Anastasia
Papá ha estado muy pendiente de la Editorial últimamente, sé que sospecha algo pero no quiero decirle todo lo que ha estado pasado en la Editorial desde que el abogado llegó a informarme sobre las deudas que estaban pendientes.
Después de la muerte de mamá, la Editorial quedó a cargo de papá quién era un carpintero y apenas sabía manejar todo. En aquel tiempo yo acababa de salir del instituto y había comenzado a estudiar Escritura y Literatura y pude ayudarlo. Al graduarme, un año y medio atrás, la Editorial quedó a mi completo cargo. Lo que nunca supimos fue que para que mamá pudiera pagar las consultas y las medicinas, hipotecó la Editorial y se deben aproximadamente treinta y seis cuotas; algo que la Editorial ni siquiera produce la cuarta parte de una cuota. La Editorial está en quiebra. He trabajado duro para mantenerla pero mi trabajo ha sido en vano y me duele tanto que no pueda hacer algo por la empresa en la que mamá trabajó y sudó.
El abogado Ritz me ha dicho que hay empresas que están dispuestas a reestablecer empresas obteniendo de ellas una ganancia y es la única opción que me queda para salvarla. Gracias al cielo que Kate, mi mejor amiga y directora de Relaciones Públicas en Steele Publishing, consiguió una invitación para el Evento a donde la mayoría de las grandes empresas acuden a exponer sus riquezas. Ella me acompañará a San Francisco, donde se realizará el evento y si tengo suerte podré encontrar a una empresa que me ayude a levantar Steele Publishing.
Paso todo el día en la oficina ideando algunos planes para tratar de levantar la Editorial, pero sin capital es imposible hacer algo. A pesar de los planes que tengo, como los libros electrónicos y anunciar que la Jefa será la encargada de recibir y editar todos los manuscritos que se reciban, nadie llegará a la Editorial sabiendo en cómo se encuentra la empresa y nadie confiará en mí con semejante deuda que tengo con el banco.
Al salir de la Editorial paso por la casa donde vivían papá y mamá para cerciorarme que todo esté en perfecto estado y me voy a mi casa, la que compré y arreglé al vender mi pequeño escarabajo. Era un clásico y el chico me dio sesenta mil dólares sólo por ese adefesio de auto. Luego voy al supermercado y hago las compras para que papá tenga todo lo necesario el fin de semana y no tenga necesidad de salir para comprar la despensa.
Preparo mi pequeña maleta de ruedas y me despido de papá, quien todavía no sabe a qué iré a San Francisco. Subo al Audi de mi mejor amiga y tomamos rumbo al aeropuerto.
-Ana espero que de verdad podamos encontrar a algún empresario que nos ayude. No quiero que Steele Publishing cierre y todos tus sueños se vayan al caño.
-Yo tengo esperanzas Kate, sé que encontraremos a alguien.
Llegamos al aeropuerto y esperamos a que nos llamen para abordar, estoy algo nerviosa ya que nunca he ido a eventos como ese y mucho menos del tipo que será. No sé cómo a las personas que organizan esos eventos se les ocurre ir con máscaras. Es simplemente una locura. Doy gracias que Kate es amante por la moda y me compró un vestido corte princesa azul cielo, como mis ojos y a juego una máscara que tapa la mitad de mi cara de color plata con filigranas con pequeñas piedritas brillantes. Todo eso va en mi maleta, esperando que no se dañe la mascara y no se arrugue el vestido.
Abordamos el avión y en menos de quince minutos estamos volando por el cielo de Estados Unidos rumbo a San Francisco. No sé cuánto dure el vuelo por lo que tomo mi celular y conecto los audífonos y adiós mundo.
Cuando bajamos del avión estoy algo mareada y no fue por el aterrizaje sino que desperté en medio del aterrizaje y mi estómago quiere expulsar lo que desayuné ésta mañana. Al pisar tierra me siento segura y voy directamente a los baños del aeropuerto para evitar hacer un espectáculo en todo el lugar. Al salir Kate ya tiene nuestras maletas y vamos rumbo al hotel que alquilamos por esta noche.
Dos horas y media después me he duchado y Kate está peinándome y maquillándome al mismo tiempo, no soy tan amante del maquillaje como ella así que dejo que ella haga todo por mi.
-Listo Ana, pareces una princesa. Ve y mírate en el espejo.-Me levanto y voy al espejo de cuerpo completo que esta pegado a la puerta del armario, me veo y de verdad que parezco una princesa; el vestido azul se pega a mi cuerpo como si fuese hecho a mi medida, cae como cascada hasta mis pies descalzos, me veo bellísima. Tomo la máscara que está en la cama de dos plazas y me la coloco, tratando de no dañar el hermoso recogido que me hizo Kate.
-Ana Wow, te ves hermosa.-Sonrío sincera.
-Tu tampoco te ves nada mal Kate, te ves muchísimo más guapa y hermosa que yo.-Kate lleva un vestido verde agua de encaje en la falda y en la parte de arriba es estilo cuello halter que hace resaltar sus senos más de lo normal. Su máscara es parecida a la mía pero no lleva los filigranas, solo las piedras del color del vestido.
-Muy bien Ana, estamos listas. Es hora.
Tomamos nuestras bolsas de mano y salimos del hotel, por lo que dice la tarjeta será en uno de los hoteles más prestigiosos de todo San Francisco, específicamente en el Centro. Subimos el auto que alquiló Kate y vamos hacia el Fairmont San Francisco.
Primer capítulo un poquito corto pero no quería dejar esperando a nadie.
Pd: no esta editado, acabo de escribirlo en una hora. No sean tan crueles.
Bye bye Ladies.
Lovemoon
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Misteriosa
أدب الهواةAnastasia Steele es la dueña de la pequeña y vieja Editorial que su madre le dejó al morir y que mantiene a ella y a su padre. Dicha Editorial tiene inmensas deudas y necesita saldarlas todas, teniendo que buscar a una empresa que esté dispuesta a a...