Lo Que Nunca Te Dije

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Hace dieciocho años

-¿Estas segura? Ese diseño es lindo pero, bueno será para siempre. Y no lo sé, puedes arrepentirte y así puedes ir a casa y pensarlo bien, jamas te has hecho un tatuaje - mi amigo Robert estaba a mi lado cuando iba a tatuarme, estaba un poco bajo los efectos del alcohol e ilusionada, más que nada ilusionada, no sabía que el tenia razón -



-Lo estoy, tú tienes uno igual y es grandioso, este me gusta, y es justo como me siento ahora, no voy a arrepentir me lo prometo - lo miré a los ojos y creí estar segura -



-No se mueva, esta va a doler - el sujeto muy tatuado y con perforaciones, se acercó con un aparato hacia mi vientre, comenzó a poner la tinta y era bastante doloroso, apretaba la mano de mi amigo, era doloroso y estaba ansiosa de ver mi tatuaje, una rama de un árbol color verde y cuatro aves de colores -



El presente

-Tonta, tonta, tonta - me miré al espejo en ropa interior mirando el tatuaje que llevaba en mi piel desde hace años - ¿Qué estabas pensando? Debiste escuchar a tú mejor amigo cuando te decía que eso no era buena idea. A pero estabas embelesada con unos idiotas, si cambiaste pero eso dejará marca cuando lo quites, no es como que usaras poca ropa para mostrarlo pero debiste pensarlo más - estiraba mi piel o la cubría con mi mano imaginando que ya no estaba - Es todo, este mes se irá, haré la cita con el lugar que los quita, dolerá si pero es mejor que tenerlo siempre ahí, es horrible -

Me vestí para ir al trabajo, por una razón quise vestirme diferente, hacia mucho que no usaba una falda pero hacía algo de calor, así que me puse una falda azul marino y una blusa de cuadros, con un collar dorado, me maquillé como de costumbre y salí sin sostener mi cabello, con mi bolso cruzado en mis hombros. Subí hasta el edificio por el elevador. Llegue hasta mi oficina, puse mis cosas en la silla y casi de inmediato el jefe me mando llamar. Fui a su oficina algo temerosa, y al entrar, vi al jefe con cara de preocupación, y dos hombres de traje, uno de ellos tenía cabello oscuro y peinado casi formal y el otro un hombre de color con cabello corto.



-Yo bueno, ellos desean hablar contigo - dijo algo tenso y el hombre de cabello oscuro volteo a verme, se sorprendió tanto como yo, ya nos habíamos reconocido, de los dos únicos lugares donde nos hemos visto hasta ahora -



-¿Madelein? No puedo creer lo, yo no... Sabía que te conocía de un lugar, ya recuerdo de donde - ambos estábamos sorprendidos, su acompañante no tenía idea de que hablábamos -



-Los dejo un momento - y el jefe salió del lugar algo apenado, sin hacer ruido y todos lo miramos irse -
-Fuiste tú, la que salvó al hombre ese día lo recuerdo bien, lo que no entiendo es ¿Por qué no dijiste que eras tú? Fue un acto valiente y el sujeto solo quería agradecer te, ahora que lo sabemos puedes ir con el y... - lo interrumpí -



-No, quiero seguir así, anónima, por favor. Se que quiere agradecer pero yo quiero estar oculta, lo se quiere respuestas y como agradecimiento sería que no me buscara, y no quiero que me insistan por que no pienso hacerlo, no es fama lo que busco, al contrario, quiero estar tranquila, si les digo quien soy querran llevarme a la televisión y a todos lados para entrevistarme, me gusta estar en el anonimato y es admirable que no hayan parado hasta encontrar la verdad, pero esta incógnita tiene que seguir así, les pido por favor que no le digan a nadie quien fue, si el sujeto quiere agradecer podrá hacerlo algún día pero no hoy, no quiero que le digan a la prensa quien fue. No voy a permitir lo tampoco, así que por favor no lo hagan - ellos no entendían mi postura y los comprendía, pero me negaba a ser revelada -



-Esta bien, con una condición, dejaras alguna vez que el sujeto te agradezca en persona - asentí con la cabeza, el me miraba directamente a los ojos, su mirada es muy profunda y esos ojos color azul derretían todo el hielo que hacía de barrera en ese instante - Eres tal y como Tom te mencionaba e incluso mejor - me sonrojé por sus palabras - Eres linda y amable, creo que es cierto además de humilde -



Cuando Nos Descubra La Casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora