21. Hospital.

103 6 0
                                    

Una sensación de cosquillas me sacó de mi aturdimiento. Al principio era casi imperceptible, pero al poco tiempo podía sentir claramente la sensación en mi rostro y cabello. Somnolienrtamente, abrí los ojos para encontrarme con unos hermosos luceros mieles que yo conocía muy bien. 

-¿Justin?- pregunté un poco aturdida. No recordaba claramente que había pasado. 

-Hola.- me contestó Justin con una sonrisa triste. Sus dedos siguieron bailando por mi cabello y rostro, sacando un mechón, volviéndolo a poner en su lugar o acariciando mi frente o mejillas sin decir nada, limitándose a observarme casi con... ¿Adoración?

Pude notar la melancolía en sus ojos. 

-¿Qué sucede?- cuestioné mientras intentaba sentarme, me costó un poco incorporarme pero lo hice. 

-Soñé algo hermoso, pero imposible.- susurró como si me contase un secreto. 

-¿En serio? ¿Sobre qué era?-

-No puedo contarte. Podría molestarte de alguna manera.- 

-Claro que no, mi cielo.- susurré mientras tomaba su mano entre las mías.- Nada podría hacerme molestar contigo, mi amor.- Se sentía tan bien susurrarle palabras cariñosas a él. Era algo que esperaba con ansias.

Su mirada detonaba confusión y eso me asustó a mí. 

-¿Qué va mal?-

-¿Me llamaste "mi amor"? Eso significa que... ¿No fue un sueño?- Su mano apretó un poco la mía. 

-¿Creíste que habías soñado lo de ayer? ¿Creíste que habías soñado que te dije que te amo?- pregunté un poco atónita. 

-Cuando desperté no estabas y... y... y no tenía sentido. Sólo podía haber sido un sueño. No podía ser otra cosa.- hablaba con dificultad, como si no pudiera creerme. 

-Justin, tranquilo. Mírame. Si pasó, no fue un sueño. Yo te amo.- lo acerqué a mí y le di un casto beso en los labios.

-No estabas.- susurró.

-Lo siento, no quise...- fui abruptamente silenciada por los suaves labios de Justin. 

Cuando se separó de mí, descansó su frente contra mi hombro y sus brazos me rodearon. 

-Gracias a Dios, no fue un sueño.- lo escuché murmurar con alivio mientras me apretaba más hacia él. 

Estuvimos un buen tiempo así. Juntos, abrazados, solo disfrutando del otro. Nos recostamos en mi cama y no volvimos a hablar. Llegó un punto que él volvió a quedarse dormido, pero yo no pude. Estuve despierta viendo su rostro. Su expresión no era la misma, claramente podía ver lo tranquilo que estaba y no había mejor sensación que esa, la de verlo bien. 

Podría decir que para mí, esa noche fue como un sueño también. Fue uno de los momentos más hermosos de mi vida, porque los compartí con él. Pero en nuestra rutina no podíamos estar así, al menos no frente a todos. Especialmente no frente a Adam.  

Quizás no era una mala persona, lo había demostrado. Tenía culpas, demasiadas y por esas mismas culpas estaba dispuesto a alejarnos si veía cosas que él consideraba como impropias. 

¿Pero qué tenía de impropio que yo quisiera estar con él? ¿Qué mal había en que yo le amase o él lo hiciese conmigo?

Aún así no quería arriesgarme a que me alejasen de él.

La mañana estaba hermosa y fresca. Un perfecto clima para pasarlo en el jardín. 

Justin y yo pasábamos todo nuestro tiempo ahí, mientras podíamos. 

Porcelana {Adaptada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora