Capitulo 39

233 7 1
                                    

"Un hogar que ya no es mio"

La luz pura e infinita destellaba como relámpagos en el mundo más perfecto que se hubiera creado para los seres que estaba casi a la par que el gran creador, los Serafines. Se creía que estos eran seres limpios de intenciones impuras, incorruptibles y de corazón como almas bondadosas tan grande como el mismo cielo nunca harían nada malo contra los segundos hijos del señor; los siete arcángeles del segundo y tercer cielo.

Pero incluso el más bello y puro así como uno de los favoritos del creador que se creía que era una alma pura y sincera resultó ser la peor escoria y traicionero ser que el reino de los cielos hubiera tenido alguna vez, este era Luzbel o mejor conocido ahora como Lucifer. Si incluso uno de estos tropezó tan bajo que igualo sus deseos a los de un simple humano, los Serafines no eran tan diferentes, solo que sus ideales eran más altas y astutas que el del pobre Lucifer.

Los Serafines desde siempre fueron la voz del creador en las decisiones que tomaba, pero uno en especial ya estaba harto y cansado de ver la felicidad en los favoritos de su creador, envidioso y furioso por permitir que estos tengan el reglado más preciado que su señor pudo dar a la humanidad también se les se otorgado a los arcángeles. No era justo, ellos eran mejor, ellos fueron los primeros y superiores; solo suyo debió ser ese regalo para poder engendrar vida, lo cual nunca se les fue otorgada.

Desde el segundo Serafín vio a Miguel cargar en brazos a su primogénito, cargar a su pequeño bebe, algo dentro de este ser se agrieto, se dobló y retorció gritando la injusticia, gritando y destilando sentimientos muy mundanos: celos e ira.

Pero no iba a cometer los mismos errores que Lucifer, no iba a ser tan estúpido y llamativo como lo fue el ganándose así el destierro y las profundidades del averno, este Serafín ya tenía su plan trazado, un plan que tenía que hacerlo con algunos cómplices, fue así como la ruleta del supuesto destino estaba ya corriendo y pronto lo que los arcángeles más amaban se verá destruido para toda la eternidad.

Solo era necesario un oráculo que ventajosamente era su hermana, un brujo y ojos en la profundidad de la oscuridad como en la luz. Solo necesitaba algo más y por fin su mundo perfecto se acabaría.

—Mis señores. —la voz del segundo hijo del segundo cielo lo llamo nuevamente a la realidad, Gabriel fue el primero en inclinarse ante ellos, seguido de los otro cuatro arcángeles, su solo presencia era cansado y aburrido, con desdén alzo la barbilla hacia los arcángeles, descanso su brazo derecho sobre el trono hecho de oro puro, este estaba al lado de los otros dos tronos pertenecientes a sus hermanos, a diferencia de los arcángeles estos se encontraban sobre las nubes del ultimo cielo, por lo que las luces de miles de colores tal cual el arcoíris destellaba en el cielo en su atardecer, estos resplandecían tanto en ellos como en el impecable palacio.

—Arcángeles. —su hermano mayor se levantó de su trono ubicado en el centro de ellos.—¿a qué debemos el honor de su visita?. —odiaba que se colocara a su misma posición, simplemente no lo eran.

—Nuestro motivo para nuestra llegada es para poder hablar sobre la ascendencia de Mithael, el primer descendiente de los arcángeles. —eso llamo su atención por completo.

—Ya veo. —dijo Metatrox con una pequeña sonrisa en su rostro. —Levántense. —ordeno con una ademan de la mano, estos se levantaron al mismo tiempo del suelo.—Pero primero déjenme expresar mis más pesadas condolencia hacia sus hijos. Sabemos lo que paso con ellos.

Gabriel hizo un gesto con los puños y una mueca con los labios, su hermana al lado dibujo una pequeña sonrisa de lado, este sabía muy el porqué.

—ellos regresarán a casa, están a salvo en la mansión. Regresaran, estamos confiados en ello, aun así, les agradecemos su preocupación. —fue turno de Ellarion hacer puños con la mano.

DESCENDENCIA DE ARCÁNGELES © - Ángel plomo Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora