26. Cosas que lastiman. Cosas que ayudan.

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Sentía como Cassie clavaba sus uñas en mi brazo debido al nerviosismo, a pesar de eso, no la alejé de mí. Era el único escudo que había entre ella y Adam. 

-Sabía que eras tú, Cassie.- Adam sonreía al verla.- Sabía que eras tú en el hospital. ¿Por qué huiste? A caso... ¿No me reconocías?- preguntó con pesar.

-El que no me reconoció fue otro.- escupió Cassie con dolor. Lo que había escuchado no era un sueño, de verdad ellos se habían encontrado en la habitación del hospital.

-No sé de qué hablas Cassie, ¿Por qué te alejas?- él hizo el intento de acercarse, pero Cassie me haló más hacia ella. Como intentando huir. 

-Me alejo porque no tengo nada que hacer junto a usted.-

-Cassie...- le llamó él con voz lastimera. Jamás me hubiera imaginado que Adam pudiese verse tan destrozado, tan desolado frente al rechazo de Cassie.- pensé que estabas muerta. Pensé que todo había sido mi culpa.-

-Pues ya ves que no. Puedes limpiar tu conciencia con eso.-

-No Cassie. Yo...-

-Dr. Roberts, me estaba yendo. Con permiso...- espetó ella mientras me halaba hacia la salida.

-Espera, no, no te vayas por favor. Déjame hablar contigo.-

-No tengo nada de qué hablar.-

-Cassie por favor. Yo.... Yo te amo. Me atormentaba pensar que algo te había pasado. 

-No me mientas, "No puedes enamorarte de un paciente". ¿No es eso lo que siempre le decía a Bella? ¿Qué tenía de malo que desease estar con Justin? ¿Es un error? Gracias por decirme que yo soy un error en tu vida. ¡Gracias por haberme abandonado para pudrirme en ese lugar!- jamás había escuchado a Cassie tan enojada.- Eres un maldito, siempre pensé que vendrías por mí. Que me sacarías.-

Con esas palabras entendí todo. Lo de Cassie no era miedo, era enojo y dolor hacia él. Dolor que de manera inconsciente yo había avivado al contarle todo lo que él me decía. No me imaginaba que su rencor pudiera llegar hasta el punto de hacerse oídos sordos a sus explicaciones aunque no era para menos. 

-Yo no sabía. Jamás me imaginé que...-

-¿Qué? ¿Que la maldita de mi hermana me tiraría en este lugar? Muy bien Adam, no tienes la culpa. Ahora déjame en paz.- sentía a Cassie temblar por la ira.

-Yo te envié una carta.-

-Oh si, tu carta. En la que decías que deseabas que me fuera bien en la vida. Déjame reírme en tu cara.- se mofó.- La leí meses después de haber salido de este lugar. Estoy segura que si la hubiese leído aquí, me volvía realmente loca.

-Cassie, no fue lo que quise decir. Yo jamás te olvidé, y jamás he querido a otra persona como te quiero a ti. Por favor, solo quería que fueras feliz. No me hagas esto.- le rogó intentando tomar su mano, ella la retiró en el instante, era como si le quemara.

-No te hago nada. Tú no te imaginabas las noches que pasé con miedo, frío, hambre, pero más que nada con esperanza de que tú me sacarías de aquí. Claro, era una chiquilla tonta e inocente. Jamás me pasó por la cabeza que para el gran Doctor Roberts, solo había sido una paciente mas.

-¡Nunca fuiste solo una paciente!- le gritó Adam alterado.- Fuiste quién me enseño a sonreír en momentos difíciles.-

-Que lástima que lo que te enseñé no duró mucho.- la voz fría de Cassie debió golpearlo muy fuerte porque no volvió a hablar.

-Lamento que hayas presenciado eso Alli. Debo irme.- besó mi mejilla y cruzó corriendo la calle. Por primera vez, noté los curiosos que se habían aglomerado al rededor de nosotros. 

Porcelana {Adaptada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora