5. Vivo

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Era de mañana, otra vez, y por primera vez en toda su vida escolar, Jae iba tarde. Lloviznaba, y se encontraba de mal humor después de otro argumento mañanero con su mamá, así que por primera vez pensó que no importaba en verdad si llegaba temprano o no.

Se quedó allí, de pie frente a un charco, viendo sus zapatillas mojarse, y ensuciarse en medio del lodo.

—¡Hey, Jae! —alguien gritó su nombre y el mencionado alzó su vista, reconociendo a un alegre TaeYong del otro lado de la calle—. ¿Vas tarde?

TaeYong cruzó la carretera y se hizo a su lado, así que Jae agachó su cabeza.

No dejaba de ser sorprendido por el chico que le gustaba haciéndo cosas idiotas... esperen... Idol, el idol que le gustaba.

—¿Qué pasa?, ¿sucedió algo? —TaeYong tomó el borde de su suéter, pero Jae negó con la cabeza—. Saltémonos la escuela —propuso el rapero.

—¡No!

A Jae se le pasó por la cabeza todo el caos que sus padres harían si eso pasara.

—Entonces vayamos a una fiesta después de la escuela —los ojos de TaeYong brillaban.

—No puedo —Jae negó otra vez.

—¿Puedes quedarte hasta tarde en la casa de alguien? —preguntó TaeYong.

—DoYoung —apuntó.

—Genial, entonces esa es la versión original, conejito nos cubrirá —TaeYong sonrió—. Ahora vamos, ya estamos tarde —tomó la manga de Jae y empujó al chico dentro del edificio.

Eran alrededor de las 8:00 PM, y el cielo se oscurecía en un lindo crepúsculo cuando Jae se metió en un taxi con TaeYong. Su corazón palpitaba con fuerza y si quiera era capaz de respirar; por primera vez en su vida estaba haciendo algo ilegal, algo sobre lo que sus padres no tenían la más mínima idea, y si, lo aceptaba, era emocionante.

El recorrido comenzó, Jae sentía que los dedos de sus pies temblaban, el sentimiento de libertad lo ponía nervioso, pero también era genial hacer lo que fuera que él quisiera, sin pedirle permiso a nadie.

Sabía que algún castigo llegaría, (porque la vida funciona así), pero por ahora decidió disfrutar el momento.

Carpe Diem

Era la frase latina que se repetía en su cabeza como una canción.

—¿Emocionado? —TaeYong le lanzó una mirada, y Jae asintió.

Las luces de la ciudad de noche podían verse a través de las ventanas y TaeYong se puso a lo triste. Estaba callado y parecía nostálgico, pero para Jae, se veía más lindo que nunca, y se la pasó admirando las facciones de su amigo.

No podía creerse que TaeYong en realidad estuviera sentado a su lado, y que iban conduciendo en medio de la noche hacia una fiesta.

—Conozco al dueño del club, así que no necesitamos identificaciones. Y la compañía pagará todas las bebidas —TaeYong seguía ocupado con la vista tras la ventanilla.

—Ah —Jae asintió.

Nunca había tomado alcohol, así que esperaba tomar algunas bebidas suaves.

Sus padres lo matarían.

—¿Estás tfiste? —preguntó mirando a TaeYong, y él sonrió para sí.

—Es sólo la nostalgia del atardecer, me pasa todos los días —TaeYong mordió su labio.

—Oh.

Y Jae decidió no preguntar más, así que se quedaron en silencio, hasta que el taxi se detuvo junto al enorme edificio de un club.

TaeYong pagó, y tras bajar, caminaron hasta el tumulto de personas en frente de la puerta, pero giraron justo hacia la entrada VIP.

—TY, vaya, ¿dónde estabas? —el guardaespaldas dio una palmada en el hombro de TaeYong.

—Algo ocupado —el chico sonrió de oreja a oreja—. Este es mi amigo Jae —señaló a su acompañante, quien se inclinó con algo de vergüenza.

—Entren antes de que los paparazzis y las fans los alcancen.

El hombre abrió la puerta y TaeYong entró.

Jae se tomó un momento, antes de dar uno paso dentro de la oscura entrada. Dentro, un largo corredor terminaba en un balcón, y desde allí se podía ver todo el club. Las luces apuntaban en todas direcciones, enloquecidas, vapor y humo mezclado en el aire, y las canciones parecían golpear en cada hueso a causa del volumen. Cientos de personas se movían en la pista de baile y Jae no se podía acostumbrar al ruido y toda la locura.

—¡Por acá!

TaeYong gritó para hacerse escuchar entre todo el ruido, y Ja asintió, tomando un camino que rodeaba el balcón, hacia unas anchas escaleras, que daban en el piso más bajo.

Algunas chicas les saludaron, y Jae se movió un poco más cerca de TaeYong sintiéndose incómodo. Llegaron a la pista de baile y TaeYong sonrió antes de saltar a un espacio vacío en medio de la multitud, en donde comenzó una alocada rutina de baile. Jae se detuvo, pero o fue golpeado por un chico que estaba bailando, de modo que retrocedió un paso, pero entonces un tacón aterrizó justo sobre su pie, así que mejor regresó a las escaleras, y se detuvo al final de las mismas, admirando los movimientos de TaeYong. Momentos más tarde varias chicas lindas lo tenían rodeado, y aunque él pareció no notarlo, Jae sintió una punzadita, justo en su estómago.

Trató de apartar la mirada, pero no había nada más en lo que enfocar la mirada, así que quiso salir corriendo de allí.

De repente la música se detuvo, y el DJ tomó un micrófono.

—¡Escuché que TY está en la casa! —gritó, ante los aplausos de todo el mundo.

" TY, TY "

El nombre comenzó a ser coreado, y TaeYong sonreía.

Se abrió paso entre la pista, hasta el escenario, al lado del DJ, en donde le dieron un micrófono.

—¡Hola, Hola!, ¡TY aquí!, ¡he escuchado que la mejor fiesta en toda la ciudad está en este club!, ¡vamos a pasarla bien! —gritó al micrófono, mientras el DJ soltaba algunas mezclas de forma libre.

La gente dejó de bailar, y se amontonó junto al escenario, mientras que Jae subía las escaleras, a uno de los balcones libres, para conseguir una mejor vista. Al parecer TaeYong se había olvidado de su insignificante existencia, mientras que hacía rimas con una canción haciendo que todo el club enloqueciera.

—¿Alguien se sabe mi canción "Vivo" , del álbum "Confesión rota"? —preguntó.

Y un montón de manos fueron alzadas.

No Girls Allowed «JaeYong»Where stories live. Discover now