dónde sea.
- Dame una, lo confirmaré - dijo quitándome una de ellas y se la mostró al líder árabe que casi me dispara.
