Abrí mis ojos poco a poco. Mire bien y por lo visto estaba en una tienda de campaña. Mire la chaqueta de Zabdiel y su mochila. También mire mis cosas.
Lleve mis manos a la cabeza, esta dolía. Un escalofrío se incrustó en mi cuerpo a causa del frío. Titubie un poco. A lo largo divisé una sombra aproximándose hacia está tienda. Me incorpore un poco, me llene de nervios.
Alguien bajo el ziper de ésta, mi pecho comenzó a subir y a bajar rápidamente.
-¡Estúpido!.-Exclame cuando miré a Zabdiel, me tape los ojos con la mano.
-¿Te asusté?
-Si.-Espete, mirando como el volvía a subir el ziper.
-¿Cómo te encuentras?.-Se acercó a mi y se acostó de lado mirándome fijamente.
-Me duele la cabeza. ¿Que pasó?
El se acercó un poco más, tanto que nuestras respiraciones se juntaron.
-Después de pasar por esa horda te desvanecíste de la nada. Gracias a Dios Duz actuó rápido.-Recogió un mechón de mi cabello y lo colocó detrás de mí lóbulo.
-Pe...¿Pero por qué?
-No lo se, incluso Dan no lo sabe.
Es extrañó. Jamás me había pasado algo así.
-Es extrañó.
-Lo se mi amor. Me asuste mucho. De hecho eso fue ayer en la tarde. Ya casi anochese.
-¿Y los chicos?
-Armamos las tiendas de campar y pues harán guardia los demás. Hicimos una fogata. ¿Quieres ir con ellos?
-No. Más tarde.-Me acerqué a el y el comenzó a pasar suavemente sus dedos por mi cabello.
-Te he dicho lo hermosa que eres.-Murmuró.
-¿A pesar de estar toda sucia y con olor a Zombies?.-Le dije mirando a sus ojos.
-No me importa como estés. Eres la chica que algún día amnele a mares y hoy la tengo. Gracias a los Zombies.-Río un poco.
-Cuando vayamos a algúna tienda y mire un anillo juro que te propongo matrimonio.-Le murmure riendo en su pecho. Si, estoy roja.
-Yo lo haré primero.
-Rebecca.-le murmure cerrando los ojos.
-¿Rebecca?.-Hablo confundido.
-Madisson Rebecca.-Sonreí.
-Suena Bien. Pero ¿Por qué el Rebecca?
-Me gusta.-Espete.
-Pensaba en Alessandra.
-Zabdiel Alessandro.-Le murmure riendo.
-Me encantan. Son unas perfectas combinaciones.
-Rebecca y Alessandro serán. Pero los tendremos cuando todo esto termine.
-¿Y si no termina?.-Pregunto de golpe.
-No hay mal que dure 100 años. Confío en el Chifl... Dan. Primero muero yo. Luego mis esperanzas.
-Esa frase es mía.-Me reclamó.
-Lo siento amor.-Me reí en su cara.
-Dan será el padrino de boda. Los chicos serán los padrinos de nuestros bebes. Lauren la madrina. De los 2.
-¿Te imaginas como serán?
-Si. Serán altos. Conste que por mi.
-Yo también soy alta. 1.70 no es poco.-Le dije.