Arruinas Mi Vida

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No entendía por qué le había hecho caso al jefe, ese hombre seguía pensando en que el mesenterio es un nuevo órgano. Me encerré en mi auto y me puse a llorar cual niñita, no podía parar de llorar, David había sido como lo recordaba, casi lo escuchaba decir, que saldríamos en algún portal de Internet con la nota de, reconciliación, ya no podías ser así. Nunca fuimos padre e hija, y después de más de veinte años, tampoco lo seríamos, solo fui su hija al nacer así que el resto del tiempo solo fui un trofeo. Me tranquilicé, necesitaba estar en clama, pero me era casi imposible.




Narra Tom

Solo había estado dos días lejos de ella y ya la necesitaba como nunca antes. Extrañaba ya su risa y el olor de su cabello, sus besos, y sus manos suaves, necesitaba todo lo que ella suele darme, todo lo intangible que está ahí sin pedirlo, aunque, pedirle un beso me hace más feliz que solo robarlo. Así puedo ser un caballero, un príncipe, eso que ella necesita, que merece, si llego a toparme con alguno de esos cobardes que la trataron como basura, a ella, que lo vale todo, voy a golpearlos, si solo se atreven a acercarsele un centímetro, voy hacer honor a mis horas de entrenamiento solo para partirles la cara. Debo aceptar que, si ella jamás hubiese dejado esa vida, seguiría atada a eso que la hería, y seria presa de ese dolor que, ella no merece. Voy a cuidarla, no está sola, estoy a su lado para cuidarla y no dejaré que nadie ni nada la lastime.

Llamé a su celular muchas veces, incluso antes de su hora de trabajo, o la comida, pero nada, no contestaba ningún texto, comenzaba a preocuparme. Aún si fuese operar toda la noche, me lo habría dicho, eso era algo extraño viniendo de ella, y después de que David le dijese todo eso y ella corriera a la playa, donde por poco me ahogo tratando de ir por ella, solo pienso que quizá no tenga algo que ver, ella no quiere saber absolutamente nada de el y el debe entender que no puede presionarla.



Narra Madelein

Vi los mensajes de Tom, pero si escribía un hola notaría como me sentía, él, mejor que nadie sabe como es difícil para mi todo esto. Lo necesito cerca de mi, sus abrazos me tranquilizan y si él no está, puedo caer en depresión, pero debe volver en tres días más, no se que voy a hacer hasta entonces. Tenía que responderle, e hice lo que pude.

-Cariño, perdón es que - a quien engañó, a él no puedo mentirle, no quiero hacerlo, por primera vez en mi vida quiero ser sincera, sea lo que tenga que pasar, no siempre es bueno guardar el dolor y con él no tengo que hacerlo - Te necesito pronto - solo eso pude decir antes de respirar de manera agitada, tuve que correr al balcón del piso doce, donde no hay personas -

-¿Está todo bien cielo? - no, quería llorar, deshacerme diciendo que nada iba bien, que me estaba quebrando - Dimelo, yo no me iré de tu lado - su voz era preocupada y creo que después de como me había escuchado era lógica su reacción -


-Fue... David - jale aire, necesitaba relajar mi mente - Él... Mi jefe es amigo suyo, y después de unos días cuando tu sabes eso sucedió, me dijo que tenía razón al decir que jamás fue un padre, y que iba a dejar de lado todas esa ocasiones donde me pedía que hiciera las pases con el, pero que cerrar círculos es bueno, y lo intenté -


-Oh mi cielo - comencé a sollozar, limpié mis lágrimas y me concentré, no quería preocuparle, pero tampoco no podía decir nada, debemos ser honestos - Voy a partirle la cara -


-Lo intenté, parecía que al fin estábamos haciendo las pases pero fue un maldito egolatra como lo ha sido siempre, no quiero que sea eso que se supone debió ser - estaba molesta con David, lo odiaba, desde siempre y él lo sabía - No lo quiero cerca jamás Tom, para nada, no quiero si quiera que este aun lado mio -

Cuando Nos Descubra La Casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora