Capítulo veinticinco.
20 de mayo, 2015.
—Hola, Evie —Es lo primero que digo cuando mi hermana abre la puerta de su apartamento.
—Ela —Me da una sonrisa haciéndose a un lado.
—Sabía que te encontraría aquí, llamé a tu oficina y Ana me lo dijo. Tienes una buena asistente.
Me dejo caer sobre uno de sus cómodos sofás. La verdad es que el apartamento de Eva, es propio, nada tiene que ver con el mío. Y no es que mi hermana me haya dado la espalda, simplemente sabía que vivir con ella sería atenerse a muchas reglas y que chocaríamos demasiado por ello, además, yo trabajaba en mi independencia.
Tomo uno de los, muy rellenos, cojines y lo abrazo, ella se deja caer a mi lado y la olisqueo.
—Hueles a chocolate caliente y malvavisco.
—Llegas demasiado tarde, ya los devoré.
—Oh, eso me da tanta tristeza.
Ella ríe mientras libera su cabello oscuro de la cola y vuelve a atarse el cabello, observo el brillante anillo en su dedo que me recuerda el por qué he venido.
—Lo siento, Evie. Lamento no haberte dado la reacción que esperabas cuando anunciaste tu compromiso. Es solo que...
—No te agrada Elliot.
—No...En realidad no me agrada, pero en parte se debió a que todo fue tan sorpresivo y me pareció que no era lo que merecías. No fue el momento de princesa que siempre deseaste.
—La vida no es un cuento de hadas, Ela.
—Cierto, pero eso no quiere decir que a veces no tengamos derecho a tener momentos y recuerdos de princesas.
—Dale una oportunidad a Elliot, él solo es muy diferente a tu espíritu libre.
—Te lo he dicho muchas veces, Evie. Todo lo que quiero es que seas feliz.
—Y voy a serlo.
Hay un fallo en el hecho de que parece que nos convence a ambas, pero ya he manifestado bastante cómo creo que Elliot no es el correcto, pero ya queda en manos de mi hermana sus decisiones. No me gusta que se metan en mis decisiones, por lo tanto, me queda respetar las suyas.
— ¿Y tenemos fecha para la boda?
—De hecho sí—responde recostado su brazo del respaldo del sofá—. Septiembre es nuestra fecha tentativa.
—Eso es prácticamente a nada. Los meses vuelan.
—No queremos un compromiso largo.
—Bien digo que compromiso que llega a un año no llega a la boda.
—Tonterías.
—Una de las tantas que digo ¿Eh?
—Mejor dime ¿Cómo te está yendo?
—No llevo tantos días en el mundo del desempleo, sin embargo he conseguido una entrevista de trabajo en una ONG. Espero conseguirlo, y bueno, emprenderé mi búsqueda de lo que sea mi profesión.
—Eso está bien, quiero ser de las primeras en saber cuándo lo descubras.
Mi sonrisa podría dividir mi rostro en dos antes de arrojarme prácticamente sobre ella para darle un fuerte abrazo. Mayormente siempre estoy a la defensiva diciendo que Eva solo me juzga, pero en el fondo siempre he sabido que ella quiere actuar como una madre, que es protectora conmigo porque sabe que, a veces, el mayor daño no me lo hace un tercero, a veces yo misma soy mi propio enemigo, la encargada de hacerme daño con mis decisiones o acciones.
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La D no es por Dexter (BG.5 libro #4) Disponible en librerías
RomanceDexter Jefferson tiene la palabra desastre adherida a su nombre y últimamente eso parece estar más que científicamente comprobado. La prueba de ello puede ser el corazón roto que el mismo se encargó de obtener. Dexter puede ser persistente, terco y...