Capítulo 48

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Anastasia

Estoy a punto del colapso. Quiero irme a casa. He estado un día completo aquí y siento que han sido veinte años, pero no veo nada que me indique que hoy salgo de aquí.

Christian está en el sofá de la habitación leyendo el diario mientras que yo picoteo la comida del hospital, aparte de que sabe horrible es muy poca para mí estómago.

-Más vale que te comas todo eso Ana.-Le miro detenidamente.-Te he visto apenas tocar la comida y debes comer. Hazlo.

-Esto sabe a nada, no lo comeré. Te puedes enojar, gritarme, lo que tú quieras pero no me comeré esto.

Él tenía su ceño fruncido y a punto de decirme que comiera, suavizó el gesto y se levantó del sillón.

-Ana... No quiero decírtelo de mala manera... Come, por favor.

-No es un berrinche ni un capricho Christian. Prueba tu está comida y me dirás si sabe a algo que no sea nada.

-Está bien. Dame un poco de esa ensalada.

Pincho algunas patatas y un poco de ¿Zanahoria? No logro saber qué es. Christian come lo que le pasé y hace una mueca y luego va al baño de la habitación y escucho como escupe todo.

-¿Ves que no soy yo?

-¡Denunciaré al hospital por darte comida así! Y llamaré a Gail para que traiga un poco de comida. Así no comes eso y le preguntaré a mamá cuando podemos irnos

-Está bien...-Muevo el carrito y me acomodo en la incómoda camilla. Cierro mis ojos y con el interruptor a mi lado y apago las luces de la habitación.

-¿Te sientes mal? Apagaste la luz y cerraste tus ojos-Dice Christian al entrar a la habitación.

-Oh no... Sólo estoy algo cansada. Christian...-Dudo un momento en hablar.-No estoy interrumpiendo tu trabajo verdad? Después de lo de GEH, quiero decir.

-No, Taylor y Welch se están encargando de eso y no hay mucho que pueda hacer, algunos contratos que tenía pendientes por revisar estaban en mi oficina y estoy esperando volver a recibirlos y trabajaré desde el Escala hasta que modifiquen el piso completo.

-Uhm... Está bien.

-Mamá vendrá en un rato a verte y sabremos si podemos irnos a casa.

La SUV Q7 se estaciona frente al edificio, Christian ayuda a bajarme del auto y entrar al elevador. En el ático Gail me recibe con una sonrisa

-Te hice un caldo de verduras, date un rico baño y te lo llevaré

-Gracias Gail.-Sonrío.-Pero... ¿Podrías hacerme algo más? Tengo un poco de hambre y no creo que solo el caldo de verduras llene mi estómago

-¿Panecillos y jugo?

-Vale. Iré a darme un baño.

Camino a la habitación y cuando voy a quitarme la sudadera, Christian aparece detrás de mí para ayudarme

-Si bajas la cabeza puede que vuelva el dolor, déjame ayudarte.

Christian quita mi sudadera con cuidado y luego los pantalones de deporte, sigue con el sostén y me lleva al baño, quita la venda que tengo alrededor de mi cabeza y enciende la ducha y regula la temperatura mientras que quito mis panties

MisteriosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora