15. Horrible pesadilla. Hermoso sueño.

166 9 1
                                    

Justin's Point Of View.

-Justin, despierta- la delicada voz de Alli me llamaba- Justin- sentía su cálida mano sacudiendo mi hombro- Justin, despierta.-

Con mucha dificultad abrí los ojos para encontrarme con la hermosa visión del rostro de Alli a unos centímetros del mío.

-Hola- susurré esperando a que ella me contestara.

-Hola- contestó con una sonrisa- Es hora de cenar. Así que arriba- su voz sonaba divertida y eso me hizo feliz.

-¿Dormiste bien?- preguntó mientras me daba espacio para sentarme y estirarme un poco.

-Muy bien- contesté.

"¿Por qué le mientes? Dile que soñaste con la chica."

Había soñado con Cassie, más específicamente con sus gritos.

Ya casi no la recordaba, no quería recordarla. El Doctor Roberts me había obligado recordarla, yo no quería.

Cuando recordé su rostro bañado de lágrimas y de suciedad, su largo cabello rubio enmarañado y su cuerpo lastimado, quise llorar.

Solo la había visto una vez, pero sus gritos, solía oírlos todos los días, hasta que ella ya no gritó más. Ya no gritaba porque ya no estaba.

-¿Sucede algo?- preguntó Alli al verme estático, no quería decirle de mi sueño, no quería parecer más trastornado de lo que ya aparentaba.

-Nada- intenté sonreír para mantenerla tranquila, lo que menos quería era que se preocupara.

Su rostro se veía más hermoso con una sonrisa que con su ceño fruncido, sus ojos siempre brillantes se volvían opacos cuando estaba preocupada, yo no quería eso. Quería verla sonriente y feliz siempre.

-Aún te ves cansado, no haz dormido bien ¿Verdad?.-

-Un poco, pero de verdad no te preocupes.-

Por un momento pensé que insistiría, pero no lo hizo. Cené en completo silencio, mientras ella terminaba de acomodar sus cosas en la otra habitación. Era una situación que me hacía casi saltar de la felicidad. Que ella se fuese a quedar conmigo. No se iría, estaría aquí. Esperaba que jamás se fuera, jamás me abandonase. Ella era muy importante para mí, yo la quería demasiado, y no podía imaginarme que ella ya no estuviese.

Sin darme cuenta la comida de mi plato había desaparecido. Alli recogió los platos sucios y salió de la habitación.

En cuanto salió, yo entré a la otra habitación. Me sorprendí lo diferente que estaba ahora, mis cosas seguían en su lugar pero ahora había una cama, en ella estaba su maleta.

Ese lugar siempre había sido mío, nadie más entraba, pero ahora Alli lo ocuparía y no había otra persona que yo desease que lo hiciera.

Busqué rápido la ropa de dormir que siempre usaba. Eliza siempre me decía que debía cambiar mi ropa y yo le hacía caso a ella. Me cambié y salí de la habitación para luego sentarme en la cama a esperarla.

Suspiré mientras me sentaba en mi cama. Posiblemente esta noche tampoco podría dormir.

Recosté mi cabeza un momento en la almohada y cerré los ojos.

Como había dicho Alli, aún estaba cansado y deseaba dormir. En ese instante Alli entró a la habitación de nuevo.

-¿Listo para dormir?-

Moví mi cabeza afirmativamente.

-Descansa- dijo mientras pasaba su mano por mi cabeza alborotando un poco mi cabello. Cuando dejó de hacerlo caminó hacia la puerta.

-Espera- ella se giró a verme- Quédate un rato, mientras me duermo, por favor- ella asintió y se sentó junto a mí.

Yo cerré los ojos. Casi inmediatamente sentí los dedos de Alli acariciando mi cabello y eso me relajó aún más para caer dormido en un momento.

{...}

Desperté en medio de la noche. Todo el lugar estaba completamente a oscuras. Puse mis manos en mi rostro y pude sentir las gotas de sudor y lágrimas que caían por mis mejillas.

Había soñado de nuevo con los gritos, pero esta vez no eran de Alice.

Eran los gritos de otra mujer, gritos desgarradores. Su voz, la voz de mis sueños se me hacían tan familiar, pero no lograba reconocerla.

Quizás lo más terrible del sueño era la oscuridad, no podía ver absolutamente nada, solo podía oír los gritos. Sentía una gran ansiedad al recordar esos gritos, desesperación, era como un hueco en el pecho al no saber quién era, al no poder hacer nada por ella.

Aún todavía consciente, podía escuchar los gritos, dudaba mucho poder volver a dormir.

Rodé en la cama un par de veces intentando en vano estar cómodo, para nada lo estaba.

Me senté en la cama intentando enfocar la habitación a pesar de estar a oscuras.

Deseaba no estar solo, la angustia no me dejaba y la compañía de alguien me ayudaría a estar mejor.

Y en ese momento recordé que no estaba solo. Que Alli estaba en la otra habitación.

Con mucha delicadeza abrí la puerta intentando hacer el menor ruido posible. Y con el mismo cuidado la volví a cerrar.

En su habitación había un poco más de luz, podía ver con más claridad. Rápidamente busqué a mi preciosa Alli.

Ella estaba en su cama, ovillada con la cobija arremolinada a su cuerpo.

Su hermoso rostro estaba en completa paz, tan delicada, tan bella.

Me acerqué despacio a su cama y me senté en el suelo, la altura perfecta para seguir contemplándola.

Tuve la tentación de tocar su mejilla o acercar mis labios a su frente, pero no deseaba despertarla. Y definitivamente no deseaba asustarla. No deseaba que se sintiera incómoda conmigo.

Recordaba perfectamente su muestra de miedo y repugnancia hacia mí aquella vez que ella había venido a visitarme.

Había querido besarle, pero claramente ella no quería.

Era algo normal, no podía sentirse completamente bien con mi cercanía. Y lo entendía.

-Te quiero, mi preciosa muñequita- susurré mientras movía un mechón de cabello que ocultaba su rostro.

Jamás se lo había dicho, por temor a asustarla más aún, pero era la verdad. Esperaba poder decírselo algún día, que supiera cuánto significaba para mí y que ella no se alejase.

Esa si sería una horrenda pesadilla, que ella me abandonase.

No podía permitirlo, mi preciosa niña debía permanecer conmigo siempre.

Y solo tal vez algún día pudiese tener una vida junto a ella.

"Solo en tus sueños."

Tal vez lo fuese, pero era un hermoso sueño.

Cuando sentí que llevaba mucho tiempo ahí, decidí irme. Con muchísimo cuidado salí de la habitación y volví a mi cama.

Hundí mi rostro en la almohada y cerré los ojos fuertemente. Aún estaba cansado, pero haber pasado tiempo observando a mi linda muñequita había valido la pena.

||——————||

Hola! Aquí otro bello capítulo, espero lo disfruten.

Si, sé que está muy corto. Pero estuvo con tan lindo que se me derritió el corazón.

Pronto subiré otro capítulo, no me odien, heh.

Bye bye.

Porcelana {Adaptada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora