Porcelana {Adaptada}

14. Arriesgo mi corazón.

Después de mi pequeña reunión con el Dr. Roberts, caminé de regreso a mi lugar de siempre, la habitación de Justin. Sabía que tal vez Andrew se estuviese despidiendo de Justin, así que caminé lentamente para darles tiempo. Cuando por fin estuve frente a la puerta, pude escuchar la voz de Andrew.

-Verás que todo saldrá bien- le decía Andrew a Justin.

Me hice a un lado de la puerta para no seguir escuchando, pasaron como cinco minutos hasta que la puerta se abrió y Andrew salió.

-Alli, ¿Qué haces aquí?- preguntó divertido.

-No quería interrumpir.-

-Supongo que haz aceptado la propuesta de Adam- habló seguro.

-Así es, Doctor.-

-Sabes que se te pagarán las horas extras.-

-No se preocupe por eso- le sonreí- la verdad, lo único importante es que él pueda mejorarse.-

-Me alegra tanto que pienses así- dijo dándome una sonrisa de vuelta- Espero volver a verte muy pronto- se despidió.

-Yo sé que así será, tenga fe, que todo saldrá bien- dije mientras lo abrazaba- Salude a Eliza de mi parte- le sonreí soltándome del abrazo.

-Así lo haré. Cuídate mucho.-

Me dio un poco de nostalgia el despedirme de él, se había ganado mi respeto y mi cariño. Deseaba que todo lo que fuese a pasar con él y su esposa fueran cosas buenas.

Con estos últimos pensamientos volví a entrar a la habitación.

{...}

Sin darme cuenta el día había terminado y la hora de despedirme de Justin había llegado.

Como Adam me lo había indicado, no le dí el sedante.

-No te vayas aún- me rogó, normalmente él ya estaría dormido.

-Me quedaré un rato más, pero intenta dormir- le sonreí.

Me senté junto a él en la cama.

-¿Cómo es el otro Doctor?- preguntó suavemente.

-Bueno, se ve como una buena persona. Confío en Andrew y si él dice que es un buen Doctor, así debe ser entonces. Pero me parece muy serio- terminé pensativa, todo eso eran primeras impresiones, con el tiempo sabría más acerca de éste nuevo Doctor.

Sabía que Justin no estaba dormido, pero debía irme. Besé su mejilla y salí de la habitación.

{...}

Ya en el departamento, me dispuse a arreglar una pequeña maleta para las cosas que necesitaría. Una vez hecho, tenía que pasar a avisarle a Cassie para que no se asustara cuando no me viese llegar a casa.

Toqué suavemente su puerta.

-¿Quién es?- escuché su voz lejana, podría adivinar que estaba en su habitación.

-Soy yo, Alli- grité un poco para que ella me escuchara.

-Entra, está abierto- volvió a contestarme.

Me senté en el sofá que se encontraba en su sala mientras la esperaba a que saliera. Al cabo de un rato ella salió con su ropa llena de harina.

-¿Qué te ocurrió?- pregunté mientras me reía.

-No te rías- me regañó molesta- Un accidente en el trabajo y terminé así, iba a cambiarme, pero en eso tú tocaste.-

-Perdóname, no sabía que habían explotado las bolsas de harina- reí sin poder evitarlo, hasta su cabello estaba lleno de harina.