Ternura -Kaneki y tú-

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Narración: ______ Kekima

Han pasado unas horas, la unica ventana que habia en el cuarto se encomtraba cerrada con llave y afuera tenía unas rejas cubriendola, tanto que si estuviera abierta no podría salir como quiera. No sabía que hora era, pero algo que si se es que aún estaba oscuro.

Me levante del suelo y inicie a buscar un receptáculo de luz para así encender la bombilla que habia en el cuarto, mientras daba leves golpes a las paredes lo sentí y encendí para dejar a la vista un cuarto muy mal cuidado comparado al resto de la casa.- la cual estaba ordenada por lo que vi- Vi una cama oxidada y un colchón sucio, una manta blanca toda sucia en el suelo junto a una almohada en el mismo estado.

En otro lado vizualice un armario. Me acerque a este para ver si habia algo de utilidad para poder salir de aquí pero estaba cerrado con llave.

¿Por qué carajos? ¿Qué clase de persona tiene un armario cerrado con llave? me aterre un poco, ¿Qué podría haber ahí adentro?. Tragué saliva y continúe caminando por la habitación hasta que algo choco con mi pie, me agache y lo agarre, cuando lo sostuve en mis manos me asuste; era un cuchillo lleno de sangre ya seca. Tragué saliva nuevamente y decidí guardarla por si acaso.

El cuarto no tenía nada más, solo una cama y un armario, pero antes de concluir eso note un inodoro sucio en una esquina, "wtf", que asco, ¿En serio tendre que hacer mis necesidades ahí?

Ya no tolero nada de esto ya me estaba entrando irá, nunca me habian secuestrado en mi vida...

No me cotuve y grite "¡¡¡MALDITO ENJI!!!" Mala decisión... escuche la puerta abrirse lentamente. Me asuste, seguido tragué saliva. ¿Para qué grite? mierda...

La puerta se abrio dejando a la vista a Enji.

—¿Me llamas preciosa?— pregunto recostado en el borde de la puerta. —Son las 12:00A.M. y aún andas despierta, deberías estar dormida, mañana te espera un gran día— comentó con una sonrisa perversa.

—¿De trabajo verdad?— pregunté con una sonrisa notablemente nerviosa.

—Sí... de "trabajo"— respondió iniciando a reír.

—Suena como si fueras a hacer algo además de comerme— insinue, observandolo asustada.

—Digamos que no me gustó ver a mi hermosa presa atrás de ese novato— relató mirándome mientras entrelasaba los dedos cínicamente.

—¿Cómo un monstruo como tú puede trabajar en un lugar cómo Anteiku?— pregunté grotescamente, fulminandolo con la mirada

—Aw, que inocente eres, ni que Anteiku fuera tan inocente como crees— respondió riendo mientras se alejaba de la puerta y iniciaba a caminar alrededor de la habitación entre risas.

—¿Qué quieres decir?— pregunté confundida, observando como caminaba.

—Ese no es el tema aquí así que olvidalo o averigualo por ti misma. Porque preguntando nadie te dira— respondió riendo. Volviendo a pararse en la puerta.

—¿Y este cuarto?, ¿Por qué esta así de sucio comparado con el resto de la casa?— pregunté, sentándome con asco sobre la cama toda sucia y oxidada.