Capítulo cinco.
22 de febrero, 2015.
— ¿Qué se supone que estás haciendo?
— ¿La verdad o la mentira? — pregunto a través del teléfono a papá, él ríe.
—Creo que me gusta la idea de la verdad.
—Entonces, nada.
Él ríe y siento nostalgia porque me gustaba vivir con papá, no tenía presión y la creciente necesidad de probarme, pero entonces la hermana pájaro me saco del nido y tengo que pelearme con las garras para demostrar que he madurado.
»Tengo una asignación, es solo que por el momento está algo lenta y paralizada porque la persona se encuentra fuera del país. Así que sigo haciendo papeleo mientras me preparo para su regreso.
—Algo de eso me dijo Evie ¿Está siendo muy dura contigo?
—Para nada— ruedo mis ojos y él ríe. Todos sabemos de la vena mandona, estricta y autoritaria de mi hermana mayor.
—Así que...
— ¿Qué?
—Rosalie me invitó a salir.
— ¡Te lo dije! ¡Te dije que ella estaba dándonos pastelillos de más! — me río entusiasmada.
Rosalie, es la dueña de una pequeña pastelería, es muy dulce y desde que se mudó, hace poco más de 3 años, he asegurado que tiene un enamoramiento por papá. Pero todos me llamaban loca, porque bueno, Elanese siempre anda con la cabeza por las nubes.
Mi papá es viudo desde hace 9 años. Mamá era diabética y aunque la amé y la amo, sé que ella no trabajó lo suficiente en cuidarse. No seguía las dietas, comía muchos dulces y era propensa a cortarse fácilmente. Durante los primeros años estuve resentida sintiendo que no se esforzó en vivir al no cuidarse, pero terminé haciendo las paces y no guardando rencor. Desde entonces papá tuvo dos citas donde una señora era francamente nefasta y Arthur aseguró que era una bruja.
— ¿Y aceptaste?
—Bueno, sí...
—Loick y Rosalie sentados en un árbol, besándose y...
—No creo ni siquiera que tú te sepas esa canción, no seas tonta.
—Oh, padre, a mí me gusta mucho ser tonta.
Papá ríe y yo no puedo evitar sonreír complacida, casi se siente como si estuviera a su lado mientras me sube el ánimo y me asegura que grandes cosas están destinadas a pasarme.
—Te echo de menos cariño, tenerte en casa es tener una sonrisa y risa garantizada.
—Planeo ir en un par de semanas, quizás podrías venir antes...
—No puedo faltar al trabajo cariño, la contabilidad no se lleva sola.
—Y aquí estaba yo, pensando que las cuentas se sacaban solas y no porque mi súper papá se encargaba de ello—escucho el inconfundible sonido de la llamada de Skype— ¡Ahí está Leslie! Ahora, como te dije, pincha en el telefonito verde.
— ¿De qué lado?
—Izquierdo, papá.
—Uhm... ¡Oh, mira! Aquí está nuestra Leslie.
— ¡Te amo Leslie! ¿Te gustaron los videítos que te mandé?
Papá le repite lo que dije y escucho la voz de Leslie ordenándome callarme, río. Cualquiera diría que enviarle vídeos de sexo se ha convertido en mi pasatiempo favorito, sé que la hace reír y puesto que su vida actualmente escasea en el departamento de risas y sonrisas, yo me encargo de ello.
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La D no es por Dexter (BG.5 libro #4) Disponible en librerías
RomanceDexter Jefferson tiene la palabra desastre adherida a su nombre y últimamente eso parece estar más que científicamente comprobado. La prueba de ello puede ser el corazón roto que el mismo se encargó de obtener. Dexter puede ser persistente, terco y...