#ColdDay
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—¿Qué es éste sitio? —indagó Shane al estacionar frente a una vieja y abandonada casa.
Observé por la ventanilla, sintiéndome nostálgico al estar en ese lugar. Eran tantos los recuerdos que me invadían con sólo ver esas viejas y desgastadas paredes blancas, que me ocasionaban terribles ganas de sentarme a llorar a como lo haría un infante.
Mellizas corriendo por los pasillos a la vez de que soltaban estruendosas carcajadas, justo después de que llegaban del colegio... incluso podía apreciar la silueta de Nina y Nora corriendo por toda la casa mientras platicaban sobre los chicos del instituto. También apreciaba cada ocasión en la que Thiara discutía con Tara, después de que la segunda le reclamara sobre la atención que mis padres tenían con la primera.
Eran tantos los momentos que se reprodujeron en mi cabeza en ese instante, que estaba seguro de que si hubiese tenido un arma entre mis manos en ese instante, la hubiese disparado contra mi cabeza.
Miré a Shane y sacudí la cabeza.
—Ya puedes irte, Shane. Gracias por traerme —dije, antes de comenzar a abrir la puerta para bajar del auto.
–¡Espera!
Lo observé sobre mi hombro, aun sosteniendo la puerta abierta.
—¿Qué vas a hacer aquí? ¿Quieres que te acompañe?
—Necesito hacer esto sólo, Shane. Ve y saca a la muñeca Barbie a pasear.
—¿No vas a decirme qué es éste lugar? Pues si me preguntas... parece una casa donde habitan fantasmas; ¿Y si te encuentras a Gasparín?
Hice una mueca de desagrado, aguantando unas terribles ganas de mandarlo a la mierda.
—No seas estúpido, bicho raro. Es la casa de mis padres; ahora vete y déjame solo -contesté antes de tirar la puerta.
Me dirigí hacia la escalera del pórtico con paso decidido y sin mirar atrás. No había venido a este sitio, desde que había sacado todas mis pertenencias para meterlas a la casa de los Green, justo después de que murieran mis padres. Nunca esperé regresar, no se me apetecía volver a caminar sobre el mismo suelo en el que caminaron mis progenitores por tantos años.
Me detengo frente a la puerta, seco mis manos contra la mezclilla de mis pantalones y suspiro. Cada musculo de mi cuerpo tiembla sin cesar mientras decido si es una buena idea el abrir esa puerta que ha estado cerrada por tanto tiempo. Meto la mano dentro del bolsillo de mis pantalones y saco la llave que me ha acompañado durante tantos años.
Mis hermanas mayores se habían empeñado en que poner a la venta ese sitio, era una excelente idea; pero Thia y yo nos habíamos opuesto en cada ocasión que lo mencionaban, pues ambos queríamos mantener el recuerdo de nuestros padres completamente intactos.
Giro la llave en el cerrojo y después empujo con suavidad la puerta, el aire queda atascado en mi pecho justo cuando aquellos muebles cubiertos con sábanas blancas para protegerlos del polvo, quedan a mi vista.
Cierro los ojos con fuerza al sostenerme con gran poderío de la manija de la puerta. Lo primero que había quedado a mi vista, fue el viejo sofá que solía utilizar mi madre para ver sus estúpidas películas románticas. Abrí los ojos, y su imagen sonriente provino desde el sofá; aquella sonrisa que siempre me regalaba cada vez que abría la puerta cuando llegaba del colegio. Parpadeé en varias ocasiones, tratando de quitar esa imagen de mi mente. Ver como su cabello rubio caía sobre sus hombros mientras comía gomitas con una mano y acariciaba su abultado vientre con la otra. Sin poder evitarlo, comenzaba a hacerme daño con la puerta. Quería gritar, correr escaleras arriba y después lanzarme desde ahí para que el dolor menguara.
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Cold I y II Temporada©
Teen FictionÉl es frío y despiadado. Ella es carismática y noble. Él ama meterse en problemas. Ella trata de huir de ellos. Él ya no cree en la gente. Ella trata de hacer del mundo algo mejor. Él cree que lastimar a los demás, aliviará su dolor. E...