Capítulo 9.

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Cuando volví a estar consciente, supe que estaba en graves problemas incluso antes de que pudiera comenzar a escuchar bien todo lo que sucedía. 

    —¡¿Cómo es posible que cinco de ellos hayan matado a quince de los nuestros?!

   —¡Atacaron desde los árboles! ¡Cuando este idiota gritó, todos corrieron a los árboles y nos dispararon!

   —¡Creí que este niño no les haría nada!—reconocí la voz furiosa de Edward Teach, lo que solo me hizo tensarme un poco más, en cuanto me di cuenta de que estaba firmemente sujeto contra un árbol y hombro con hombro con alguien más—. ¡¿Cuantos más son?!—gritó Teach, y resonó un golpe horrible seguido de un crujido. 

   No soporté mucho la tentación y abrí los ojos lentamente. 

   Estábamos en el centro del campamento de Teach, rodeados de hombres y tiendas, que nos imposibilitarían el paso, en caso de poder escapar. Los hombres estaban dispuestos en un enorme círculo que me recordaba a un ruedo de pelea, y justo en el centro estábamos cuatro hombres atados y Teach sujetando a Paul de la camisa firmemente. 

  Al volver a mirar bien, noté que no solo nosotros estábamos amarrados, sino también el resto de la tripulación, que estaba siendo obligada a permanecer de rodillas contra el piso, y cada uno era custodiado con hombres armados apuntando con una espada directamente a sus cuellos. Logré reconocer a Stuart entre ellos, sujetando a Mike del cabello. 

   Era difícil saber quién tenía peor aspecto entre Paul y Mike. Parecía que a ambos los habían colocado en un árbol y los habían usado de saco, pero aún así Paul no parecía ni un poco adolorido, y continuaba mirando a Teach retadoramente, sin despegar los labios. 

   —Capitán—lo llamó Stuart— Capitán, Lennon ya despertó —informó éste, y de inmediato Teach dirigió su mirada hacia mi, aún sin soltar a Paul, que se rehusaba a girar a verme. 

   Necesitaba saber que estaba bien, pero primero debía de ocuparme de Teach. El odio que había guardado durante tanto tiempo se combinó con el miedo que tenía por cualquier cosa que Teach pudiera hacerle a Paul. 

  No debía de permitir que matara a Paul como lo había hecho con Julian y Cynthia. 

  —Cuanto tiempo—fue lo primero que me dijo Teach, sonriendo macabramente y enderezándose un poco, aún sin soltar a Paul, que tenía la pierna en un ángulo muy extraño—. Aún recuerdo como maté a tu mujer... ¿Cuanto tiempo tiene de eso?— preguntó tranquilamente, como quién pregunta por el clima. 

   Algunos de sus hombres rieron, pero Stuart no lo hizo. Éste solo me miró despectivamente antes de volver la vista a su capitán. 

   —Qué extraño, recuerdo que eras más hablador —solté un gruñido, y eso pareció bastar para él, que carraspeó un poco antes de volver a sonreír.

   —Bueno, tendremos que ponerte al corriente de lo que ha sucedido ¿No crees? No debemos de ser descorteses. Estaba hablando con esta mala imitación de capitán acerca de su pequeño plan, muy malo por cierto—. Teach le dio una patada a Paul y éste cayó al piso, doblando un poco más su pierna rota, pero ni un solo quejido salió de su boca. 

   —Pero él se niega a hablar, igual que el resto de la maldita tripulación, y tomando en cuenta que más de la mitad de estos inútiles son hijos de mis hombres, lo considero un gran acto de lealtad, o quizá sea estupidez —Teach rascó su barba tranquilamente y comenzó a pasearse por entre los hombres. 

   Cuando éste nos dio la espalda, solo un segundo, Paul giró a verme. Tenía sangre por toda la cara, y parecía que un ojo se le iba a hinchar en cualquier momento, pero aún así logré captar el mensaje: No digas nada. 

Captive [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora