18. Reacciones.

116 5 0
                                    

Me quedé tirada junto a su cama. No quería alejarme de él bajo ningún motivo. 

Solo estuve ahí, viéndolo, él no se movía. 

Debió haber sido un potente sedante, ya que inmediatamente cayó dormido. Adam debió haber sabido cómo reaccionaría. ¿Por qué no me lo había dicho? ¿Por qué había dejado que experimentara todo de una sola vez?

Suspiré frustrada, por más que me lo preguntase, jamás podría saber en qué pensaba ese hombre, tan frío, tan distante. 

El día terminó y Justin seguía inconsciente, estaba un poco preocupada por él. Quería que se despertara para poder saber cómo se encontraba. Aunque era absurdo pensar que estaría de alguna manera bien. 

Pasé toda la noche junto a su cama en caso de que despertase, temí que si despertara y se viese solo en la oscuridad, pudiese ponerse igual que antes, pudiese tener miedo. Durante el tiempo que pasé despierta, pensé en todo lo que había dicho. Prácticamente había presenciado cómo habían... abusado de su madre y cómo la habían matado, estuvo junto a su cuerpo sin vida. no podía imaginar la angustia que había sentido, era solo un niño. No pude evitar el nudo que se me formó en la garganta al imaginarme a ese niñito llorando, desesperado sobre el cuerpo de su madre, llamándola, rogándole que abriese sus ojos. Eso era algo que ningún niño debía vivir, algo que nadie debía soportar. 

-No tengas miedo.- musité mientras acariciaba su rostro.- Aquí estaré, yo te prometo cuidarte.- sabía que él no se enteraría de esa promesa, era más algo para mí.

Acariciando su rostro, me quedé dormida. 

El sonido de mi celular me despertó. Me encontraba sentada en el suelo, mi cabeza descansaba en la cama. Cuando me incorporé, sentí un fuerte dolor en el cuello. Con mucha dificultad me levanté de ahí y busqué el celular en la mesa. 

-¿Hola?- contesté con voz estrangulada.

-¿Alli? Hola, ¿Qué pasó? ¿Por qué no has salido?- era Cassie. Había olvidado que debía estar afuera. 

-Cassie, perdóname. No he podido salir. ¿Crees que puedas entrar al edificio?-

-No... no, no creo que. ¿Qué sucede?- No quería explicarle lo que había pasado a Cassie, al menos no por teléfono.

-Justin está un poco mal.- un poco era eufemismo.- No me gustaría dejarlo solo durante mucho tiempo. De verdad lamento molestarte. 

-Alli, yo no sé...- su voz sonaba temblorosa, no sabía porqué.

-Perdóname, te estoy molestando de más. En un momento salgo.- sabía que la estaba incomodando aún más con mi petición, ya mucho hacía con venir todos los días hasta acá. 

-No, no, está bien. Entraré, te veo en un momento.- aún su voz sonaba desigual. 

Pasé a la habitación que ocupaba y busqué el pequeño espejo que estaba colgado en la pared. Vi mi rostro, estaba ojerosa, mis ojos inflamados y mi cabello un poco desordenado. Intenté acomodarme un poco para poder salir sin asustar a nadie con mi apariencia. 

Temí un poco en salir, pero no quería que estuviese solo, pero me convencí que sólo sería un momento. 

Me apresuré a salir al pasillo, solo una vez que estuve afuera, noté que aún llevaba el uniforme del día anterior. No le di importancia y seguí caminando hasta llegar a la sala principal del hospital. 

A la primera persona que divisé, fue a Christine. 

-Christine, buenos días. Disculpa,  ¿No ha entrado una chica preguntando por mí?- pude notar por la mirada de sorpresa que me dio al verme, quizás no había podido arreglarme lo suficiente.

Porcelana {Adaptada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora