Arcángeles, ángeles, demonios y brujas realmente eran ficción, cuentos para dormir con hermosas historias sobre los ángeles o simplemente cuentos para atemorizar con la maldad de los demonios y brujas.
Después de haberlo perdido todo con la muerte d...
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"Contra descendiente"
Dio gracias que el pasadizo estuviera vacío y libre de algún guardia. No quería que alguien la viera como estaba justo ahora, sentada en el suelo, con las piernas hacia el pecho y el cabello completamente revuelto.
Confusión, únicamente eso invadía sus pensamientos, la gran y devastadora confusión.
Tenía tantas preguntas por hacer, quería ser libre de todos esos pensamientos e ideas de terceros, realmente quería sentirse como la antigua Destiny, quería sentirse en su hogar, deseaba sentirse amada, deseaba saber que si pertenecía a este lugar y al lado de todos aquí. Deseaba que todo esto fuera una gran mentira, o una fea pesadilla.
Pero por más que pensara en eso aparecía una realidad que se cegaba a ver, esta aparecía con más fuerza, la venda que tenía en los ojos se estaba cayendo poco a poco y sin darse cuenta también los lazos que mantenía con todos aquí se estaban haciendo añicos.
Sobre todo con Mithael.
De solo pensar que quizás la deje de amar, sentir miedo y hasta odio hacia ella hacía que cada fibra de su cuerpo se retorciera de tristeza.
—No. —susurro abrazando sus piernas con más fuerza hacia su pecho, no quería que esa idea surcará su mente siquiera.
Lilith debía estar equivocada en eso, Mithael la amaría fuera lo que fuera, la elegiría por sobre todo, prometió que nunca se apartaría de su lado, que la cuidaría de todos incluso de su propio padre. Confiaba en él, confiaba en su promesa y el amor que decía darle. Él era el único en que podía confiar.
—¿Destiny?. —levantó la vista hacia su llamado, su tía venía a su dirección con un semblante muy angustiado en verla así, tenía que reponerse y sacar fuerzas.
—Hola tía. —se levantó del suelo muy rápido antes que Lara llegara hacia ella.
—¿Qué haces aquí? ¿Qué es lo que paso?
—Tranquila estoy bien, me fui a cambiar el vestido para poder entrenar. —Destiny ya portaba el traje negro de entrenamiento. —Y el pasador de mi bota se deshizo. —mintió, ya era una experta en ello. Su tía parecía creerlo ya que le dio una sonrisa más tranquila.
—Bien entonces vamos, tu padre y los demás están adentro para supervisar el entrenamiento de Mithael y Jael. —dio un suspiro pesado. —A esos dos solo les gusta competir entre sí. —Lara y Destiny caminaron juntas por el corredor.
—Lo que hacen no es entrenar si no lastimarse entre sí, es muy duro y brusco el cómo lo hacen. —Destiny negó con la cabeza mientras se hacia una cola alta.
