Arcángeles, ángeles, demonios y brujas realmente eran ficción, cuentos para dormir con hermosas historias sobre los ángeles o simplemente cuentos para atemorizar con la maldad de los demonios y brujas.
Después de haberlo perdido todo con la muerte d...
Destiny no quería admitirlo pero cada vez se sentía más sofocada e inquieta, más nerviosa al pensar en lo que acababa de ver, sus energías se habían visto consumidas dejando un cuerpo que le costaba dar incluso un paso, de repente y de la nada se sentía enferma y sin ganas de nada.
"Confía", esa palabra estaba tan enterrada en su mente que se aferraba a ella como un salvavidas, Mithael era el único ser por lo que estaba en el reino, tanto él como sus amigos. Sabía que ellos nunca la traicionarían, no le mentirían. Tenía que creer en eso, tenía que sostenerse en ello.
Sin dase cuenta choco con la espalda de alguien.
—Perdón, yo.... —alzo la vista y se fijó quien era el sujeto, Daniel.
—Hola prima. —dijo con una sonrisa de oreja a oreja, deseaba ser como el en estos momentos, feliz y sin tener algún problema, bueno si tenía uno, pero pronto ella lo solucionaría. —Te ves algo...decaída.
—Estoy bien solo...pase mala noche. —Daniel hizo un gesto con la cabeza ladeándola hacia un lado.—Además, me sorprendes ¡tu levantado a estas horas¡. —agrandó los ojos y trato de fingir su mejor sonrisa, Daniel rio y se rasco la nuca.
—Si bueno, creo que debo cambiar algunas costumbres. —coloco su brazo en los hombros de su prima e ingresaron al comedor, antes de entrar Destiny desvío la mirada hacia el corredor, Mithael aun no llegaba y parecía que demoraría en hacerlo.
Sin duda el comedor era ridículamente grande, con los detalles, arreglos y todos los utensilios colocados en la mesa digno de reyes, las arañas que colgaban sobre sus cabezas eran tan grandes como las mesas extendidas de pared a pared, cada una adornada lo mejor y más extravagante que se podía, se preguntaba si ellos realmente merecían todo eso.
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Su mirada se topó con la de su padre sentado a la cabeza de la mesa, este le brindo una pequeña sonrisa de bienvenida.
—Espera. —la detuvo su primo en su susurro. —Debemos saludar.
—¿Qué?. —Daniel la miro mientras hacia una pequeña reverencia, Destiny lo entendió y copio su accionar, odiaba que la reverenciaran pero más odiaba hacerlo a seres que ni siquiera lo merecían.
—Buenos días. —escucho el saludo de su primo.
—Buen día. —tuvo que decir, Daniel la guio hacia sus lugares en la gran mesa, Lara y Rafhael estaba al lado de Gabriel en el centro.
—Daniel está levantado. —dijo su madre sorprendida y con algo de burla en su voz. —La tierra realmente te ha cambio hijo. —Rafhael quien estaba a su lado solo rio entre dientes pero su mirada fue hasta Destiny.
—¿Te sientes bien Destiny?. —la peligra lo miro y pronto las miradas de su padre y Jophiel se centraron ella.
—Por supuesto, solo algo cansada. —no mentía en eso.
