Cuando Nos Descubra La Casualidad

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Deshicimos nuestro beso, apenados, sin saber que decir ahora, nuestro beso lo había dicho todo, fue como contar la historia del como nos habíamos gustado desde el principio. No podía dejar de mirar sus ojos, de perderme en ellos, y en su mirada, ambos reímos, felices y nerviosos, como niños.

-Creo que fue un buen primer paso - dijo algo nervioso, sus mejillas se pusieron rojas, aun no dejábamos nuestra postura, aun tenia mis brazos sobre su cuello, y el sus manos en mi cintura, y aun nos veíamos inquietos a los ojos -

-Sigamos con la lista - dije muy segura, será de todo lo que sea pero que sea con él, de saltar de un paracaídas, de correr bajo la lluvia, a cantar cada noche, o de beber vino, y si sobre todo a estar entre sus brazos, y ser atraída a sus labios, si a todo lo que lo incluyera - ¿Quiéres pasar? - pregunté temerosa, no quería que se fuera pero sabia que pedirle que se quedara, con mi amigo y su pareja quizá sería incómodo -

-Con una condición - dijo haciendo que nos separaramos, odio estar sujeta a condiciones, pero no era someterme, no era estar bajo su control, era aceptar que aveces hay acuerdos que deben empezar así, para después romper las reglas -

-¿Cuál? - pregunté algo nerviosa por semejante respuesta, preparándome mejor dicho, para lo que sea que quiera decir -

-Se mi chica, se mi novia, no digo que ahora, quiero poder conquistarte cada día, pero sabiendo que estas dispuesta a eso, a que te dejes conquistar - sujetó una de mis manos y la puso sobre su pecho, es cierto, latía a mil por hora, y creo se estaban sincronizando - No solo a sido un beso, quise hacerlo desde hace mucho, quería hacerlo diferente, solo quiero ser un caballero, te mereces a alguien así, con sorpresas y detalles - no había cosa a la que me pueda negar si me sonreía de ese modo, a nada, no me negaría nada, solo con estar a su lado, y lo que pedía era eso que hace mucho juré no volver hacer, pero es cierto, no todas las rosas pinchan, y quizá esta sea mi rosa -

-De acuerdo, seré todo eso, y estoy dispuesta a cada detalle que quieras, a salir a caminar o beber vino, solo por que cada condición te incluye a ti - dije sonriendo involuntariamente imaginándome a su lado, como lo hice por primera vez, se acercó más a mi y me dio un beso, más lento que el anterior, donde pude saborear el instante, la brisa y su aroma, un beso largo y perfecto, de esos que jamás tuve, nos separamos con calma y disfrutando el instante, grabando nuestras miradas - Entremos, ya es de noche - me sujetó de la mano, y caminamos hacia dentro de la casa, gire el picaporte y al ver a Robert y Max, sirviendo el vino nos soltamos, como adolescentes asustados -

-Al fin llegas creo que rompí la cafetera por querer enchufar el horno y o... - de nuevo reaccionó y vio a Tom, Robert suele ser así de despistado - Tom ¿Cierto? - Tom asintió nervioso, era como empezar de nuevo - Pasa pasa, es todo un gusto conocerte al fin - estrecharon sus manos y Tom no dejaba de sentirse aterrado - Soy Robert amigo de Madelein y él - señaló a su acompañante - Es mi esposo Max - relajó su postura y río - Ven siéntate ya casi está la cena, espero te guste la Lasagna -

-Claro que si Robert, es todo un placer, de conocerlos al fin, son muy agradables, y esa comida huele deliciosa - nos acercamos a la mesa que ya estaba puesta, nos sentamos cerca uno del otro, y Robert se sentó al lado de Tom, era hora de la interrogatorio o casi -

-Me agradas Tom, espero te guste la comida, es la receta de mi madre - Max traía el recipiente de vidrio humeante el cual puso sobre un pedazo de madera - Y bien ¿Cómo se conocieron? - si era momento de ser el hermano mayor, puso cara seria y Tom también, éramos adolescentes de nuevo - Es broma Tom, ya lo se, pero siempre es lindo escuchar esas historias, no te preocupes, no vamos a amenazante, pero aún asi cuidado ya sabemos quién eres - reímos al unísono, eso era, lo que desee hace tanto tiempo, y era grandioso, era mi persona indicada, mi oportunidad y no iba a desperdiciarla -