Los chicos miraban detalladamente la que era mi casa, habían fotos mías de pequeña con mi tío y mis padres. Me dieron muchas ganas de llorar al mirar esas fotos.
Abrí la puerta, todo estaba igual, cosas viejas y con polvo.
-Aquí no hay nada.-Dijo seco Joel.
-Primero espera, después habla.-le conteste del mismo modo.
Me fui al tope del garaje, ahí habían 2 puertas de un armario donde había todo lo necesario para defendernos.
Lo abri, y todo estaba intacto.
-¡Wow!.-Exclamó Zabdiel.-Yo no se usar nada de eso, además de los bates, y navajas.
-Yo les enseñare.-Mi tio me había enseñado unas cuantas veces, no del todo bien pero si se algo que puede ayudar.
-Niña buena, chica ruda.
-Te puedes callar la maldita boca de una buena vez Joel
-Ok.
-Bien, que les parece si nos quedamos aquí unos dias, mientras les enseñó algo.-les propuse.
-Me parece perfecto.-me contesto Erick.
-Opino lo Mismo, ¿Tu que dices Zabdiel?.-Pregunto Christopher.
-Claro, es perfecto. ¿Estas de acuerdo Joel?
-Que mas da.-bufó y salio del garaje.
-¿Que les pasa?.-Pregunto Erick.
-Nada interesante ni de importancia pequeño Erick.
Luego de que Joel salió no le pusimos atención, nos pusimos a limpiar algo en la casa, hay 3 cuartos, muy espaciosos.
-Ya vengo, iré a arriba.-les informe.
Subí a la segunda planta, quería ir a mi cuarto. Mire la puerta blanca con la gran M que dibujé, no es por presumir pero se dibujar muy bien, dibuja el retrato de muchas personas.
Gire el pomo, todo quedó a Cómo yo lo deje, unas lagrimas salieron de mi. Mi cuarto color celeste con dibujos de mariposas, mi cama con sábanas blancas y almohadas de colores. Mi escritorio con mis lápices, cuadernos y colores de dibujo. Mis peluches, mis fotos. Todo, todo estaba igual.
Me senté en el escritorio y comencé a ver los pocos de los muchos retratos que había dibujado, sonrei cuando recordé un retrato que dibuje mio, a los 8 años.-¿Que haces?.-Una voz me saco de mis casillas.
-Zabdiel.-me limpie rápido mis lagrimas.- Mira, este era mi cuarto.-le sonrei.
-Lo deduje por la M en la puerta.-Este paso, y se puso a mi lado.-¿Quien es ella?.-se refirió a mi dibujo de mi a los 8 años.
-Soy yo, cuando tenía 8 años.-El lo miro detenidamente.-Yo lo dibuje.
-Dibujas muy Lindo, crees que algún día dibujes a esta hermosura.-Levantó las cejas graciosamente.
-No, eres feo.-me rei, por su expresión.
-¡Oye eso dolio!
-¿Eres de Puerto Rico?
-¿Cómo sabes?.-Me miró gracioso.
-Por tu acento, no sabes pronunciar bien la "R".-hice comillas.
-¡Eres Mala!... Aún así eres linda.-Me sonroje.
-Tu eres atractivo.-le fui sincera.
-¿Sabes que pensé cuando te mire en el supermercado? ¡Dios mio que mujer mas Linda, tiene que ser la madre de mis hijos!