#ColdNight
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Temía que iba a reventar el cristal del vaso que mantenía prisionero en mi mano, debido a la presión que ejercía sobre él. Mis hombros subían y bajaban en una constante respiración irregular; una fuerte presión se había instalado en mi garganta, mientras soportaba la tentación de decirle en ese momento lo que sentía hacia ella.
Aunque todo se resumía en una sola palabra: asco.
Asco al ver su cabello enmarañado y sus piernas temblorosas... asco al saber que había estado follando con ese hijo de puta minutos atrás, pese a todas las advertencias que le había dado.
Desvié la mirada, mientras caminé a su alrededor para ir hacia las escaleras, no debería de importarme lo que hiciera con su jodida vida... pero, ¿Por qué lo estaba haciendo justo ahora?
—Tyler, espera —habló otra vez tras de mí.
Me voltee bruscamente hacia ella, transmitiéndole todo mi odio con una sola mirada.
—¿Qué? ¿Qué es lo que no parece, Ariel? ¿Tengo que creer que el hecho de que vienes de aquella dirección con el pelo enmarañado es porque estabas jugando con algún puto perro? —Me detuve, soltando una risa llena de sarcasmo—. Espera... si es que en realidad sí estabas jugando con un puto perro.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, mientras negaba con su cabeza una y otra vez en señal de negación.
—Por favor... sólo no le digas a papá.
—¡Maldita sea! —casi grité. Ella vio hacia las escaleras con preocupación, esperando ver a cualquier persona bajar en cualquier segundo.
Me devolví y la tomé por el codo para prácticamente arrastrarla hacia la puerta principal. Salí con ella hacia el jardín, sin importarme de que estuviera helando afuera. Me giré y la liberé con brusquedad.
—¿Es que acaso no te das cuenta de que te está utilizando? ¿Tan estúpida eres? —Le grité con libertad, bajo su atenta mirada llena de terror—. ¡Reacciona, joder!
—Eso no es verdad —volvió a negar con la cabeza.
—Pues entonces haz lo que se te venga en gana —apunté, señalándola con mi dedo índice—. Sólo después no digas que no te lo advertí hasta el cansancio.
Apreté el vaso con fuerza, antes de levantarlo y lanzarlo con fuerza hacia el otro lado del jardín. Me encontraba furioso, necesitaba golpear algo justo ahora porque si no explotaría en cualquier segundo como un puto volcán. Me giré y comencé a caminar con rapidez hacia la calle, preso de la furia.
En lo que menos me esperé, me encontraba corriendo sin un rumbo fijo, no me importaba siquiera estar en pantalones de dormir y sandalias, simplemente necesitaba liberar la furia que me estaba matando. No terminaba por comprender por qué carajos me importaba tanto el hecho de que la estúpida Sirena se estuviera revolcando con ese bastardo... lo que una vez había sentido hacia ella, lo había reemplazado con facilidad por odio puro.
—Mierda, mierda, mierda —repetí una y otra vez mientras continuaba con mi carrera.
No supe cuánto había corrido, pero imaginé que había sido bastante, puesto que ahora me encontraba frente a la mansión de Shane, la cual se encontraba a una distancia bastante considerable de la de los Green. Bajé mis manos y las posicioné sobre mis rodillas, para así comenzar a respirar con libertad. Me tomé un par de minutos en tratar de regular mi ritmo cardíaco para después tomar el móvil y marcar el número del bicho raro.
Dio tres timbres antes de que tomara la llamada.
—¿Tyler? —habló con voz soñolienta—. ¿Estás bien?
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Cold I y II Temporada©
Novela JuvenilÉl es frío y despiadado. Ella es carismática y noble. Él ama meterse en problemas. Ella trata de huir de ellos. Él ya no cree en la gente. Ella trata de hacer del mundo algo mejor. Él cree que lastimar a los demás, aliviará su dolor. E...