Capítulo Cuarenta y Dos (Parte I)

274K 35.4K 17.8K
                                    


Capítulo cuarenta y dos (Parte I)

Por largos minutos Dexter permanece en silencio observándome y yo respirando muy fuerte, como si acabara de terminar de trotar. Claramente no soy una experta en esto.

—Eh, debes dejarme conectar mi pendrive a tu equipo, ya sabes, para la música —digo y su mirada asciende con lentitud para terminar en mis ojos. Sonríe y aparece su hoyuelo.

—Siéntete como en casa.

Me saco mis zapatillas para estar descalza, me agacho para recoger mi abrigo y saco el pendrive del bolsillo, camino hasta los altavoces no muy lejos y conecto el pendrive que contiene música aleatoria árabes, de inmediato una comienza a reproducirse.

Vuelvo para estar frente a él y no es disimulado cuando abre sus piernas para estar más cómodo en su entrepierna, extiende sus brazos en el respaldo del sofá y me observa.

—Creo que en el momento que comiences, mi puta vida cambiará.

Sonrío. Sería un error considerar una danza tan sensual y hermosa como la árabe como un símbolo sexista o para denigrar a la mujer. Por el contrario, es la misma sensualidad que hay en ella la que les otorga a las mujeres el poder de cautivar, hipnotizar y capturar a su espectador. Es como un encantador de serpientes obteniendo la atención de una cobra.

Para las mujeres de cultura oriental, la danza árabe, es quizá, de los pocos momentos en donde obtienen el poder y control de sus cuerpos, en donde ellas llevan el control incluso sin que sus exigentes esposos lo sepan.

Así que uno los dorsos de mis manos por encima de mi cabeza y hago el primer movimiento en mi cintura, yo me siento cubierta de poder. En un principio soy tímida, tal vez, un poco torpe, pero poco a poco voy tomando fuerza. Cuando menos me doy cuenta, es como estar en el salón de clases y ser una de las que más sobresale, porque por alguna razón, es un baile que se me ha dado muy bien. Se escucha el repiquetear de mi cinturón mientras muevo mis caderas en diferentes compases. Mis pies se mueven de adelante hacia atrás mientras alzo mis caderas, mi mirada se concentra en Dexter y sus labios están entreabiertos, me da la impresión de que toma agitadas respiraciones por la manera en la que su pecho sube y baja.

Muevo mi cabeza de un lado a otro para que mi cabello capture su atención y luego sacudo mis caderas girando. Cuando me agacho con lentitud hasta estar en mis rodillas, llevo mi cabeza hacia atrás, haciendo que mi espalda baje hasta conectar con mis talones. Creo que Dexter maldice. Me incorporo con la misma lentitud y cuando vuelvo a estar de pie, desprendo la primera tira de seda roja de mi falda y la agito mientras giro desplazándome a la izquierda, mi pierna está al descubierto. Me giro y le doy la espalda moviéndome muy lentamente cuando desprendo la segunda tira, giro y la uso para ocultar la parte inferior de mi rostro, luego la dejo caer. A medida que bailo, voy desprendiendo una tira de seda, mostrando cada vez más de mi parte inferior, revelando unas bragas rojas con corte estilo short pequeño que vienen con el traje de danza. Siento que soy parte de la música y ver la manera en la que Dexter me mira, me hace sentir poderosa, increíble, majestuosa. Siento mi piel transpirar y me siento tan sexy y a tono con mi sexualidad.

Tomo la última tira de seda de mi falda y camino hasta él. Subo hasta su regazo, a horcajadas, me incorporo y paso la tela por su cuello. Siento su respiración choca contra mi cuello segundos antes de que baje mi cabeza hacia atrás mientras mi abdomen se mueve con lentitud hacia adelante y atrás, en lentas ondulaciones. Siento sus manos resbalar en la piel húmeda y desnuda de mi cintura. Sacudo mis caderas en un lento temblor y él gime. La música va disminuyendo para dar inicio a la siguiente, siento tanta adrenalina que no me detengo. Levanto mi cabeza para observarlo y dejo caer la tira de seda que sostenía contra su cuello. Mis manos van a las suyas, que aun sostienen mi cintura, las tomo y retiro sin quitar mi mirada de la suya. Sus ojos están dilatados y sus pómulos muy sonrojados.

