Capítulo 67

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Anastasia

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Anastasia

Mi cuerpo duele horrores, tanto que apenas siento las piernas. Mi cabeza palpita pero el dolor es soportable, siento algo en mi rostro y es un pedazo de gasa adherido a mi piel y recuerdo los golpes de Jack.

Estoy en el Hospital, recuerdo todo. Desde que Mía llegó al lugar hasta que Christian se acercó a mí y me abrazó a su cuerpo. A mi mente viene el recuerdo de Mía y toda la sangre que brotaba desde su herida. Veo la mía y está cubierta con vendas y una mancha roja sobrepasa la tela de la misma.

Trato de incorporarme en la camilla pero sólo puedo mover un centímetro mi cuerpo, está demasiado pesado y me siento muy agotada. Decido mover la camilla y comienzo a presionar los botonsitos de la cama.

Pienso en Christian, en cómo veía a su hermana en el suelo desangrándose y tratando de mandar al otro mundo a Jack. Sé que no pudo, no está entrenado con armas y su puntería no es exactamente la mejor de todas, sólo pudo herirle en la pierna y quizás en un brazo, no estoy segura.

Miro el reloj pegado a la pared y son las nueve y treinta de lo que supongo es la mañana ya que la luz del sol está iluminando la habitación, filtrándose por la ventana.

Recuerdo a mi bebé, sé que sigue con nosotros, lo siento dentro de mí y traté con mi vida protegerlo hasta que Christian llegara.

Es extraño que él no esté ahora mismo en la habitación o que alguien más de mi familia esté aquí dentro, comienzo a pensar que algo malo ha sucedido con Mía. No. Mía debe estar bien.

El sonido de la puerta interrumpe mis pensamientos y un Christian algo desarreglado y con un vaso térmico de café entra a la habitación. Da un sorbo y me mira

-Hola cariño.-Susurro débilmente, no sabía que mi voz saldría tan ronca.

-Oh Ana, te amo mucho nena.-Se acerca y me envuelve en sus brazos. Puedo sentir su calor y no quiero que deje de abrazarme, quiero quedarme en sus brazos toda la vida.-Estaba preocupado por ti, por ambos. Mamá dijo que están bien, tú y nuestro bebé están bien.

-Estoy feliz por eso.-Sonrío. Puedo notar que debajo de sus ojos hay unas grandes ojeras, lo que significa que no durmió en toda la noche.

-Debes descansar Christian, te ves terrible, aunque de seguro yo debo verme igual. Mi cuerpo está pesado y agotado

-Pasaste por mucho Ana, no debes preocuparte por mí, soy yo quien debo preocuparme por ti

-No te ves bien Christian, debes ir a descansar

-Viví un infierno al no saber nada de ti y ahora que estás aquí no voy a separarme de ti a menos que sea estrictamente necesario, me iré a casa cuando tú te vayas conmigo.

-Bien, ahora necesito otro abrazo y que me digas cómo está Mía.

-Fue la más afectada en todo nena.-Dice mientras se acerca a la camilla y se sienta a mi lado. Me muevo un poco tratando de que él pueda acostarse a un lado.-No quiero lastimarte Ana...

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