Regalo

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Después de platicar y comer en nuestra sala de relajación, Tom vino por mi, corrí a cambiarme de manera más que rápida, tome mis cosas y salí del lugar después de registrar mi salida. Sabía que me estaba esperando hasta la última fila como se lo pedí, solo no quiero que me molesten como los otros idiotas. Tom estaba cambiado, por unos jeans negros, una playera azul cielo y una chaqueta de cuero, yo aún llevaba puesto lo que había usado hace unas horas, ya no dejaba ropa en el hospital, la última vez olvidé que había dejado ropa y no me quedé con mucho en casa. Entré al auto y un beso me recibió al cerrar la puerta.

-¿Qué tal la cirugía? - se que Tom puede aburrirse con los detalles que con los términos médicos son inentendibles -

-Muy cirugiesca - reí y me puse el cinturón, Tom sabía que no le explicaría, y estaba bien no me entendería y eso era perder tiempo que podíamos pasar juntos en otro lado -

-Bien, vamos a casa en tonces, debo anticipar - volteó a verme sonriente y juguetón - Antes de entrar debes cerrar los ojos, si es algo gastado y puedo imaginar cuan impaciente estas, y no no hay pistas esta vez de que puede ser, y después iremos a un lugar fabuloso que hace los pays más deliciosos que puedan haber en el mundo lo prometo - asentí con la cabeza, pensaba qué podía haber llevado a mi casa, me matan las sorpresas, de verdad las odio -

Tom condujo mientras me contaba que mientras estuviese conmigo en California debía grabar un par de escenas, nada importante, según él, pienso que me oculta algo, algo como las escenas postcreditos de Thor, y debo de saber de que trata. Vi las noticias en mi teléfono de hecho, abrí la aplicación sin querer cuando quería ver la bandeja de mensajes, y vi la imagen de lo que había sucedido en la cómic con y la pregunta de ¿Quién seria la chica a quién iba dirigido? O mejor dicho ¿Quién era la persona que pidió el favor de hacer semejante cosa? Y que se especulaba que pudiese ser la nueva conquista de Tom Hiddleston y aparecían un par de fotos de nosotros, en aquel restaurante, cuando nos captaron besándonos. Le mostré el artículo y se río, la verdad es que fue divertido, van a pasar un par de días hasta que averigüen quien es la chica a que iba dirigido el letrero de hoy, o hasta que Hemsworth lo diga si lo entrevistan. Tom se estacionó fuera de mi casa, era el momento decisivo, y mi corazón latia muy rápido, y mi imaginación volaba mucho por saber que era. Me abrió la puerta del auto, y me hizo subir las pequeñas escaleras hacia la puerta y antes de abrir puso sus manos sobre mis ojos, no podía ver absolutamente nada, y sabía que pronto acabaría la duda. Percibía un aroma dulce y fresco.
 

-Bien ¿Lista? - escuchaba su voz detrás de mi, además de sus suaves manos tocando mi rostro, si que tiene manos suaves y tersas, no quería que me soltara nunca -

-Lista - respondí nerviosa, sentía mariposas en el estómago y el latir acelerado de mi corazón, separó sus manos de mis ojos con delicadeza y abrí mis ojos de golpe - No es cierto - dije casi en un susurro, miraba cada lado del recibidor y estaba lleno de flores, de todo tipo, me acerqué por el pasillo hasta la sala y estaba llena de chocolates, de todo tipo en cajas en forma de corazón, caminé hasta llegar a la cocina y había una pequeña pirámide de pastelitos de chocolate, y en la punta uno con forma de cueros dorados como los de loki, los pastelitos se veían tan deliciosos. Esto era demasiado, aun que creo que siendo comida y flores no contaba. Volteé a verlo muy sonriente y emcionada por mi sorpresa, el estaba sonriendo y tenia las manos detrás de su espalda, aun me estaba ocultado algo-

-¿Qué es eso? - pregunté mirando lo con los ojos entre cerrados, pero el desvío la mirada una de la esquina de la pared -

-Dime ¿Qué te parece? - luego me miró fijamente, más sorpresas me mataban eso era demasiado -

-Es fabuloso pero es demasiado Tom creo que es demasiado, no debiste hacer todo esto, digo con una flor habría estado bien, siento que abuso de ti al ver que llenaste mi casa de flores, chocolates y pastelitos - era la verdad, aún que me había sentido mal si me hubiese regalado ropa o zapatos -

Cuando Nos Descubra La Casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora