N/a: Hay una confusion asi que aca va otra parte del Cap anterior.
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—¿Qué? —preguntó Cara con las respectivas señas de la palabra. No podía creer lo que su madre acababa de contarle. Debía de ser mentira, seguramente.
—Zayn está en la cárcel. Lo han metido ayer. Además le confiscaron siete cajas de cigarros, robadas.
No asimilaba los hechos. No era posible que Zayn estuviese tras las rejas. En primer lugar, él le había prometido que trataría de no meterse más en aquella desagradable adicción. Y en segundo lugar, él jamás le había dicho que era capaz de robar. Cara miró fijamente a Lauren, pidiendo una explicación.
—¿Cómo sabes eso?
—He hablado con Julia.
Ella tapó su boca con una mano, al mismo tiempo que apretaba los ojos con fuerza. Aún no podía creerlo, porque no sabía cómo. Su único amigo... preso. Adicto. Ladrón.
—Cara, te recomiendo que no sigas juntándote con él...
Pero ella negó de inmediato. —Lo siento —agregó con sus manos, furiosa—, pero no puedo alejarme de él.
Y era cierto, porque distanciarse de él en ese momento sería hipócrita.
—Pero... —comenzó Lauren a justificarse.
—Nada. Él me ha aceptado tal cual soy, cosa que jamás nadie ha hecho. Yo lo aceptaré a él.
—Es distinto, Cara. Tú no has elegido ser así. Él sí.
—Entonces haré lo que sea necesario para ayudarlo a cambiar de opinión.
Más que furiosa con su madre, subió a su cuarto y se puso un abrigo. Trató de que su cabello pareciera lo más decente posible, y luego salió de la casa con un anotador y un marcador.
—Oh, Cara, ¿qué te trae por aquí? —le preguntó Julia. Aunque (obviamente) no había escuchado lo que ella le dijo, Cara se limitó a sonreír.
Los ojos de Julia se encontraban rojizos. Las ojeras residían bajo sus ojos, y en su rostro se notaba el cansancio, el estrés. Cara sintió pena por la pobre mujer. A continuación, le mostró el anotador, donde había escrito una pregunta. Aunque ya sabía la respuesta.
—¿Dónde está Zayn? —era un momento de desesperación para ella, y era ese el motivo por el cual no sabía qué preguntar. Lo único que necesitaba era información. Y yendo directamente al punto, podría conseguirla.
Cuando Cara le tendió el anotador junto al marcador a Julia, ella se puso en una extraña e incómoda posición para responder por escrito.
—En prisión.
—¿Cuánto tiempo pasará allí?
—Hoy deberíamos pagar una multa de cinco mil dólares para sacarlo, pero no lo haremos. Necesitamos que aprenda su lección. Se quedará dos semanas más.
¡Dos semanas más sin Zayn! No lo soportaría. Apenas podía pasar un día sin su compañía, ni hablar de una quincena.
—Gracias —escribió Cara con la mano temblorosa.
Después de despedirse de Julia volvió a su casa, maldiciendo en su mente. No podía dejar allí a Zayn. No iba a hacerlo. Aunque sus padres decidieran eso, ella creía que era demasiado. Les bastaba con no dejarlo salir de su casa.
Al encontrarse a su madre en la cocina, no lo dudó un segundo y le preguntó, mirando hacia el techo, si podía darle cinco mil dólares, aunque era obvio que Lauren le diría que no, que estaba loca, y que si quería dinero debía trabajar. Y fue exactamente lo que le dijo.