XXII.

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La mirada insinuante de Lauren le advertía a ella que suba a su cuarto con rapidez, haciéndole creer que no había visto las señas que estaba haciendo. No tenía ganas de explicarle nada, porque la mujer ya empezaría a aludir los hechos sin siquiera saber lo que había sucedido. Apenas había bajado por un vaso de agua y su madre ya la había bombardeado con preguntas acerca de dónde estaba y con quién. No quería contarle, porque bastaba con señalar el nombre de Zayn para que empiece con sus especulaciones tan ridículas como estúpidas.

—Cara... —dijeron insistentes las manos de su madre, pidiendo que dé detalles acerca de su día.

—¿Qué? —preguntó impaciente, moviendo sus brazos de forma rápida.

—¿Qué has hecho hoy? Cara suspiró y se apoyó en una de las paredes laterales de la cocina.

—He... salido. Lauren puso una cara sumamente obvia.

—Con... un amigo —agregó. Su madre abrió los ojos con una sonrisa que prácticamente se extendía de oreja a oreja. Era como si fuese una adolescente, escuchando las aventuras de su mejor amiga.

—¿Se puede saber qué amigo?

—Hummm... no. Esta vez, la mirada de Lauren se tornó pícara. A Cara le comenzaba a molestar su entrometimiento.

—¿Sabes? —le dijeron sus manos— Hoy ha venido la madre de Zayn, molesta, porque su hijo había desaparecido, y no estaba en el colegio.

—Ha de ser una coincidencia —se burló Cara, pensando si ya podía irse.

—¿Una coincidencia? —especuló Lauren.

—Una coincidencia —le confirmaron las manos de Cara, quien se encontraba preguntándose cuál era el sentido de aquella conversación.

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—¿Te retaron? —le preguntó Cara a Zayn mediante un anotador, cuando se encontró con él sentado en el cordón de la calle. Apenas la vio, el sonrió. Le ofreció el marcador y se sentó a su lado, maldiciendo al frío que habitualmente reinaba en Humboldt.

—Sí. ¿A ti? —No —escribió esta vez, mientras fruncía ligeramente el ceño para intentar, inútilmente, que el frío desaparezca—. Yo no he faltado al colegio.

Zayn formó una "o" con su boca, mientras luchaba por mantener su sonrisa escondida.

—¿Quién te lo ha dicho? —escribió.

—Lauren —se rió Cara mientras escribía el nombre de su madre.

—¿Y quién se lo ha dicho a ella? —le preguntó divertido. —No lo sé —plasmó en la hoja—. Ha hecho tan rápido las señas que no entendí prácticamente nada.

Zayn se rió. ___ hizo lo mismo, y jamás deseó tanto haber oído. Se preguntó cómo sería la risa de él. Cómo sería su voz. Cómo sonarían las risas de ambos al unísono. No lo dudó ni un segundo y se lo preguntó en la hoja.

La primera reacción de Zayn fue alzar las cejas. ¿Cómo podría describirle su risa? Comenzó a improvisar cuando ella le dio el anotador junto al bolígrafo.

—¿Has escuchado alguna vez el sonido que hacen los delfines?

—Sí —le respondió ella. De pequeña, amaba ir al zoológico, especialmente al acuario, porque los animales acuáticos eran sus favoritos.

—Bueno.

Cara estalló en carcajadas. Él la miró fijamente, con una sonrisa.

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El capitulo anterior no llego a 7 votos nunca, pero bueno. 

+5 y hago maraton. 

Te amaré de todas manerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora