Inválido Amor - Shawn Mendes [TERMINADA]

Capítulo 28

Con Shawn pasamos la noche en el sillón.
Después de que habláramos, nos quedamos viendo televisión y nos quedamos dormidos hasta la mañana.
—¡Shawn! Me quedé dormida. Tengo que irme a la Universidad —exclamé. Me puse de pie y empecé a buscar mi celular por todas partes.
Busqué entremedio de los cojines del sillón y ahí estaba. Eran las ocho con cincuenta minutos.
Y yo entro a las nueve de la mañana.
—¿Qué hora es? —dijo.
—Me quedan diez minutos —dije corriendo al cuarto de Shawn, porque ahí era donde estaba mi bolso con mi ropa.
No alcanzo a darme una ducha, pero lo hago igual.
Me demoré cinco minutos, solamente me jaboné y me enjuagué. Era una ducha de emergencia.
Saqué lo primero que había en mi bolso. El día era soleado.
Me puse unos shorts de jeans, una camisa blanca y mis vans negras.
Me cepillé el pelo y los dientes al mismo tiempo.
—¡Te ha estado llamando Luna como cinco veces! —sentí que gritó Shawn.
—¡Diles que voy tarde!
Me miré al espejo y corrí hacia abajo.
—¿Qué hora es? —le pregunté.
Shawn vio al hora desde mi celular.
—Las ocho cincuenta y ocho.
—Adiós —le di un beso rápido y me dio mi celular.
Iba sin nada de maquillaje, iba horrible a la Universidad.
Pasé por el parque para recoger a las chicas y ahí estaban aún.
Me esperaron igual.
—Lo siento chicas, me quedé dormida —les dije arrancando el auto cuando se subieron.
—Ya veo... —dijo Luna riéndose.
—Es que ayer tuve un día fatal —dije.
Triss que iba atrás, se asomó por entremedio del asiento del copiloto y del conductor.
—¿Qué pasó? —dijo Luna.
—Les digo adentro —dije estacionando el auto.
Llegamos al salón tocando la puerta para que por favor nos dejaran entrar.
El señor Louis vino, abrió la puerta y rodeó los ojos.
—Última vez —dijo corriéndose a un lado para que pasáramos.
Por suerte, donde nos sentábamos estaba libre.
—Bueno, dinos. ¿Qué pasó? —dijo Luna nuevamente.
—Ayer... cuando volví a la casa de Shawn estaba con su ex...
—¿Se estaban besando? —preguntó Luna decepcionada.
—No. lo que vi fue que él la estaba abrazando...—algo iba a decir Luna pero seguí hablando.—Pero ya lo conversamos, él no iba hacerle caso en nada a ella.
—¿Qué le dijo? —dijo Triss.
—Le decía que quería que volvieran. Después de lo que hizo, le terminó por un mensaje de texto.
—Que maldita perra —dijo Luna.—Pero si él dijo que no te tenías que preocupar... no te preocupes —me dijo Luna.
Le asentí y volvimos a poner atención al señor Louis.

Terminaron las clases y es hora de irse, me dirijo al auto como siempre.
Cuando llegó a mi auto hay una chica apoyada en el.
—¡Hey! Es mi auto, ¿Podrías salir de el? —le traté de decir pero ella no se movió.—¿Estás sorda o qué? —dije acercándome a ella.
Ella se voltea al fin.
Es Ana.
—Ya me corrí, ¿Feliz? —dijo dándome un golpe en la frente. Fue un golpe despacio.
—No me toques. ¿Qué haces aquí?
—¡Quiero que dejes a mi novio en paz! Shawn ya no te necesita, él ya puede caminar. Vete de su casa —dijo desesperada.
—No me iré, Shawn no es tu novio.
—¿Cómo que no? Ayer fui a arreglar todo con él, hoy pasaré la noche con él.
La quedé mirando. Está tipa si que está loca.
Le negué con la cabeza con una sonrisa fingida.
—Estás loca —me di vuelta para ir al lado del conductor para subirme.
Pero ella me tira del pelo.
—¡¿Qué te pasa?! —dije tratando de sacar sus manos de mi pelo.
—¡Que no! ¡¿Qué no te he dicho que no lo molestes más?! —dijo al fin soltándome.
Cuando me soltó la abofeteé.
Ella se tocó la mejilla donde le había pegado.
—Perra —dijo y se lanzó hacia mí.
Estábamos las dos peleando cuando escuché que venía alguien hacia nosotras.
Me dio unos cuantos golpes en la cara.
—¡Alissa! Suéltala —vi que era Luna.
Se puso entre medio de las dos. Ahora se puso a mi lado.
—¿Quién eres tú? Y que te da derecho a pegarle a mi amiga.
—No deja en paz a mi novio, y no dejaré que se interponga entre nosotros.
—Pero si ya no están juntos —dije yo.—Tú le terminaste porque no podía caminar.
Ella negaba con la cabeza.
—Yo lo amo, y tú nos separaste —decía.
—Vámonos Alissa, está tipa está loca —dijo Luna llevándome a la puerta del auto.
—Súbete —le dije a Luna.

La llevaba hacia su casa.
—¿Está bien? Te sangra el labio —me dijo Luna.—Y tienes un poco morado el ojo derecho.
—Sí, estoy bien... me duele un poco.
—No conduzcas más. Déjame aquí y vete a tu casa o donde Shawn. Pero ve a descansar y a curarte.
Le asentí y paré el auto, estábamos bastante cerca de su casa ya.
—Alissa, cuídate. Y dile todo a Shawn sobre esa loca maniática —dijo.
Solamente le asentí.
—Adiós, te quiero —dijo acariciando mi cabello y se bajó.
Ahora me dirijo donde Shawn.