DESCENDENCIA DE ARCÁNGELES © - Ángel plomo Libro 1

Capitulo 46

"La bruja que habita en mi"

Lilith coloco su mirada en Irina por tercera vez, algo sucedía, estaba segura de que algo estaba sucediendo, Irina no había quietado la mirada de las velas de Destiny desde hace un buen rato, todo estaba bien con ellas pero algo no estaba bien con Irina. Lo intuía.

—¿Qué pasa? .—Jonathan se acercó hasta la rubia, el ambiente se había vuelto más denso de lo normal.

—No lo sé. —se levantó y camino hasta ella hasta quedar a unos pasos de la cabeza principal de las Lancaster. —Irina. —los ojos azules de la bruja no se despegaron de las velas, era como si esperara que algo llegase a suceder.

—Está empezando. —Lilith miro las velas sin ningún cambio y luego nuevamente a la abuela de Destiny. —Mi nieta revelara su magia.

—¿Qué? —Jonathan se levantó y miro asustado lo que la oráculo estaba tratando de decir.

—No, no, no puede hacerlo, no aun, está en el reino, si libera esa magia frente a los arcángeles o los Serafines, la mataran.

—No lo harán. —coloco sus ojos azules en los verdes de la muchacha. —Aun, no lo harán.

—¿Aun no? —bacilo entre molesta y sorprendida. —¡Es tu nieta!, has algo. —rogo.

—No puedo hacer nada. —miro las velas y paso su mano sobre ellas. —Dos de ellas se apagarán, fue mi premonición y nunca fallo en mis visiones.

Lilith comenzó a hiperventilarse, miro a Jonathan en busca de ayuda pero el brujo estaba igual o peor que ella, no podían hacer algo desde la tierra, no había nada que hacer.

—Llamare a Anna.

—Ella no hará nada, es una dividida, su magia en una decepción. —Lilith apretó los puños con fuerza, no iba a dejar que Destiny hiciera daño a su familia, sabía que nunca se lo perdonaría, viviría con ese dolor y remordimiento.

—Bien. —trago saliva. —Entonces lo haré yo. —Irina la vio irse hasta colocarse en mitad de la sala. —Trae la sangre de Destiny. —ordeno a Jonathan.

—¿Qué crees que vas a hacer?

—Conectarme con ella, la conozco y sé que nunca lastimaría a su familia.

—Esa no es su familia, nosotros lo somos.

—Es su padre después de todo y estoy segura de que nunca lastimaría a Mithael. —preciso, Irina estrecho los ojos hacia ella. Debía hablar, pero sería mejor la satisfacción si lo viera por sus propios ojos.

—Aquí esta. —Lilith tomo el frasco entre sus manos, parte de su sangre ya había sido usado en las velas por lo que quedaba eran tan solo unas gotas. —¿Segura que podrás? —Lilith derramo la sangre sobre el piso y tomo asiento a unos centímetros de ella. Jonathan se apartó al verla juntar sus manos en una estrella perfecta.

—Doy gracias a mi maldito padre haber heredado su magia. —dicho esto, proclamó unas palabras en lenguaje muerto, en un lenguaje que solo las brujas oscuras, las brujas de seis estrellas entendían a la perfección.

Un círculo de luz la rodeo con ella al centro, la conexión iba a ser difícil aún mas ya que no se encontraban en un plano accesible.

—Destiny. —susurro tratando de buscarla en la infinidad de la luz.

Debía detenerla, debía hacer algo.

(...)

No era su corazón

No era ella.

Su pecho comenzó a latir como si se tratará de un tambor, Bum, Bum, Bum...