36. Un latte de corazón, por favor

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 Aun no sé si realmente quiero conocer a esa chica Ava. Andrés insistió y al final no pude negarme; pero le puse una condición, la invitaría al café, y también a Adrián. La razón, va a ser mi último día haciendo turnos en la cafetería. Voy a volver a mi nuevo puesto, al final soy una tonta por seguir creyendo en tonterías.

―Ajá, y entonces al final si sirvió mi idea ―Pipe me azuza cada que puede hablarme. Le tuerzo los ojos―, ni creas, voy a ser el padrino de bodas porque gracias a mí y que te empujé te enrollaste con ese chucho.

―Puedes parar, ya.

―Ya sabes ―me amenaza y yo le gruño.

La puerta se abre y Andrés aparece por la puerta, viste elegante como siempre. Hermoso. Me sonríe apenas me ve y yo igual, pero cuando entra esa tal Ava detrás de él, mi risa mengua. Es rubia y muy bonita. Ella también me mira cuando él me señala y vienen hacia mí. Los espero y él me saluda de beso en la boca frente a ella.

―Mira Ava, ella es mi novia, Camila ―me presenta orgulloso.

La chica me mira y me repara de arriba abajo y a diferencia de aquella vez cuando vino con Andrés y trajeran a esa Laura, su mirada es amable.

―Ava Clayton, mucho gusto ―me saluda ofreciéndome su mano.

―Camila Caro ―le devuelvo el saludo presentándome y apretando su mano.

―Andrés me habló mucho de ti hoy, y tenía razón, eres muy linda ―dice y yo miro a Andrés.

Este me abraza inflando pecho y me lleva hacia él.

―Él también me habló de ti, y eres muy simpática ―devuelvo sus atenciones.

―Gracias, pero no tanto como tú.

―Vale. ―Sonrío y los invito a ir a la mesa que tengo reservada―, ¿y Adrián?

―No sé. Me dijo que llegaría directo aquí ―informa mirando hacia la puerta.

―¿Tu primo? ―pregunta Ava.

―Sí, también te he hablado de él ―responde.

Miro hacia la puerta y por allí aparece él. no lo había visto desde esa noche en su casa cuando la chica esa le dejó, y mirándolo bien, luce mucho mejor, incluso se hizo un moderno corte de cabello que le hace ver lindo y muy atractivo, aun con sus lentes de montura gruesa puestos. El viene hacia nosotros y me saluda primero con un gran abrazo.

―Parece que le sienta bien el amor ―dice claramente molestándonos a los dos.

―Y a ti quitarte algunas cosas demás ―lanzo la indirecta y él me sonríe.

―Te doy toda la razón ―me dice.

―Lindo corte ―le festejo su apariencia y me guiña el ojo.

Andrés le saluda de mano y de paso lo presenta con Ava, y al instante es como si hicieran clic porque ella le mira muy sonriente y como Adrián le habla en ingles a la perfección ella le les responde muy gustosa y eso da pie para que hagan su propia conversación.

―¿Qué les traigo chicos? ―pregunto para todos.

―¿Qué tal el famoso latte de corazón? ―Andrés propone y yo niego recordando aquella noche, donde trataba de ignorarlo por completo y conseguí todo lo contrario.

El me guiña un ojo como si me lo intentara recordar a propósito, seguido consulta con los demás y ellos están de acuerdo con su pedido.

―Ya vuelvo... ―digo, pero al dar la vuelta me encuentro con Pipe que se interpone en mi camino, me quita el delantal y la libreta.

―Yo tomo los pedidos, tu siéntate ahí ―ordena y yo le gruño.

Seguido se saluda con los chicos como si los conociera de toda la vida y le echa el ojo a la extranjera. Tengo que hacerle cara para que se vaya luego de anotar el pedido. Adrián sigue enfrascado en su conversación con la chica y Andrés me mira y me mira y tengo que gruñirle.

―Esa noche todo fue culpa de Adrián, pero hoy no me arrepiento. Sabía que te interesaba y pensaba usar eso para molestarte; pero al final todo me salió al revés. Al final me has dado una gran lección ―confiesa y eso hace que lo bese.

―Por eso me alegra que te haya salido todo mal ―repongo y él me pellizca la nariz.

Pipe llega con el pedido y reparte los lattes, y con la bandeja bajo el brazo nos desea buen provecho. Parece que va a marcharse y se detiene mirándonos.

―Oigan, les tengo un plan más bueno para esta noche, ¿Quién se apunta? ―propone y todos le miran.

―¿De qué habla? ―Ava pregunta en su español atravesado.

―Nada ―digo haciéndole señas de que no invente con sus planes.

―Rumba en el mirador de La Calera, será una noche espectacular ―informa.

―Suena bien ―Adrián es el que habla―, ¿vendrías Ava? ―le pregunta y ella le pide que le explique de que habla.

Adrián le habla en inglés del loco plan de Pipe y al final, ella asiente emocionada.

―Nos apuntamos ―decide Adrián.

―Nosotros pasamos ―Andrés me apoya.

La experiencia en La Calera fue increíble, pero no pienso volver a ir allá, además, esta noche por fin probaré la cama de rey de Andrés y no me lo pierdo. Él no se preocupa por evitar que Adrián haga algo fuera de lo común esta noche, el pronto viajará a Barcelona para operarse de la masa que amenaza con dejarle ciego y necesita un buen respiro, uno que quizás no tuvo cuando estuvo de novia con esa chica fresa odiosa. Andrés toma mi mano y la besa con ternura, y yo solo pienso que al final, la conexión entre los dos es única y se siente bien consolidar esta relación ―odio-amor― en el lugar donde todo comenzó a tener forma.

Tomo mi latte y bebo de él, y él también del suyo, sin dejar de mirarnos. De mirarme con su sonrisa sobrada de tonto caballero engreído que al final terminó cautivándome...

Fin.

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Jelou!! Y hasta aquí llega esta loca y divertida historia de amor hecha en mi ciudad, espero les haya gustado y entretenido en estos difíciles momentos.

Gracias por leer!!

Latte amor✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora