Capítulo 16. Ariel

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#ColdNight

***

Di un pequeño salto en mi asiento justo después de que Landon chasqueara sus dedos frente a mi rostro. Parpadee en varias ocasiones mientras mi hermano me sonreía y me mostraba con su barbilla hacia donde se encontraba mi padre.

Hacía tal vez veinte minutos atrás, nos habíamos reunido a desayunar. Pero desgraciadamente no había podido concentrarme desde que llegué, puesto que no podía dejar de mirar hacia la puerta, temiendo el momento en que Tyler hiciera su aparición para decir todo.

Perdón... ¿Decías algo, papá? —indagué, al notar la manera en la que me observaba.

Sí. Decía que esta mañana estás muy extraña, Ariel. ¿Es que acaso no has dormido bien?

¿Te sientes mal? ¿Te duele algo? —mi madre preguntó, uniéndosele al interrogatorio.

Moví mi cabeza en señal de negación, mientras entrelazaba mis dedos bajo mi barbilla. No podía dejar de ver hacia sus miradas cargadas de preocupación, y temía que ambos saltaran a llamar al médico en cuestiones de segundos.

Estoy bien —asentí en respuesta—. Sólo me ha costado conciliar el sueño —en parte, no estaba mintiendo, puesto que después de que Tyler había actuado como loco antes de irse corriendo, no había logrado cerrar los ojos ante la preocupación de lo que él pudiese hacer.

Si no lo conociera bien, hubiese llegado a pensar que estaba celoso.

—¿Segura, princesa? Noto que estás muy pálida. ¿Quieres que llamemos a tu abuela? ¿O la tía Isabella? —insistió mamá, a lo que papá asintió en su dirección.

Estoy bien, en serio.

—¿Llego tarde al desayuno?

Me paralicé. Literalmente había olvidado como respirar justo cuando escuché su voz, mientras caminaba de manera relajada hacia la mesa. Se acercó a mi madre y besó su mejilla, a lo que la castaña elevó ambas cejas por la sorpresa.

—Hola, Tyler. ¿Dormiste bien? —le preguntó mamá, sin alejar la mirada del sujeto que tomaba el sitio frente a mí.

—Dormí de manera excelente, Fanny. De hecho, hoy me siento de maravilla —le dedicó una media sonrisa a boca cerrada, antes de que clavara sus gemas verdes en las mías.

Desvié la mirada de inmediato, mientras me dedicaba a rogar en mi interior que por favor no fuese a abrir su boca. Con manos temblorosas, tomé el jugo de naranja para llevarlo hasta mis labios y así disimular el recién ataque de nervios que me albergaba. No había terminado de dar un sorbo, cuando él volvió a hablar.

Gael, necesito hablar con usted.

Y ahí, todo el contenido que tenía en mi boca, fue a dar al impecable mantel blanco de mi madre, quien se sobresaltó ante mi falta de modales tras hacer tal cosa. Escuché una pequeña risilla provenir de adelante; claro... el muy idiota estaba disfrutando el hacerme sufrir de a poquito.

—Lo lamento, mamá —me excusé, bajando la mirada.

Si sigues así, vas a arruinar todos los manteles, niña —gruñó, mientras papá se reía a carcajadas ante la molestia que expresaba su esposa. Ella se levantó y comenzó a caminar hacia la cocina—. Iré por Lucero para que limpie este desastre —anunció, antes de desaparecer por la puerta.

—¿De qué querías hablarme, Tyler? —miré hacia mi padre, sintiendo mis pupilas dilatadas.

¿No crees que llegamos tarde a la escuela?

Cold I y II Temporada©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora