Capítulo 48.

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Nos pusimos en marcha.

    Conforme el viento nos hacía avanzar de vuelta a casa, el nuevo mundo se iba perdiendo de vista hasta convertirse en un pequeño borrón verde en el horizonte. Me llegó una especie de melancolía cuando giré la vista una última vez, antes de que la tierra desapareciera completamente. Esa había sido la aventura de mi vida, y ahora regresaba, milagrosamente, a casa.

    Dejé el timón a cargo de un hombre y bajé hacia mi camarote para asegurarme de que mis ordenes hubieran sido cumplidas y poder hacer un itinerario de todo lo que llevábamos. No sabía si la reina estaría de acuerdo con el valor del tesoro, pero al menos ya sabía que ahora los ingleses contábamos con un pequeño pedazo de tierra en el nuevo mundo, lo que posteriormente nos traería riqueza, así que no podía quejarse.

    Tocaron la puerta de mi camarote justo cuando había comenzado con esa tarea, por lo que contesté distraídamente —Pase— mientras inspeccionaba una estatuilla que parecía ser alguna clase de animal.

    —¿Estás viendo qué le pedirás a la reina?— no me sorprendió que la voz fuera de Paul, a fin de cuentas no habíamos podido hablar mucho después de la noche anterior.

    —En realidad, intentaba averiguar que es esto— lancé la estatuilla a Paul, que la atrapó en el aire y comenzó a inspeccionarla —No sé ¿Un mono? No sé que sea esto— admitió Paul, sentándose a mi lado y mirando el tesoro perfectamente distribuido en la bóveda. —Los salvajes tenían cosas muy extrañas— observé, colocando la estatuilla en la bóveda y cerrando esta.

    Paul se acostó en mi cama y soltó un suspiro —Estoy agotado— dijo este, soltando un bostezo —¿No descansaste?— caminé hasta la cama y me senté a un lado de Paul.

    —No mucho, Mike me está sacando de quicio, y dormir en un bote termina por dañarte la espalda, y ahora tendré que disfrutar de una hamaca roída por ratas— se quejó este, llevando su mano a su frente teatralmente, como obra griega. Solté una pequeña risa y me coloqué sobre Paul, que de inmediato soltó un quejido —Pesas mucho— se quejó.

    —Duerme conmigo— le pedí. Paul me miró comí si creyera que estaba loco —Los hombres van a pensar mal— protestó. Me quité de encima de él y me acosté a su lado —Pueden pensar lo que quieran, ya tienen el tesoro y siguen vivos, no veo en qué les afecte que duermas conmigo—

    —¿Y quién va a cuidar a Mike?

    —Solo vas a dormir conmigo, Paul. Mike sabe cuidarse solo.

    Este pareció considerar la idea y finalmente soltó un suspiro —De acuerdo, solo porque tu cama es muy cómoda— Sonreí para mis adentros. Paul y yo nos quedamos en mi cama besándonos de vez en cuando, hasta que ambos terminamos dormidos aún con las espadas colgando.
   
    Tenía que disfrutar de la compañía de Paul los meses siguientes, antes de que tuviéramos que separarnos.

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Ya sé que está muy corto, pero es solo un pequeño preámbulo, no se aloquen. Ya voy a acabar la historia, como en dos semanas, pero ya vamos a mas de la mitad ❤

Ahora pregunta seria: Si pudieran darle a Paris la voz de un cantante famoso ¿Qué cantante sería?

Yo le daría la voz de Alex Gaskarth de All Time Low.

Captive [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora