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Narración: Omnisciente

Miércoles 5 de julio - 6:07P.M

—Adiós señor Yoshimura— dijo saliendo de la barra ya cambiada del uniforme.

—Adiós _____, nos vemos— dijo sonriendo.

—Señor Yoshimura, Kaneki me había contado que ustedes me salvaron de Enji— contó, mirando al señor Yoshumura. —Sé que es muy tarde y eso, pero quiero agradecerle por haberme salvado de ese loco— agradeció la joven haciendo una reverencia.

—No tienes que agradecernos, no debías morir de una manera tan injusta jovencita— respondió sonriendo. —Me alegra saber que estas mejor— dijo mirando a la joven.

—¡Gracias!— exclamó la joven juntando sus manos y haciendo de nuevo una reverencia.

—Nosotros protegemos a los nuestros. Aunque seamos unos simples humanos ¿verdad Touka?— respondió viendo a la peliazul que barría con el ceño fruncido.

—Sí, como no— contestó molesta.

—No te preocupes, yo sabía que tu no querías salvarme jaja— dijo riendo un poco. —Si andas todo el día "_____ esto, ____ lo otro, BLA BLA"— imitaba la joven a la peliazul de una manera graciosa, tanto que provoco una risa por parte del señor Yoshimura, pero cuando la peliazul lo miro molesta, este se puso serio de nuevo.

—Bueno _____, nos vemos— dijo sonriéndole a la joven.

—Adiós— salió sonriendo de la cafetería y al bajar los escalones la expresión de seriedad volvió a apoderarse de su rostro de nuevo.

Empezó a caminar, pensando en ese joven peliblanco. ¿Quién era? se parecía tanto a Kaneki que la pelinegra ya no sabía que pensar. Pensó que hasta podía ser su hermano o algún familiar de él, pero Kaneki nunca le menciono nada de tener un hermano.

Caminó sumergida en sus pensamientos y teorías hasta llegar a un salón de belleza. Al estar frente a la ventana de éste comenzo a mirar a través de ésta. Mientras miraba podía observar como es que las personas salían complacidas. La pelinegra suspiró y buscó en sus bolsillos en busca de dinero, el cual por suerte encontró. Ella tomo un mechón de su cabello y empezó a darle vueltas con los dedos mientras pensaba en si entrar o no. Al final decidió entrar y tan pronto entró quedó rapidamente sentada en una silla; no tuvo ni que esperar por un turno. El empleado que la había sentado le habló:

—Hola, mi nombre es Ishima— se presento amablemente. —¿Qué desea hacer con su cabello?— le le pregunto sonriente. _____ sin decir nada se sacó el gorro, mostrándole la "desperfeción" que tenía su cabello.

—Hola, tenía este lado raspado, ahora esta creciendo y quiero cortarme el cabello al alapar con el lado creciente— dijo finalmente, sonriéndole al chico.

—¿Algo más?— preguntó el chico agarrando las tijeras y mirando a la joven.

—Sí, al terminar de picarmelo quiero un ombre gris— dijo mientras miraba su reflejo en el espejo y a la misma vez miraba el reflejo del joven de pelo castaño y ojos azules. Este le sonrió, ella por otro lado suspiró y el chico inició a hacer su trabajo. Después de un rato, mientras el joven seguía con el proceso y la pelinegra miraba su móvil, esta se percató en como el pelicastaño la olfateaba, después de unos segundos dejó de hacerlo, dejando a la pelinegra en un estado de incomodidad.

Al pasar el tiempo ya el joven había terminado con el corte de cabello. _____ pagó y agradeció al joven para luego salir de allí con su nuevo corte de cabello.

Ternura -Kaneki y tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora