9. El Nuevo Combo

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Fueron a la escuela juntos, después de un desayuno rápido en la casa de Taeil. La clase de baile de la mañana comenzó en medio de una atmósfera extraña, especialmente porque Ten entró con Jae, Taeil y DoYoung bromeaban y soltaban varias carcajadas sonoras.

Yuta parecía enojado por la traición de su mejor amigo, así que terminó echándole su botella de agua encima, lo que causó que el chico tomara el cuello de su camisa y por poco terminaran envueltos en una pelea; gracias a algo, que DoYoung y Johnny los contuvieron, apartándolos mientras que ellos se gritaban toda clase de palabrotas el uno al otro. Jae se mantuvo en su esquina ajeno a todo el drama, estaba un poco más dolido porque TaeYong no se había asomado por la clase. Su profesor ya estaba recuperado, y entró a mala hora, en medio de todo el desastre. Dio unos cuantos gritos y la montonera terminó, pero el resto de la hora estuvo al tope con miradas de odio, y tentativas por parte del combo genial hacia los cuatro amigos.

Ten estaba tan furibundo, que bailó pésimo, así que cuando la clase acabó fue Jae quien obtuvo la presentación final con Yuta.

Estaban por la mitad de la presentación, cuando la puerta se abrió y un pequeño hombre entró seguido por TaeYong, completamente vestido de negro, de nuevo, y viéndose mucho más molesto que ayer.

—Siento interrumpir —el hombre se detuvo a un lado del maestro—, soy su mánager, esto no volverá a suceder, TaeYong ya está advertido: es la escuela o su carrera —Jae de pronto sintió que le gustaría ir hasta allá y patearle el trasero a TaeYong.

—Una escapada más y tu última oportunidad se acaba —gritó el hombre a TaeYong, quien se tensó de pronto.

En el siguiente segundo el mánager salió y cerró de un portazo.

—Bien, entonces chicos, bailen de nuevo —el maestro parecía algo exaltado.

Era un algo joven, y le gustaban los adolescentes un montón, de modo que siempre estaba molestando sobre su "bienestar".

—Señof Wang, ¿puedo bailaf después? me siento algo enfefmo, me duele el estómago —Jae estaba haciendo su mayor esfuerzo en no mirar a TaeYong.

—Oh, ¿quieres ir a la enfermería? —preguntó el profesor.

—No, sólo necesito sentafme —Jae caminó en dirección al espejo y se hizo un espacio al lado de DoYoung.

—Acá, toma algo de agua —el Señor Wang se apresuró hasta él con una botella de agua y Jae le agradeció—, Yuta, continúa —el maestro ahora estaba incluso más sorprendido que antes.

Yuta le envió una mirada enojada a Ten antes de empezar a bailar dejando toda la ira contenida en los pasos de la rutina.

—Creo que cambiaré de escuela, no me gustaría ganarme un ojo morado por tu estupidez —DoYoung miró de izquierda a derecha.

TaeYong se detuvo al lado de una pared del lado contrario a toda la clase y Jae no entendía cómo es que todo había tomado tan mal camino en un sólo día.

El almuerzo avivó la terrible atmósfera de nuevo. TaeYong tomó su bandeja y se sentó al lado de Yuta causando que el estómago de Jae se revolviera en serio. Ten se detuvo en la cafetería inseguro de qué hacer, antes de que trastabillara hasta la mesa de los nerds.

El tiempo para comer fue más bien silencioso, y Jae no logró que una migaja de comida pasara por su garganta. Pronto las clases habían terminado y él se encontraba atascado en la terapia de dicción esperando por que su maestro llegara.

Sus nubes estaban rasgadas hoy, y caía una fuerte llovizna en su cuaderno de matemáticas.

—¿Qué puedo hacer para arreglar las cosas contigo? —Jae alzó la vista para encontrarse con TaeYong apoyado contra el marco de la puerta como la primera vez en la que se hablaron.

—Elegiste tu pfopio lado —Jae volvió a su dibujo.

—Ey, ayer en el río todos cooperamos, ¿por qué habrían lados en eso? Ustedes podrían hacer mucho más si trabajaran juntos en vez de pelear —TaeYong entró al aula y se sentó en el escritorio frente a Jae como la última vez.

—Se la pasan molestándonos y nos odian, ¿qué debefíamos hacef?, ¿besaf sus glofiosos pies? —Jae se estaba enojando.

—Bueno, ayer en la mañana Ten y ustedes eran enemigos a muerte, y hoy se sentaron en la cafetería juntos —TaeYong lo observó.

—¿Pof cuánto tiempo?, ¿hasta que el fey Yuta decida llevaflo de vuelta? Y cfeéme que él va a volvef tan fápido como pueda —Jae estaba tan enojado que por primera vez dejó salir todo lo que estaba sintiéndo—. Ustedes fompiefon el cofazón de Taeil, ustedes llaman a mis amigos pefdedofes y Ten me dijo que soy una obfa de cafidad y tu mascota. ¡Estoy hafto!, ¡hafto de sef el pefededof solitafio y la bufla de todos!, ¡y estoy hafto de este estúpido pfoblema de dicción!, ¡mi mamá quiefe que abandone mi sueño pofque la vefdad es que ningún idiota tefapista va a podef afeglaflo nunca! —Jae se puso en pie.

Estaba gritando, gritando en un tono altísimo, ignorando todas las F que se le salían de manera inevitable.

—¿Adivina qué? —cerró su cuaderno de sopetón y tomó su maleta—. ¡Estoy cansado de esto!, ¡cansado!

Dio una mirada hasta la puerta, en donde su desconcertado terapista se encontraba en pie. Jae pasó por su lado apresurado por el corredor.

Tenía suficiente, suficiente de todo en su vida.

Alcanzó a llegar al estacionamiento en frente de la escuela cuando TaeYong tomó su brazo.

—Calma, pequeño fosforito —el chico le sonrió, en cambio Jae le mandó una mirada furiosa—. Oye, deja de estar enojado, incluso así sigues siendo lindo —TaeYong levantó su mano y acarició la mejilla de Jae, causando que millones de fuegos artificiales revolotearan en su interior.

—No, no va... —Jae intentó pasar de largo, pero TaeYong lo detuvo.

—Ven conmigo, quiero mostrarte el estudio —el rapero aún sonreía—. ¿Te parece?

Jae tomó un respiro profundo, su enojo comenzaba a disiparse sólo un poquito.

—Está bien —murmuró.

Y TaeYong tomó su mano y lo llevó hasta la estación de taxis más cercana.




No Girls Allowed «JaeYong»Where stories live. Discover now