Capítulo 57

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Anastasia

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Anastasia

El olor a hospital inunda mis fosas nasales, Gail está recostada a un lado de mi con la cabeza gacha. Recuerdo todo y siento unas terribles ganas de vomitar. Ver el odio en los ojos del Señor Grey y ver el rostro de decepción de la Señora Grey hacen que una opresión en mi pecho se instale y no quiera irse.

Miro un reloj a un costado de la habitación y marcan las tres de la mañana. Conociendo a Gail debió haber llamado a Taylor y Christian debe venir volando hasta Seattle. Ese pensamiento me descontrola, nunca pude hablar con Christian sobre lo que dijo Susannah y ahora mismo no me apetece hablar con él.

Muevo a Gail y ella se sobresalta.

-¿Estás bien Ana? ¿Cómo te sientes?

-Estoy bien Gail. Llevo mucho tiempo dormida.

-Oh no, es normal. Recuerda que tus horas de sueño han sido pocas en los últimos días. La Señorita Kate y el Señor Elliot están fuera con tu padre y Emily, quieren verte.

-Diles que pasen, me siento bien Gail. Uhm... ¿Los Señores Grey?

-Están ahí fuera Ana. La Señora Grey actuó rápido cuando caíste al sillón cosa que fue una suerte. El Señor Grey se quedó a un lado.

-No quiero verles Gail, me han hecho mucho daño...

-No lo harás sino quieres, buscaré a los demás.

Minutos después, papá, mamá, Kate y Elliot entran a la habitación seguidos de Gail.

-Nos asustamos mucho Annie, Em y yo íbamos saliendo del teatro cuando Gail llamó al teléfono de Em. ¿Estás bien?

-Lo estoy papá, estoy bien.

-Nos dimos un susto de muerte Ana. Ahora te vigilaremos más, comerás y dormirás lo correspondiente.

-Vale. Vale.

-Te dejamos descansar cariño pero nos quedaremos aquí, no te dejaremos.

Despierto por un olor característico que no había sentido desde hace algunos días. Christian.

Abro los ojos y está mirándome. Susurra un hola y devuelvo el saludo. Miro a la habitación y solo estamos él y yo. Genial. Emily entra con un vaso térmico con un dibujo de café en él y siento unas ganas de tomar un sorbo. Mi estómago ruge. Demonios, tengo hambre.

Emily me da un pequeño sermón de que comeré más cuando vayamos a casa. Esta vez no regresaré al Escala, mi tiempo ahí terminó en el momento en que sentí que ya no era mi hogar, seis meses atrás.

Mi desayuno llega y no es lo que esperaba pero sacia un poco mi hambre. Hago una nota mental en pedirle a Gail que me traiga algo de comer.

Espero pacientemente a que la Doctora llegue a hacerme nuevas pruebas. ¿Qué pruebas? ¿Por qué?

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