IX

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Cara estalló en carcajadas al ver a Zayn tocando el piano. Él se mostró ligeramente ofendido, y ____ tuvo que disculparse, aún riéndose. Volvió a explicarle la canción a Zayn. Él no comprendía que tocar despues del sucesivo Mi y Re sostenido. Se equivocaba con las demás teclas. ¿Cómo era posible distinguir una nota entre tantas teclas iguales? Esa era una de las razones por las cuales admiraba a Cara.

-Tu turno. -escribió ella en el anotador.

Zayn se concentró en las teclas. Blanca, negra, blanca negra, blanca. Cara lo hacía parecer fácil, cuando en realidad era una de las cosas más difíciles en el mundo. Para él. Apoyó sus manos en las teclas y comenzó a imitarla. Cara lo miró encantada.

-Perfecto. -dijo ella a través del anotador una vez que hubo acabado de tocar la introducción.

-¿En serio? -escribió el.

Cara le sacó el marcador. -Sí. Ahora debes aprender la estructura de la canción.

Él gimió. Sus deseos de aprender a tocar el piano habían disminuido considerablemente. Era difícil, y no conseguía hacer que sus dos manos se movieran a un tiempo diferente. Cara comenzó a tocar la siguiente parte. Era hermosa, de eso no dudaba. Pero era difícil. Y le daba pereza.

La puerta se abrió y Lauren y Luke entraron.

-Oh, Zayn -saludó Lauren-. Hola, que gusto verte aquí.

Zayn se levantó, y Cara lo miró desconcertada. Luego se percató de que su madre había llegado, y también se levantó.

-Buenos días, señora. -trató él de sonar lo más educado posible.

-Oh, no me llames así, pequeño. Me hace sentir aún más vieja de lo que creo ser. -A decir verdad, la edad no se notaba en la piel de Lauren. El pelo de ella era casi rojizo y desde lejos se podía notar que tenía ojos verdes, al igual que Cara.

Zayn rió. -Lo siento, Lauren.

Ella sonrió con ternura.

-Bueno... yo... hummm... debo irme. -musitó Zayn. Se despidió de Cara escribiendo en el anotador un "adiós" y luego besó tiernamente su mejilla, aspirando la fragancia de su rojizo cabello.

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-¿Dónde estabas? -dijo Julia casi gritando.

Zayn sólo se limitó a reír. -Consumiendo droga. -contestó él haciendo énfasis en la última palabra.

Julia lo miró con sus ojos abiertos como dos grandes círculos.

-Droga. Droga, droga, droga, droga. -canturreó subiendo las escaleras. Sabía que el castigo aumentaría aún más, pero le divertía enfadar a su madre.

Julia siguió a su hijo, y entró a su habitación. -¿¡Acaso te volviste loco!? ¡¿Sabes cuanto afecta esa porquería a tus neuronas!?.

-Sí...

-No saldrás de esta casa por dos meses.

-¡No! Espera, ¡era broma!

-Claro que sí. -ironizó ella.

-¡Julia! Sólo quería hacerte enfadar. ¡Mírame! Estoy en perfecto estado. Te juro que no he consumido absolutamente nada.

-No saldrás por dos meses. Está decidido.

Zayn quiso mantenerse serio, pero una sonrisa se escapó de sus labios, acompañada de una sonora carcajada. -¡Ha sido una broma! Te lo juro, Julia. Además no tengo dinero.

-Zayn, esto es por tu bien. Consumir droga es dañino para tu salud, además de que puedes ir tras las rejas.

-¡Pero, mamá! ¡Sólo una... o dos veces he consumido eso! ¡Te juro que hace dos años no lo hago!

-De todas formas, fumas.

-Sí, y me has sacado el dinero, así que ahora no puedo hacerlo.

-Entiende, Zayn. Soy tu madre. Te amo, y debo protegerte.

Julia salió de su habitación. Zayn no sabía si reír o llorar, literalmente. Ella se había creído la broma. Zayn no podría salir de la casa por eso... ¡Cara! ¡No iba a poder verla!.

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-Me gusta que hagas amigos -le comentó su madre.

-Oh, sí. Zayn es una buena persona. Le he enseñado a tocar una canción en el piano.

Lauren sonrió con ternura. -Sigo insistiendo en que te presentes en el teatro. Podrías impresionarlos.

-Muchos de los pianistas los impresionarán.

-¡Cara! Hija, en serio. No puedes desperdiciar u ocultar tu talento.

-¿Desperdiciar? Ya está desperdiciado. ¿Ocultar? Si lo muestro no serviría de nada.

-Si yo fuera tú, lo primero que haría es mostrar a la gente lo que puedo hacer.

-¡Agradece que no eres yo, y puedes escuchar! -expresó Cara molesta con sus manos.

Lauren se arrepintió absolutamente de todas las palabras que sus manos habían manifestado inconscientemente.

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