—No se toca a la bailarina —susurro cerca de sus labios antes de bajar y alejarme para continuar bailando sin ninguna falda que cubra mi parte inferior.

—Quiero establecer varias malditas cosas —Su voz es ronca.

—Puedes —concedo mientras continúo bailando.

—Nadie nunca, jamás, hizo algo tan jodidamente sexy para mí —comienza—. Estoy duro, pero duro de tal manera que si me das un clavo lo martilleo con facilidad con el martillo dentro de mi bóxer.

Muerdo mi labio inferior para no reír, luce muy serio con sus palabras y tan excitado.

»Tú eres...No tengo jodidas palabras para describirte —Sacude su cabeza—. Espero y seas conscientes que no puedes pretender que vienes y le bailas a tu ex y él no va a asumir que están reconectando, y no una mierda de sexo de una noche.

— ¿No?

—Por la mierda que no. Esto es como un baile de la reconciliación, sí eso es —murmura bajando la vista a mis caderas moviéndose—. No estoy dejando que te vayas de aquí sin resolver lo nuestro. Llevo jodidas semanas pensando la manera en la cual pedirte que volvamos a darnos una oportunidad y enfrentemos las cosas como pareja —Su vista sube hasta encontrarse con mis ojos, muerde su piercing y me estremezco—. Pero tú sin duda alguna, escogiste una mejor ruta de reconciliación que yo.

— ¿Tenías algún plan?

—Ethan me dio un par de recomendaciones y lo creas o no, ese jodido pesimista, ahora, se inspira en grandiosas ideas sobre cómo recuperar a una chica.

Se pone de pie y yo de nuevo dejo vagar mi vista en su torso desnudo, podría verlo durante horas.

—No vine a tener sexo —Porque no creía en la suerte, una sonrisa se dibuja en su rostro.

—Yo tampoco —Bromea caminando hasta mí.

Camina hasta mí y mis pasos dejan de ser tan precisos porque me está seduciendo con su caminar, con su pantalón holgado gris colgando tan bajo que me da la certeza de que Dexter no está usando nada debajo, lo que hace muy evidente y notorio su erección.

—Nunca dudé que te supieras mover, no cuando esas caderas han hecho maravillas sobre mí —murmura rodeándome yendo a mi espalda, me ordeno no dejar de bailar, pero no me desplazo, me mantengo en mi lugar—. Pero esto, ¡Mierda! Esto es otro nivel.

Siento su respiración contra mi cuello y luego sus labios contra la piel de mi hombro en un suave beso. Dejo de moverme, mi corazón late muy deprisa y mi respiración es agitada como la suya.

»Y para que quedé claro que no será solo una declaración post orgasmo y que es muy real —Toma una respiración profunda—. Te amo, Copo de azúcar —Besa de nuevo mi hombro y sus manos van a mi cintura—. Mucho. Porque eres increíblemente sexy, me vuelves malditamente loco y por tus bellos sentimientos, tu alocada personalidad y por toda tú.

—Somos un desastre juntos —Le recuerdo. Me hace girar para estar frente a frente.

—Algunos desastres son increíbles. Somos un desastre en camino a funcionar. Te prometo que haré todo lo que esté en mis manos para ser el mejor desastre que ha chocado en tu vida, solo dame la oportunidad de serlo...Por favor.





Holaaaaa, el capítulo me pareció largo cuando lo terminé y no he tenido tiempo de revisarlo en su totalidad, así que aquí les dejo la primera parte de tan candente capítulo jijiji.

El hada en esta oportunidad señala a  @Fiver_JC   gracias por el apoyo, la paciencia y el amor, gracias por ser la lectora que eres y mantenerte amando mis historias.

Espero les guste.

Un beso.

La D no es por Dexter (BG.5 libro #4) Disponible en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora