5. Voy contigo

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Narra Andrés

Que patética, no puede verse peor. En serio, la miro y me parece tan frustrante. Patética al ciento por ciento. Mira que invitar a salir a Adrián. Eso no ocurrirá ni en sus mejores sueños. En este preciso momento acaba de llegar Laura, su novia y el amor de su vida, la única mujer por la que brillan sus ojos. Como le quedó el ojo. Sin embargo, esa misma frustrante mujer, es la que me tiene aquí.

¡Qué mierda!

Hay algo muy claro entre los dos, me detesta y es mutuo; pero también gusta de Adrián, y solo le diré pobrecita. Adrián es mi primo, y tengo que aceptar que es un tipo atrayente. A diferencia de mí. Tengo fama de todo, excepto de mujeriego. No pierdo el tiempo con eso. Aunque no niego que hay una mujer para mí, y esta solo será la futura y abnegada madre de mis hijos. Le miro el rostro y por un momento nuestras miradas conectan; ella la aparta. Está jodidamente apenada. Adrián le hace un pedido para Laura y se marcha por el. Sí, huye pajarito con tu corazoncito roto.

―Amor, ven y siéntate ―Adrián pide a Laura y esta hace caso con toda elegancia.

Laura es linda y lo confieso, antes de que ella y Adrián se comprometieran todo indicaba que iba a ser para mí, pero mi primo terminó quedándosela. Sí, el típico caso de yo la conocí primero, y él se la quedó.

―Hola, Andy ―ella me dedica un delicado y angelical saludo, y yo se lo devuelvo con un gesto de mi mano―. Es tan extraño que estés aquí.

―Adrián insistió en que conociera el lugar. Por eso vine.

―No solo eso, no te hagas. Ya sabes lo que tienes que hacer ―Adrián reviviendo mis males.

―¡No haré nada innecesario! ―espeto.

―¡Sí lo harás! ―me reta.

―¿De qué hablan ustedes? ―Laura nos increpa a ambos.

―Nada importante ―resoplo.

Ella vuelve con su bandeja, parece apenada y aburrida. ¡Cielos! Como lo disfruto.

―¿Qué era lo que decías acerca de ir a La Calera?

―¡Nada! ―responde mirándome de soslayo.

―Sí, que pena, Lau llegó y no te presté mucha atención ―Adrián se excusa sin entender nada todavía de su patético intento.

―N-No es nada importante ―recalca empezando a ponerse nerviosa.

―¿Le ibas a pedir que te acompañara? ―sigo con mi cizaña, y esto tal vez me sirva para mis propósitos.

―Solo es una fiesta. Por si querían ir.

―Sea lo que sea, yo no puedo, estoy preparando mi tesis ―Laura se disculpa con rapidez.

―Y yo le ayudo ―Adrián prosigue y me mira. Y es en este preciso momento en que pienso que debí dejar de molestarla y quedarme calladito.

―Andrés, puede ir contigo, no tiene nada que hacer esta noche ―me ofrece como si fuera una mercancía o un objeto barato de San Andresito.

Ella me mira espantada. ¡Ni al caso! Ahora todos me miran.

―Deja de decir tonterías ―Laura interviene―. Ese no es ambiente para Andrés, apenas está acoplándose a la ciudad ―añade en mi defensa; pero me pregunto por qué dice eso.

La aprecio y a toda su consideración, pero me hace ver como un niño pequeño y desvalido, a mis veintiséis años. Ya soy todo un adulto.

―No hay problema. Pipe es mi acompañante ―dice y no sé por qué eso me molesta. Ese tipo. Parece muy cercano a ella. Como si gustara de ella.

―Andrés, sería bueno que fueras ―Adrián insiste, y ya sé por dónde va la tabla.

―Está bien ―acepto sin más, para acabar con toda esta estúpida conversación.

―No tienes por qué, ya tengo con quien ir ―ella espeta con ironía y yo quiero estrellarla contra una pared, y luego...

¡Mierda! Que estupideces se me pasan por la cabeza.

―Bueno, un nuevo ambiente no estaría mal ―repongo, y luego quiero morderme la lengua porque si estaría muy mal.

―No se diga más ―Adrián habla antes de que ella diga algo más―. Él te acompañará ―sentencia como siempre lo hace.

Risueño, apacible, y no puedo negarme. Me recuerda..., a que quizás, él no vivirá más que yo.

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Gracias por leer!!

Latte amor✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora