Capítulo 59

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Christian

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Christian

Mierda. Mierda y más mierda. Me siento peor de lo que imaginé que me sentiría cuando desenmascarara a Ana pero el peso en mis hombros ya no está.

Tomo el vaso de Whisky y tomo lo que queda en el vaso. El teléfono del Escala suena y sé que es Raymond, puedo verlo en el identificador de llamadas.

Recojo la réplica del anillo de mi madre y lo guardo en mi caja fuerte, tomo mi iPad y borro el vídeo, a fin de cuentas está en un DVD en la caja fuerte.

Escucho pasos afuera y salgo en busca de Gail y Taylor que deben haber llegado.

En cambio veo a Sawyer en ropa de deporte y a Miller hablando por un auricular.

-Iremos al Hospital a solicitar una bomba de oxígeno, Sawyer y yo estamos saliendo del ático.

-¿Para quién demonios es esa bomba de oxígeno?-Gruño al verlos vestidos con ropa de deporte y a punto de salir

-No le incumbe Señor Grey y si quiere despedirme, hágalo. Taylor me pagará por proteger a la Señora Steele.

¿Qué mierdas?

Me regreso al despacho para llamar a Taylor pero el nombre de Elliot se refleja en mi pantalla.

-Eres la mierda más grande del mundo Christian Grey. En este momento tengo muchas ganas de dejarte molido por todo lo que le estás haciendo a Ana.

-¿Ya llegó a ustedes? ¡Qué rápido va en busca de protección!

-¡Eres un desgraciado Christian! Ni siquiera tienes un poco de decencia con ella que está llevando a t----

-¡Elliot cuelga esa llamada ahora mismo!

La voz de Kate interrumpe nuestra conversación

-¿Qué? ¿Elliot de qué hablas?

Miro mi celular y la llamada ya se ha cortado. ¿Qué demonios?

Enciendo el ordenador para buscar la ubicación de Taylor, Sawyer y Miller.

Taylor aparece en la casa de Elliot y Sawyer y Miller en dirección a ella. Él teléfono del Escala vuelve a sonar y descuelgo la llamada. Debo ir ahí.

Tomo rumbo a casa de Elliot y al llegar llamo a la puerta. Elliot aparece con sólo un pantalón de dormir.

-¡Eres un desgraciado Christian! ¡Te dije que no hicieras sufrir a Ana y eso fue lo que hiciste!

Recibo un puñetazo por parte de él y yo le devuelvo el mismo.

-¿Quién vio el mío? Tú no lo hiciste Elliot. Siempre te fuiste por el lado de Ana y nunca pensaste en cómo me sentí yo.

-¡Claro que lo hice, pero pudo más tu rencor y tu rabia! Vete antes de que Ana despierte y te vea aquí.

-Dile que salga y me de la cara como la ladrona que es.

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