Anastasia
Mi cuerpo duele horrores, tanto que apenas siento las piernas. Mi cabeza palpita pero el dolor es soportable, siento algo en mi rostro y es un pedazo de gasa adherido a mi piel y recuerdo los golpes de Jack.
Estoy en el Hospital, recuerdo todo. Desde que Mía llegó al lugar hasta que Christian se acercó a mí y me abrazó a su cuerpo. A mi mente viene el recuerdo de Mía y toda la sangre que brotaba desde su herida. Veo la mía y está cubierta con vendas y una mancha roja sobrepasa la tela de la misma.
Trato de incorporarme en la camilla pero sólo puedo mover un centímetro mi cuerpo, está demasiado pesado y me siento muy agotada. Decido mover la camilla y comienzo a presionar los botonsitos de la cama.
Pienso en Christian, en cómo veía a su hermana en el suelo desangrándose y tratando de mandar al otro mundo a Jack. Sé que no pudo, no está entrenado con armas y su puntería no es exactamente la mejor de todas, sólo pudo herirle en la pierna y quizás en un brazo, no estoy segura.
Miro el reloj pegado a la pared y son las nueve y treinta de lo que supongo es la mañana ya que la luz del sol está iluminando la habitación, filtrándose por la ventana.
Recuerdo a mi bebé, sé que sigue con nosotros, lo siento dentro de mí y traté con mi vida protegerlo hasta que Christian llegara.
Es extraño que él no esté ahora mismo en la habitación o que alguien más de mi familia esté aquí dentro, comienzo a pensar que algo malo ha sucedido con Mía. No. Mía debe estar bien.
El sonido de la puerta interrumpe mis pensamientos y un Christian algo desarreglado y con un vaso térmico de café entra a la habitación. Da un sorbo y me mira
-Hola cariño.-Susurro débilmente, no sabía que mi voz saldría tan ronca.
-Oh Ana, te amo mucho nena.-Se acerca y me envuelve en sus brazos. Puedo sentir su calor y no quiero que deje de abrazarme, quiero quedarme en sus brazos toda la vida.-Estaba preocupado por ti, por ambos. Mamá dijo que están bien, tú y nuestro bebé están bien.
-Estoy feliz por eso.-Sonrío. Puedo notar que debajo de sus ojos hay unas grandes ojeras, lo que significa que no durmió en toda la noche.
-Debes descansar Christian, te ves terrible, aunque de seguro yo debo verme igual. Mi cuerpo está pesado y agotado
-Pasaste por mucho Ana, no debes preocuparte por mí, soy yo quien debo preocuparme por ti
-No te ves bien Christian, debes ir a descansar
-Viví un infierno al no saber nada de ti y ahora que estás aquí no voy a separarme de ti a menos que sea estrictamente necesario, me iré a casa cuando tú te vayas conmigo.
-Bien, ahora necesito otro abrazo y que me digas cómo está Mía.
-Fue la más afectada en todo nena.-Dice mientras se acerca a la camilla y se sienta a mi lado. Me muevo un poco tratando de que él pueda acostarse a un lado.-No quiero lastimarte Ana...
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Misteriosa
Fiksi PenggemarAnastasia Steele es la dueña de la pequeña y vieja Editorial que su madre le dejó al morir y que mantiene a ella y a su padre. Dicha Editorial tiene inmensas deudas y necesita saldarlas todas, teniendo que buscar a una empresa que esté dispuesta a a...