Cold I y II Temporada©

Capítulo 50. Ariel

#ColdNight

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Estábamos a poco de terminar el año escolar otra vez. Había logrado guiar mi vida otra vez a un camino diferente al que antes llevaba. Landon era ahora un lindo recuerdo con el cual viviría y amaría durante toda mi existencia. Había logrado sonreír sinceramente otra vez, incluso, en algunas ocasiones iba a visitarlo junto a Tyler al cementerio, y fingía hablar con él mientras Tyler lo hacía con sus padres y su hermano.

Thiara se encontraba a poco de dar a luz, su abultado vientre y sus constantes cambios de ánimo, preocupaban a Tyler y Zackary, quienes ya no sabían qué hacer con ella. La bebé que no tenía nombre, al fin había sido bautizada, pues después de varias opciones y de haber tomado la opinión de algunas personas, se había llegado a la conclusión de que Tayla era el nombre perfecto. Yo había opinado con que fuese llamada Tania, pero el gruñón de Tyler se había opuesto rotundamente, pues decía que su sobrina no iba a ser llamada como la escopeta que utilizaba su padre para ahuyentar a los pretendientes de sus hijas.

En cuanto a mi relación con mis padres, había cambiado completamente. Podíamos considerarnos otra vez, una hermosa familia. Solíamos desayunar y cenar juntos, además de que habíamos adquirido la costumbre de salir en algunos fines de semana.

Aún recordaba la sorpresa que papá había planeado para navidad y año nuevo, toda una semana en Cancún, lejos del frío clima de fin de año en Denver, disfrutando del sol, la arena y el mar.

Y justo ahora, me encontraba caminando al lado de Shane y Lizzy hacia la siguiente clase, quienes no dejaban de discutir entre ir al teatro, o a un partido de futbol.

—¡Shane! Ya hemos ido tantas veces al teatro, que incluso he perdido la cuenta —espeta la peli rosada, frunciendo los labios y desviando su mirada para no ver a su novio.

Yo observo a Shane, esperando la respuesta.

Nadie debería de culparme de solo guardar silencio y disfrutar de una discusión entre un asperger y una musulmana. Es algo que no se ve a diario, y el ver la manera en la que Shane logra ganarle a Lizzy con facilidad con ayuda de sus estúpidos argumentos, es verdaderamente divertido.

—Nunca me has dicho que te molesta ir al teatro conmigo.

—¡No me molesta! Sólo que ésta vez quiero ir a ver ese juego.

Ahora regreso mi atención a Lizzy, quien rasca su cabeza con desesperación.

—Además, ya casi termina la escuela. No está mal que vayamos a apoyar al equipo. Luego nos iremos a la universidad y todo esto acabará —le explica la chica, tratando de mantener la calma.

—Pero esa obra está buenísima, Barbie —le dice el chico, dirigiéndole una mirada suplicante—. ¿Un partido de futbol? ¿Ver a 22 tipos pelearse por una pelota? ¿Hallas diversión en eso?

—Sí, es divertido —inquiere ella, cruzando las manos a la altura de su pecho. Dirige su mirada hacia mí y después hace un puchero—. Ari, dile algo. Ayúdame, amiga.

Tuerzo una sonrisa y levanto los hombros con indiferencia.

—A mí no me metan en sus asuntos.

Lizzy no deja de renegar durante lo que resta para llegar al salón de clases, permitiendo al final, que su novio se saliera con la suya otra vez. Definitivamente, yo admiraba el amor que Elizabeth sentía hacia Shane, pues gracias a su trastorno, debía de tenerle absoluta paciencia para así tratar de no cambiarle sus planes. Paciencia que muy posiblemente yo no podría llegar a tener.

—¿Qué pasa? ¿Por qué la muñeca Barbie parece querer matar al Bicho Raro? —Indaga mi chico de ojos verdes al reunirse con nosotros a la entrada del salón de clases.